El Getafe desquicia al Espanyol

Mal s¨ªntoma es que el mejor del equipo durante un partido sea el portero. Kameni lo fue para el Espanyol, un conjunto falto de identidad, solvencia ofensiva y contundencia defensiva. Muchas carencias para un equipo que aspira a repetir la gesta de la temporada pasada, y que es alcanzar un puesto para la Copa de la Uefa. Al Getafe, entonces, le result¨® f¨¢cil certificar su victoria. No porque creara demasiadas ocasiones de gol ni desplegara un juego vistoso, pero s¨ª inc¨®modo y demasiado efectivo para un adversario fr¨¢gil y desorientado.

Aunque sigue siendo un legado del trabajo que realiz¨® la temporada pasada el ahora t¨¦cnico del Valencia, Quique S¨¢nchez Flores, el Getafe tiene el sello personal de Bernd Schuster. Ya lo hizo, hasta que le dejaron, con el Levante el a?o anterior. Sus equipos suelen distinguirse porque juegan como un bloque. Y este Getafe no es la excepci¨®n; a¨²n sin tener grandes estrellas, hace v¨¢lido el dicho de que la uni¨®n hace la fuerza. As¨ª, siempre con las l¨ªneas muy juntas, el Getafe presionaba y negaba la creatividad del Espanyol, que, sin espacios, demostr¨® una carencia preocupante en cuanto a recursos ofensivos. Tambi¨¦n atacaba como una pi?a el cuadro madrile?o, que siempre ten¨ªa en el entrecejo la apuesta de salir al contragolpe para buscar las cosquillas al Espanyol, con Riki y G¨¹iza, dos delanteros peligrosos, revoltosos y complementarios, como ejecutores. Tampoco es que el Getafe ofreciera una amplia variedad ofensiva pese a tener el control del bal¨®n: s¨®lamente tiraba paredes entre l¨ªneas y pases interiores. Hasta que Gavil¨¢n, libre de marcaje y desde la frontal del ¨¢rea grande, conect¨® un fuerte disparo ajustado al palo que abri¨® el marcador. Un duro golpe moral del que el Espanyol no supo reponerse. Menos a¨²n cuando Riki apuntill¨® el partido con otro tanto que provoc¨® la irritaci¨®n general de la hinchada.

Lotina, desde la banda, representaba la situaci¨®n del Espanyol. Quiz¨¢, obcecado con la idea de que su equipo no gana desde hace tres meses, se exasperaba con facilidad y recriminaba impetuosamente a sus jugadores. Exig¨ªa un mayor ritmo y m¨¢s posesi¨®n de bal¨®n. Pero, adem¨¢s de la propia composici¨®n del equipo blanquiazul, la actitud acosadora, expeditiva y contundente del rival noque¨® al Espanyol. Costa e Ito son mediocentros de un perfil muy definido, demasiado defensivos para producir juego. Si a eso se le a?ade que tanto Celestini como Diego Rivas maniataron por completo a De la Pe?a, el Espanyol fue tan inocente como inofensivo. Las miradas, as¨ª, recayeron en Juanfran, el ¨²nico sobre el c¨¦sped capaz de desbordar, de ofrecer una salida a un partido excesivamente t¨¢ctico. Pero que Lotina le situara en el costado izquierdo al prescindir de Riera y Jofre, los extremos zurdos del plantel, tampoco ayud¨®. El entrenador corrigi¨® la situaci¨®n en la segunda parte, cuando Zabaleta y Juanfran se cambiaron de banda, pero tampoco funcion¨®.

El Getafe se encarg¨® de desquiciar a Lotina, que realiz¨® bastantes pruebas. Rot¨® y cambi¨® el entrenador a sus hombres por el terreno de juego sin resultado alguno. A favor de marcador, Schuster, mientras, insisti¨® con un juego de pizarra y ordenado, para desesperaci¨®n de los aficionados, sonrojados por la pobre actuaci¨®n de su equipo. El entrenador no da con la tecla y la gente est¨¢ que trina cuando la Liga justo acaba de comenzar,