F¨¢bricas y comercios, en guerra por China
La industria textil europea pide protecci¨®n contra la liberalizaci¨®n total que defienden las grandes cadenas
La guerra sorda que libran la industria textil y el t¨¢ndem formado por la gran distribuci¨®n y los intermediarios que la abastecen de g¨¦nero se resume en un container parado en la aduana. Y son muchos los contenedores que se amontonan en los puertos europeos, cargados de 75 millones de pantalones, jers¨¦is y otras prendas procedentes de China. Son las que han superado los l¨ªmites a su importaci¨®n para todo 2005 pactados en junio entre Europa y el gigante asi¨¢tico.
La UE, dividida entre pa¨ªses fabricantes (los mediterr¨¢neos) y pa¨ªses vendedores (los del Norte), se ha pasado tres d¨ªas negociando con el Gobierno chino sobre una posible flexibilizaci¨®n de estos topes, bajo la presi¨®n de importadores y distribuidores. Ayer tampoco hubo acuerdo. Las conversaciones, seg¨²n diplom¨¢ticos europeos en Pek¨ªn citados por Bloomberg, se desarrollan en un ambiente "franco y constructivo". Hoy continuar¨¢n, para frustraci¨®n de la industria.
Las negociaciones entre la UE y el pa¨ªs asi¨¢tico para el desbloqueo de cargamentos se dilatan
Industria admite "cierta picaresca" entre algunos importadores en la compra de g¨¦nero
"Se acordaron unas reglas de juego. No nos gustaron, pero las aceptamos. ?Y la distribuci¨®n tambi¨¦n! Ahora reclaman que seamos flexibles y comprensivos. ?Qui¨¦n lo ha sido con nosotros?", se pregunta Joan Canals, presidente del centenario grupo Pulligan y vicepresidente de la patronal del textil, un sector que acusa desde hace a?os la competencia feroz de los grandes telares del Magreb, M¨¦xico, Turqu¨ªa, Pakist¨¢n, India, Bangladesh y China, la gran bestia negra, con abundante mano de obra y unos precios sin suelo.
El sector textil tuvo 10 a?os para adaptarse a un comercio libre de las cuotas que frenaban a los exportadores chinos. El tel¨®n se levant¨® el pasado 1 de enero. Los alaridos de la industria tras la avanlancha de g¨¦nero chino lograron reintroducir cuotas para 10 de 35 categor¨ªas de productos. Pero la patronal contin¨²a hoy describiendo un panorama desolador. Este a?o desaparecer¨¢n en Espa?a un 10% de las 7.000 empresas textiles. Y otros 20.000 empleos.
Frente a la industria, los pesos pesados de la distribuci¨®n, ¨¢vidos de responder a la demanda con g¨¦nero barato, miran a China con un ojo en sus estanter¨ªas y otro en Bruselas. "La tendencia no va a ser el proteccionismo", subraya un portavoz de Inditex, que trae de China el 15% de sus prendas. Las cuotas reintroducidas s¨®lo estar¨¢n vigentes hasta 2008. La liberalizaci¨®n no tiene marcha atr¨¢s.
En esta l¨ªnea, la patronal del comercio Eurocommerce defiende con u?as y dientes el fin de las cuotas y ha advertido sobre posibles cierres de empresas, p¨¦rdidas de 800 millones de euros, destrucci¨®n masiva de empleos, peores precios para el consumidor e, incluso, el desabastecimiento.
Las cadenas de moda desdramatizan la situaci¨®n, aunque alguna compa?¨ªas como la alemana Gelco ha acudido al Tribunal Constitucional germano ante el secuestro de 38.000 jers¨¦is procedentes de Shangai. "La soluci¨®n est¨¢ en manos de China y la UE, pero si no hay acuerdo acudiremos a otros mercados", sostiene Nils Vinge, portavoz de Hennes & Mauritz (H&M), con mercanc¨ªas bloqueadas por valor de 700.000 euros. "El consumidor no tendr¨¢ problemas. Si a caso, los tendremos nosotros", se?ala Cortefiel, que importa de Asia un 40% de g¨¦nero, y que alude a la necesidad de diversificar los pa¨ªses proveedores.
El sector estima que China aporta un 20% del textil importado por Espa?a. "El grueso corresponde a g¨¦nero de calidad media-baja a buen precio, que compran los mayoristas en gran cantidad y que se distribuye con marca blanca", explica Eduardo Morcillo, director en Espa?a de Interchina Consulting. De ah¨ª la inquietud que ayer ya se palpaba en algunos comercios chinos de la incipiente y peque?a Chinatown deBarcelona. Alcampo y Carrefour aseguran que, pese a algunos contenedores parados, "no se ha alterado el surtido habitual".
"Las cadenas espa?olas que buscan prendas m¨¢s ligadas a la moda tienden a importar m¨¢s de otros pa¨ªses y por ello el impacto negativo en la distribuci¨®n puede existir pero es limitado", a?ade Morcillo. "El mercado no pide tanto g¨¦nero. Este l¨ªo lo han montado los especuladores, los brokers sin rostro que compran a ciegas en el pa¨ªs m¨¢s barato, China. Saben que lo colocar¨¢n" enfatiza Canals.
Es habitual para un producto est¨¢ndar que transcurran al menos seis meses desde que se hace un pedido hasta que llega a su destino. La mercanc¨ªa retenida se encarg¨®, en teor¨ªa, antes de junio, cuando no se sab¨ªa que se reintroducir¨ªan cuotas. Fuentes del Ministerio de Industria, sin embargo, admiten "la existencia de cierta picaresca" entre algunos importadores y distribuidores. "Compraron pensando que el g¨¦nero acabar¨ªa entrando. Incluso pagaron los pedidos para no poder devolverlos. Esperaban una medida de gracia".
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