El sida no espera
El autor llama al Gobierno a impulsar la financiaci¨®n del Fondo Mundial contra el sida, la malaria y la tuberculosis
"El Fondo Mundial para la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis no puede verse obligado a rechazar a pa¨ªses que necesitan ayuda urgente por falta de recursos". As¨ª de rotundo se ha expresado Stephen Lewis, enviado especial de Naciones Unidas para el VIH / Sida en ?frica respecto al futuro de una herramienta esencial para combatir una epidemia que afecta ya a m¨¢s de 40 millones de personas y que pone en peligro el desarrollo de las regiones m¨¢s pobres del planeta.
El Fondo Mundial fue creado en 2001 a propuesta de Kofi Annan con el objetivo de conseguir financiaci¨®n para combatir esas tres enfermedades e intentar detener la expansi¨®n del sida. El secretario general de Naciones Unidas describi¨® entonces esta iniciativa como "su prioridad personal". En estos a?os, el Fondo ha conseguido resultados muy positivos. As¨ª, su financiaci¨®n ha posibilitado tratamiento antiviral a 130.000 afectados y la realizaci¨®n de pruebas voluntarias de VIH a m¨¢s de un mill¨®n de personas.
Mientras en Espa?a hay 3.000 nuevos casos al a?o, en Mozambique se contagian 182.500
Se estima que este instrumento proporcione alrededor del 20% de las necesidades de financiaci¨®n de la lucha contra el sida y un porcentaje a¨²n mayor en el caso de la tuberculosis y la malaria. Sin embargo, los Estados donantes no han destinado los recursos imprescindibles para financiar los programas presentados por pa¨ªses en desarrollo como Zambia, donde la esperanza de vida ha descendido a 33 a?os seg¨²n Unicef, o Botsuana, con uno de cada tres habitantes afectado por el VIH.
Los d¨ªas 5 y 6 de septiembre se celebrar¨¢ en Londres una Conferencia de Financiaci¨®n donde los donantes deber¨¢n hacer p¨²blicos sus compromisos para el bienio 2006-2007 cuando a¨²n existe un d¨¦ficit de 400 millones de d¨®lares para cubrir las necesidades de 2005. Si no se logra cubrir este d¨¦ficit en la cita de Londres, muchos de los programas ya aprobados tendr¨ªan que aplazarse. Pero el sida no conoce tiempos ni respeta plazos. Es sorprendente la contradicci¨®n entre lo poco que dan los Gobiernos m¨¢s ricos y lo que ¨¦stos, al mismo tiempo, solicitan a los pa¨ªses m¨¢s pobres: que impulsen con fuerza la lucha contra estas enfermedades para poder desarrollarse.
En el caso del sida, como en otros muchos ¨¢mbitos, las comparaciones son desoladoras. Recientemente, el Ministerio de Sanidad espa?ol anunci¨®, en la presentaci¨®n de una campa?a para impulsar el diagn¨®stico precoz del sida, que cada a?o se producen en nuestro pa¨ªs 3.000 nuevas infecciones. En ese mismo periodo de tiempo se estima que en un pa¨ªs como Mozambique, con apenas 17 millones de habitantes, 182.500 habr¨¢n contra¨ªdo el virus.
En la lucha mundial contra la enfermedad, el Gobierno espa?ol ha hecho hasta ahora un esfuerzo considerable, con 100 millones de d¨®lares a lo largo de cuatro a?os, pero insuficiente, si tenemos en cuenta el peso que nuestra econom¨ªa tiene y pretende tener en el mundo. Para contribuir a cubrir el d¨¦ficit de m¨¢s de 700 millones en 2005, Espa?a s¨®lo ha aportado 15 millones cuando deber¨ªa haber doblado esa cantidad.
El Gobierno espa?ol, en declaraciones hechas en diversos foros, est¨¢ apostando por el apoyo a la cooperaci¨®n multilateral y su integraci¨®n en la corriente internacional. Para ello, los objetivos que se marca el Ejecutivo en esta materia deben ir acompa?ados de recursos proporcionales que, en el caso del sida, no lo est¨¢n siendo.
Desde el Congreso de los Diputados, la Alianza Espa?ola contra la Pobreza, apoyada por decenas de organizaciones, y la Plataforma Sida y Desarrollo, se ha solicitado al Gobierno que duplique sus compromisos como han hecho Reino Unido, Francia o Jap¨®n. Por todo ello, Espa?a debe dar un gran impulso a los esfuerzos de financiaci¨®n del Fondo Mundial y asumir una postura de liderazgo en este sentido. Este aumento supondr¨ªa adem¨¢s, un incremento de la aportaci¨®n norteamericana ya que EE UU se ha comprometido a contribuir con un tercio de los recursos obtenidos por el Fondo. Es decir, si Espa?a aumentara su contribuci¨®n en 90 millones de d¨®lares, obligar¨ªa a Washington a aumentar en 30 millones la suya.
En la Conferencia de Financiaci¨®n de septiembre en Londres, Espa?a deber¨ªa aportar 75 millones para 2006 y 90 para 2007. Cualquier cifra inferior no se corresponder¨ªa con la participaci¨®n del PIB en la econom¨ªa mundial y, lo que es mucho m¨¢s grave, dejar¨ªa sin financiar programas que pueden salvar millones de vidas y prevenir cientos de miles de infecciones por VIH. En 2001 se prometi¨® a los pa¨ªses sin recursos que no les faltar¨ªa financiaci¨®n para acabar con el sida si presentaban unos planes de calidad. Ellos est¨¢n cumpliendo su parte, ahora nos toca a nosotros cumplir con la nuestra. De ello depende la vida de millones de personas que no pueden esperar.
Rafael Beneyto es director general de Ayuda en Acci¨®n.
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