Evacuados por la basura

Felisa M. y Jos¨¦ O., dos septuagenarios, llevaban semanas durmiendo en el descansillo de su casa en la calle del Oso. Hab¨ªan acumulado tanta basura en su piso de 30 metros que ya no pod¨ªan entrar ni siquiera para dormir. Los vecinos los denunciaron ante la polic¨ªa y la Junta Municipal de Centro, a causa de los pestilentes olores de su vivienda, el riesgo de incendio y la presencia de ratones.

Ayer, despu¨¦s de tres d¨ªas de insistencia, el matrimonio permiti¨® a los servicios sociales limpiar su casa. Era la primera vez en cuatro a?os que alguien ajeno entraba en su domicilio. La primera hora vigilaron que no tiraran "nada importante". Tras un desayuno con bollo y caf¨¦, en la furgoneta del Samur, sonre¨ªan. Les hab¨ªan preparado un apretado plan de actividades: ba?o, comida, hotel, centro de mayores, m¨¦dico...

Hasta que su casa vuelva a estar habitable -una semana, seg¨²n el servicio de limpieza-, se quedar¨¢n en un hotel del distrito acompa?ados de sus cuatro perros. Cuando vuelvan a su casa tendr¨¢n asistencia domiciliaria y social. "S¨¦ que la casa estaba descuidada, pero est¨¢bamos enfermos y no la pod¨ªamos arreglar", se justificaba Felisa. En cuatro horas se sacaron m¨¢s de 50 sacos de basura: trastos, maletas, mantas y ropa vieja.

Es la tercera vez que esta pareja tiene que ser desalojada de una vivienda. Sufren el llamado s¨ªndrome de Di¨®genes, que les lleva a abandonar su cuidado personal (higiene, alimentaci¨®n y salud), a aislarse y a acumular basura porque les preocupa una posible ruina econ¨®mica.