La tragedia deja al descubierto la marginaci¨®n de los negros
La comunidad afroamericana, indignada al comprobar que es la m¨¢s afectada por la cat¨¢strofe
Las escenas de cuerpos flotando, de gente buscando comida en los escombros y de la multitud desesperada por encontrar cualquier forma de huir de Nueva Orleans han sido tr¨¢gicas. Pero muchos l¨ªderes afroamericanos sienten adem¨¢s la indignaci¨®n creciente de que la mayor¨ªa de los que siguen atrapados en el centro de esta tragedia son los mismos que durante generaciones fueron colocados en los m¨¢rgenes de la sociedad.
Las v¨ªctimas, subrayan, son mayoritariamente negros y pobres: los que trabajan duramente en la parte trasera de los para¨ªsos tur¨ªsticos, los que viven en los ruinosos suburbios que desde hace mucho se sab¨ªan vulnerables al desastre si los diques fallaban. Sin coche para escapar a tiempo, fueron dejados atr¨¢s por la falta de un plan para su rescate.
Algunos hablar¨¢n de una mano divina; otros han notado la ausencia de una mano humana
Se ha extendido la idea de que la raza y la clase determinaron qui¨¦n pudo escapar
"Si sabes que el terror se acerca en forma de hurac¨¢n, y siempre has visto el da?o que han hecho en Florida y otros lugares, ?en qu¨¦ est¨¢s pensando?", se pregunta Calvin O. Butts III, reverendo de una iglesia baptista de Harlem, Nueva York. "Pienso que mucho de lo ocurrido tiene que ver con la raza y la clase. La gran mayor¨ªa de los afectados son pobres y negros".
El sentimiento de que la raza y la clase son las marcas silenciosas que determinaron qui¨¦n escap¨® y qui¨¦n se vio atrapado se ha ido extendiendo. Como en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, donde los fracasos de las pol¨ªticas de desarrollo se ponen de manifiesto cada vez que hay desastres naturales como inundaciones y sequ¨ªas, varios dirigentes nacionales sostienen que algunas de las ciudades m¨¢s pobres de Estados Unidos se han vuelto m¨¢s vulnerables como consecuencia de las pol¨ªticas federales.
"Nadie se fijaba en la situaci¨®n de mucha de la gente negra en estos municipios cuando el sol brillaba", afirma Milton D. Tutwiler, alcalde de Winstonville, Misisip¨ª. "Por tanto", prosigue, "?estoy sorprendido de que ahora nadie haya venido a ayudarnos? No".
La pol¨¦mica ha inundado las webs de los grupos afroamericanos y muchos de sus l¨ªderes dicen que es el primer asunto de conversaci¨®n en el pa¨ªs. Algunos describen la devastaci¨®n provocada por el hurac¨¢n Katrina como "nuestro tsunami", subrayando que todav¨ªa no se ha producido una respuesta como la que sigui¨® a la tragedia asi¨¢tica.
Roosevelt F. Dorn, alcalde de Inglewood (California) y presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Alcaldes Negros, sostiene que los equipos de ayuda y de rescate deben actuar m¨¢s deprisa. "Tengo un listado de alcaldes negros de Misisip¨ª y Alabama que est¨¢n pidiendo ayuda a gritos; est¨¢n desesperados y nadie responde a sus llamamientos".
El reverendo Jesse Jackson opina que las ciudades han sido dejadas de lado por la Administraci¨®n de George W. Bush porque el presidente recibi¨® pocos votos urbanos. "Mucha gente negra siente que su raza, su situaci¨®n social y su comportamiento electoral han sido factores a tener en cuenta en la respuesta", asegur¨® Jackson tras reunirse con autoridades de Luisiana. "Lo que es evidente es que hay muchos pobres sin forma de salir".
En Nueva Orleans, el impacto del desastre subraya la relaci¨®n entre raza y clase en una ciudad donde dos tercios de los residentes son negros y m¨¢s de una cuarta parte vive en la pobreza. Spencer R. Crew, presidente del Centro para la Libertad, en Cincinnati (Ohio), afirma que el hurac¨¢n forzar¨¢ a la gente a afrontar el asunto de la desigualdad: "La mayor¨ªa de las ciudades tienen una parte oculta, de la que no siempre se habla, de pobres -blancos y negros-, y la mayor parte del tiempo lo ignoramos. No podemos ignorarlo m¨¢s".
"Supongo que el presidente culpar¨¢ a los servicios de informaci¨®n, pero el peligro era claro", apunta Charles B. Rangel, congresista dem¨®crata de Nueva York, quien lamenta que los recursos absorbidos por la guerra de Irak o por los "recortes de impuestos a los ricos" no se hayan destinado a las zonas pobres.
A las afueras de la Bro oklyn Law School, un hombre que vend¨ªa el jueves m¨²sica de cantantes afroamericanos sac¨® una terrible conclusi¨®n de lo sucedido: "Los negros no interesan".
Entre los mensajes y ensayos que circulan por Internet sobre la cat¨¢strofe hay uno de Mark Naison, un profesor blanco de estudios afroamericanos de la Universidad de Fordham, en el Bronx, Nueva York: "?Esto es por lo que los pioneros de los movimientos de derechos civiles lucharon? ?Una sociedad en la que muchos negros est¨¢n tan atrapados y aislados por su pobreza como lo estaban por las leyes segregacionistas?". Y a?ade: "Si el 11-S mostr¨® el poder de una naci¨®n unida en respuesta de un ataque devastador, el hurac¨¢n Katrina revela las profundas divisiones sociales de la naci¨®n".
Mart¨ªn Espada, profesor de la Universidad de Massachusetts, recalca que "los pobres est¨¢n en peligro". "Esto es lo que significa ser pobre: es peligroso ser pobre; es peligroso ser negro; es peligroso ser latino".
El pr¨®ximo domingo habr¨¢ plegarias. Los creyentes rezar¨¢n juntos por los sobrevivientes y por los que fallecieron e intentar¨¢n entender algo que todav¨ªa no se comprende del todo. Algunos quiz¨¢ hablar¨¢n de una mano divina detr¨¢s de todo esto. Pero otros ya han notado la ausencia de una mano humana.
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