El laberinto de Oriente Medio
Durante este mes de agosto, una vez m¨¢s, los acontecimientos pol¨ªticos en Oriente Medio atraen la atenci¨®n internacional: la evacuaci¨®n de los colonos israel¨ªes en Gaza, el proceso de elaboraci¨®n de la Constituci¨®n iraqu¨ª, y la tensi¨®n entre Ir¨¢n y las grandes potencias occidentales por su decisi¨®n de recomenzar el proceso de enriquecimiento de uranio, articulan un escenario muy complejo que, en ning¨²n caso, nos debe llamar al optimismo.
El plan de "desconexi¨®n" de Gaza, con la evacuaci¨®n de los colonos israel¨ªes del territorio palestino que ilegalmente estaban ocupando como elemento central, no necesariamente va a significar, como algunos podr¨ªan pensar, el comienzo de la soluci¨®n pol¨ªtica a este conflicto, sino quiz¨¢s suplantarla. Hay muchos indicios que manifiestan una estrategia israel¨ª que a largo plazo busca crear una realidad palestina inviable. Por un lado, hay que tener en cuenta que el llamado "plan de desconexi¨®n" en absoluto devuelve la plena soberan¨ªa territorial a las autoridades pol¨ªticas palestinas y, por tanto, no resuelve el problema de la ocupaci¨®n. Lo que Gaza verdaderamente va a seguir estando es desconectada del mundo y convertida en una prisi¨®n con la mayor densidad de poblaci¨®n del planeta. Israel ya ha declarado que no va a permitir la libre circulaci¨®n de bienes y personas, y que va a controlar su espacio a¨¦reo y mar¨ªtimo, as¨ª como las fronteras terrestres. Y, lo que es muy importante, tambi¨¦n sus fuentes de agua. Es m¨¢s, 50 millones de d¨®lares de la ayuda prometida por el presidente Bush a los palestinos para mejorar su situaci¨®n socio-econ¨®mica se est¨¢n utilizando parad¨®jicamente para construir una nueva generaci¨®n de terminales de alta tecnolog¨ªa en las fronteras de Gaza. Lo que los ciudadanos de Gaza necesitan, con un 68% de paro y unos ¨ªndices elevad¨ªsimos de pobreza, es una esperanza de mejora socio-econ¨®mica, pero ¨¦sta no tiene posibilidades de desarrollarse en tan draconiano marco de aislamiento. La soberan¨ªa palestina se remite, pues, a controlar pol¨ªticamente y en t¨¦rminos de seguridad a su propia poblaci¨®n, y si no lo consigue en tan dif¨ªcil coyuntura, el Ej¨¦rcito de Israel se garantiza el derecho a intervenir. Por otro lado, la evacuaci¨®n de los colonos de Gaza permite a Sharon mostrar a la comunidad internacional el sacrificio y trauma que significan lo que define como "concesiones" territoriales y obtener as¨ª su comprensi¨®n frente a la situaci¨®n en Cisjordania. Porque hay que tener en cuenta que mientras toda la atenci¨®n se ha centrado en Gaza, en Jerusal¨¦n Este, Israel est¨¢ llevando a cabo una campa?a intensiva de demolici¨®n de casas palestinas para "limpiar" esta ciudad de esa poblaci¨®n, as¨ª como ha intensificado la construcci¨®n de colonias en Cisjordania y contin¨²a levantando el muro que el Tribunal Internacional de La Haya declar¨® ilegal. Es decir, el "sacrificio" de Gaza es muy probablemente una t¨¢ctica a favor de una estrategia: nunca negociar sobre Jerusal¨¦n ni evacuar los gigantescos bloques de colonias en Cisjordania, anexion¨¢ndose as¨ª una parte muy importante de la misma y convirtiendo el posible Estado palestino en una realidad inviable.
Otro elemento sustancial a tener en cuenta es que el plan de desconexi¨®n ha sido decidido unilateralmente por Israel, eludiendo todo proceso de negociaci¨®n con los palestinos. ?ste es el verdadero par¨¢metro de comportamiento de Ariel Sharon, evitar el proceso bilateral e imponer hechos consumados. Por ello, nada indica que se vaya a abrir el camino de la Hoja de Ruta para alcanzar una soluci¨®n negociada. Por el contrario, y en contra de lo acordado con Mahmud Abbas en la cumbre de Sharm al Sayj del 8 de febrero, Sharon ha declarado que "no habr¨¢ una transici¨®n directa del plan de desconexi¨®n a la Hoja de Ruta" (Haaretz, 31-12-2004). Si, como todos estos indicios se?alan, lo que est¨¢ ocurriendo en Gaza es un "sacrificio" t¨¢ctico a cambio de beneficios estrat¨¦gicos en Cisjordania, el conflicto seguir¨¢ abierto y generando injusticia, odio, frustraci¨®n y violencia.
