Canciones profundas
En un ataque de rid¨ªcula obsesi¨®n econ¨®mica, he estado a punto de calcular cu¨¢nto dinero cobro por cada letra que escribo en estos art¨ªculos. Incluso hab¨ªa pensado publicarlo abiertamente. Al final he decidido no hacerlo porque, sinceramente, no creo que exista ning¨²n lector que pueda estar interesado en el volumen de mis ingresos. Pero hay otras personas en el mundo cuyo capital nos despierta sobradamente el inter¨¦s. Pensemos en J. K. Rowling, la creadora de Harry Potter. Ha vendido m¨¢s de 250 millones de ejemplares en todo el mundo y la revista Forbes calcula su fortuna en 1.000 millones de d¨®lares. La pregunta que nos podemos formular ahora es la siguiente: ?Cu¨¢nto dinero ha cobrado la escritora por cada letra que ha escrito? Conocer este dato no nos va a cambiar la vida en absoluto, pero al menos se trata de una cifra m¨¢s interesante que la primera que ten¨ªa previsto calcular.
Por cada letra que tecle¨®, la se?ora Rowling ha ganado 200 d¨®lares. Cada letra (cada par¨¦ntesis), cada coma, ?cada exclamaci¨®n!
Par¨¦ntesis. Disculpen. Est¨¢n poniendo ahora mismo en La Ventana del verano, de la cadena SER, la canci¨®n Medias negras, de Joaqu¨ªn Sabina. Eso provoca que me acuerde de David, un amigo al que le vuelve loco este cantante. Tengo que llamarle y nunca encuentro el momento. Lo har¨¦ antes de terminar este art¨ªculo, porque las cosas, si las vas dejando, no las haces nunca. Perd¨®n por el par¨¦ntesis. Contin¨²o.
La suma de todos los libros de la serie Harry Potter contiene, aproximadamente, cinco millones de letras. Dividimos 1.000 millones de d¨®lares entre cinco millones y comprobamos, estupefactos, que por cada letra que tecle¨®, la se?ora Rowling ha ganado 200 d¨®lares. Cada letra (tambi¨¦n cada par¨¦ntesis, claro), cada coma, ?cada exclamaci¨®n! Y cada punto.
Bueno, ya conocemos la cifra. Voy a llamar a mi amigo David, el fan de Sabina. S¨¦ perfectamente que no deber¨ªa aburrirles con mis temas personales, pero las cosas tienen que hacerse cuando uno las ve claras. Si lo dejo otra vez, pasar¨¢n varios meses hasta que encuentre el momento de llamarle.
Como no escribo art¨ªculos de prensa habitualmente, desconozco si existe alg¨²n signo para representar una pausa temporal entre un p¨¢rrafo y el siguiente. A falta del conocimiento de esa se?al, les comento abiertamente que ya he telefoneado a David.
Le he pedido disculpas por haber estado tanto tiempo sin llamarle, y he sido sincero cuando le he dicho que escuchar una canci¨®n de Sabina me ha servido para que su nombre me llegara a la cabeza. Entonces, el muchacho ha empezado a hablar de su ¨ªdolo. Es muy pesado cuando lo hace. Le he preguntado por qu¨¦ le gusta tanto y su respuesta ha sido la misma que he o¨ªdo cientos de veces en boca de otros fans: "Lo bueno de Sabina no son sus m¨²sicas. El valor est¨¢ en la letra".
Al o¨ªrle decir eso, no he podido evitar recordar el c¨¢lculo que acabo de hacer y, muy serio, le he dicho a mi amigo: "?Crees de verdad, David, que las letras de Sabina tienen valor? Eso es que no conoces todav¨ªa las de J. K. Rowling".
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