Traves¨ªa personal y literaria
EN 1934 emprendi¨® Thomas Mann con su mujer Katia el primero (no el segundo como reza el texto de contraportada) de una serie de viajes de conferencias y lecturas en Estados Unidos, al cabo de los cuales aceptar¨ªa una docencia en la Universidad de Princeton. As¨ª terminar¨ªa para Mann una situaci¨®n de penosa inseguridad, prolongada desde que tuvo que refugiarse en Suiza a causa de sus discursos contra "el terror entontecedor" de los nazis. Am¨¦rica, y la pol¨ªtica de Roosevelt, aglutinaban muchas esperanzas para el autor de Los Buddenbrock, quien, dentro de su caracter¨ªstico recato, transmiti¨® el ¨¢nimo tembloroso del emigrante en estos apuntes de la lectura del Quijote, supuestamente tomados en la traves¨ªa. Se transparenta en sus contemplaciones sobre la "civilizada aventura" de cruzar el oc¨¦ano: "Abandono -basta con pensar en la palabra para sentir lo que significa estar arropado por la civilizaci¨®n humana-". Y asoma tambi¨¦n en el episodio de los botes salvavidas, cuando se pregunta qu¨¦ significa volver "a casa" para ¨¦l, despu¨¦s de haber perdido su domicilio de M¨²nich, "donde pensaba terminar mis d¨ªas", y estar instalado en la xen¨®foba Suiza, pa¨ªs en el que se sent¨ªa "m¨¢s como hu¨¦sped que en casa".
Incluidas las condiciones del viaje, el exilio del m¨¢ximo representante de la literatura alemana en el extranjero, no result¨®, evidentemente, tan apretado como para la mayor¨ªa de los refugiados del r¨¦gimen de Hitler, si bien igualmente marcado por los traslados, como testimonian las 28 fotos que engrosan la presente edici¨®n (queda por aclarar la pertinencia de las trece panor¨¢micas de transatl¨¢nticos, acompa?adas de extensas leyendas sobre tonelaje, medidas, capacidad de pasajeros, velocidad y a?o de construcci¨®n y de desguace).
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