En Irak, el proceso de elaboraci¨®n de la nueva Constituci¨®n, lejos de ser un signo de estabilidad, normalizaci¨®n y avance de la democracia, est¨¢ mostrando los enormes riesgos de desintegraci¨®n estatal a los que se enfrenta este pa¨ªs. En primer lugar, pretender dar la sensaci¨®n de normalizaci¨®n pol¨ªtica en un Irak empantanado cada d¨ªa m¨¢s en sangre y violencia es surrealista. Pero a ello se unen dos grandes errores: la reducci¨®n de este pa¨ªs a un punto cero absoluto liberando los sentimientos comunitaristas sectarios y la presi¨®n por cumplir una agenda pol¨ªtica que responde m¨¢s a los intereses de la fuerza militar ocupante, que necesita desesperadamente vender a su opini¨®n p¨²blica un aparente ¨¦xito, que a una evoluci¨®n positiva de la sociedad pol¨ªtica del pa¨ªs. En consecuencia, la redacci¨®n de la Constituci¨®n se est¨¢ convirtiendo en un proceso de "s¨¢lvese quien pueda" entre los diferentes actores pol¨ªticos, sacando en ellos lo m¨¢s oportunista y sectario en detrimento de la responsabilidad de Estado. Los kurdos, beneficiados por las prebendas de autogobierno que de facto han ido obteniendo de EE UU a cambio de ser sus ¨²nicos verdaderos aliados locales, buscan ahora la autodeterminaci¨®n, lo que claramente indica su objetivo de alcanzar la independencia, pero garantiz¨¢ndose la integraci¨®n de los ricos pozos de petr¨®leo de Kirkuk, cuya regi¨®n no est¨¢ integrada en el Kurdist¨¢n, y promoviendo all¨ª una pol¨ªtica de limpieza ¨¦tnica de ¨¢rabes y turcomanos. Los shi¨ªes ante dicha posici¨®n kurda reclaman tambi¨¦n un federalismo estricto que les garantice el autogobierno del sur, donde tambi¨¦n se encuentran los principales yacimientos petrol¨ªferos, para as¨ª resarcirse de la marginaci¨®n hist¨®rica a la que han sido sometidos. Y los sun¨ªes, cuya memoria hist¨®rica les hace sentirse la comunidad fundacional del Estado, ven que por el contrario van a ser los parias del proceso, quedando aislados, debilitados y sin petr¨®leo. Es decir, para colmo de males en este devastado pa¨ªs, se est¨¢n fomentando las identidades comunitarias en vez de las ciudadanas y, lejos de avanzar hacia una democracia, se est¨¢ cayendo en una especie de etnocracia destructiva que puede f¨¢cilmente llevar a la desintegraci¨®n del Estado iraqu¨ª. No olvidemos que, adem¨¢s, la mayor parte de estos actores pol¨ªticos cuenta con sus propias milicias, que no est¨¢n dispuestos a desarmar. Este po
-sible escenario tendr¨ªa unas grav¨ªsimas consecuencias en toda la regi¨®n de Oriente Medio, d¨¢ndose adem¨¢s la circunstancia de que EE UU vuelve a encontrarse en el atolladero fruto de sus errores, imprevisiones e intereses coyunturales. Porque los estadounidenses ni desean que se abra la caja de Pandora de la autodeterminaci¨®n kurda, ni que el petr¨®leo pase a gestionarse por kurdos y, mucho menos, shi¨ªes.
Otra de las paradojas en que ha sucumbido EE UU es en el hecho de que, aniquilando a la potencia de Oriente Medio que era Irak, fracasando en su objetivo de reconstruirla a su imagen y semejanza, y favoreciendo la emergencia de los actores shi¨ªes, ha beneficiado a la otra gran potencia que es Ir¨¢n, su enemigo hist¨®rico desde 1979. Es m¨¢s, los planes estrat¨¦gicos estadounidenses, sin duda existentes, de agresi¨®n contra Ir¨¢n son dif¨ªciles de llevar a cabo dadas las circunstancias en que se encuentra Washington en Irak y Afganist¨¢n, a no ser que recurriesen al uso de armas nucleares. Es por ello que Ir¨¢n se siente con capacidad de reclamar su derecho al enriquecimiento de uranio para fines civiles, a pesar de la oposici¨®n de europeos y estadounidenses a ello. La amenaza de sanciones en el Consejo de Seguridad no le preocupa mucho dado que China y Rusia, con derecho de veto, no est¨¢n a favor de las mismas porque las relaciones entre estas potencias e Ir¨¢n se han ido consolidando. China, por ejemplo, ha firmado un contrato por 70.000 millones de d¨®lares para la importaci¨®n de petr¨®leo iran¨ª, siendo el contrato m¨¢s ingente que ha firmado Ir¨¢n desde 1996. Pero, por otro lado, quedar¨ªa una cuesti¨®n sustancial: ?puede la ONU imponer sanciones por realizar una actividad legal? Porque el enriquecimiento de uranio para fines civiles es legal de acuerdo con el Tratado de No Proliferaci¨®n. ?Se pueden imponer sanciones por presunci¨®n de intenciones y no por constataci¨®n de hechos? Esto podr¨ªa ser demoledor para una comunidad internacional que tiene un largo r¨¦cord de aplicaci¨®n de doble rasero en el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n. Pero, unido a ello, Ir¨¢n no ha rechazado que dicho proceso se realice bajo la vigilancia estrecha de la Agencia Internacional de Energ¨ªa At¨®mica, ni tampoco ha cerrado las puertas a la negociaci¨®n. Es m¨¢s, ha cumplido con las exigencias, algunas draconianas, que en este sentido se le han impuesto en los dos ¨²ltimos a?os, en tanto que Israel, Pakist¨¢n y la India est¨¢n totalmente al margen del Tratado de No Proliferaci¨®n. M¨¢s bien, Ir¨¢n est¨¢ tratando de construirse como un interlocutor fuerte que no admite discriminaciones humillantes y que aspira a normalizar sus relaciones internacionales. De la destreza o ceguera con que se afronte esta tensi¨®n con Ir¨¢n depende otro de los escenarios de riesgo en ese Medio Oriente saturado de conflictos y violencia.
Gema Mart¨ªn Mu?oz es profesora de Sociolog¨ªa del Mundo ?rabe e Isl¨¢mico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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