Las conspiraciones y Bruyneel
El director de Armstrong desmonta otra confesi¨®n reveladora de otro ex auxiliar del equipo
En la salida, en Granada, Johan Bruyneel busca la sombra. La encuentra. Gui?a un ojo. Sonr¨ªe. Se hace el interesante. Atrae la atenci¨®n de un auditorio que le ha entrado, de primeras, pregunt¨¢ndole, con suavidad, por esa maravilla que se llama Tom Danielson, un ciclista norteamericano de 27 a?os que ha pasado por varios equipos, incluido el Fassa Bortolo, antes de recalar en el Discovery.
Pero Bruyneel, que simplemente ha dicho que tranquilos, tranquilos, con Danielson, no lo vamos a fastidiar diciendo que es el nuevo de Armstrong, se ve inevitablemente compelido a contar la ¨²ltima historia que concierne a Armstrong. Y la cuenta.
"Son como setas. Cada d¨ªa sale un ex auxiliar descontento de nuestro equipo que llama a un peri¨®dico y le cuenta todos los secretos, todas las maldades de Armstrong", dice, ir¨®nico, el director del Discovery Channel. "Ahora es uno al que desped¨ª por vago que dice en un peri¨®dico holand¨¦s que antes del Tour del 99 yo estaba preocupado por el hematocrito de Lance y que le dije que chit¨®n, que no pod¨ªa hablar. Bueno, pues este auxiliar, llamado Ron Jongen, que estaba contratado por d¨ªas, que no era fijo en el equipo, sufri¨® un infarto de miocardio aquel a?o y cuando volvi¨® a trabajar dijo que no pod¨ªa llevar maletas ni hacer trabajos duros, por lo que, terminado el Tour le dije que se buscara otro trabajo". Despu¨¦s de una masajista irlandesa y de un ayuda de c¨¢mara americano, Jongen es la tercera persona que dice haber estado cerca de Armstrong que siente la llamada del morbo, la necesidad de contar al mundo las maniobras del ciclista que ha ganado siete Tours. "Pero esta vez se pasa de exagerado", a?ade Bruyneel. "Porque para demostrar su cercan¨ªa Armstrong les ha dicho a los del peri¨®dico holand¨¦s que ¨¦l fue uno de los pocos del equipo que acudi¨® a una recepci¨®n de Bill Clinton terminado aquel Tour, y dijo tambi¨¦n que llev¨¢bamos la orden de no hacerle preguntas al presidente, porque por entonces estaba lidiando el problema de Monica Lewisnki. Pues bien, resulta, que Clinton recibi¨® en solitario a Lance, que nadie m¨¢s del equipo, ni siquiera yo, fue invitado".
"Son como setas. Cada d¨ªa sale un descontento que llama a un peri¨®dico"
Bruyneel, gran actor, sabe hacerse perfectamente a la vez el ingenuo, el interesante, el enterado, el director. Sabe tambi¨¦n a?adir combustible a la caldera en la que cuece, cada vez con m¨¢s fuerza, la teor¨ªa de la conspiraci¨®n como base f¨ªsica sobre la que se han armado las informaciones referentes al hallazgo de EPO en la orina congelada de Armstrong proveniente del Tour del 99. "Yo lo s¨¦ desde el 99, desde el d¨ªa siguiente en que gan¨® Armstrong en Sestriere", dice Bruyneel. "Me acuerdo, y nunca me olvidar¨¦, de la portada de L'?quipe de aquel d¨ªa. Dec¨ªan que Armstrong proven¨ªa de otro planeta. Eso lo dice todo". Y Bruyneel, que tambi¨¦n sabe ser c¨®mplice de aquel a quien le regala sus reflexiones, termina gui?ando de nuevo el ojo. "Pero si hasta vosotros, los periodistas no franceses, lo hab¨¦is escrito muchas veces. Siempre sois vosotros los que hab¨¦is dicho que los franceses est¨¢n amargados porque llevan 20 a?os sin ganar el Tour...", termina.
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