La sensualidad de un mito
Es m¨¢s que un actor, es una leyenda. A punto de cumplir 80 a?os, con la historia de un siglo a la espalda, Michel Piccoli desnuda sus recuerdos de Bu?uel, Dal¨ª, Ferreri, Azcona o Mastroianni; desvela sus secretos de actor y habla del papel imprescindible de la cultura europea.
Aquel d¨ªa estaba en la Embajada francesa en Madrid a punto de viajar a Almagro, donde iba a recibir el homenaje del Festival de Teatro Cl¨¢sico. Alrededor de ese hombre grande hab¨ªa obras de Manolo Vald¨¦s y tapices cl¨¢sicos, acaso la combinaci¨®n cosmopolita que define la cultura de su pa¨ªs. ?l mismo representa la pasi¨®n francesa por el teatro y por el cine, y cuando habla de ello, y tambi¨¦n de Francia, adopta al tiempo la expresi¨®n del orgullo y la humildad a la que cualquier actor se debe; ¨¦l no es nadie, dice, hasta que un director no lo dirige, y ¨¦l ha dirigido tambi¨¦n, quiz¨¢ para darse cuenta de que sin ese espejo el actor no es nadie? Para ¨¦l, entender el alma humana, para expresarla en el escenario, es comprender al tiempo el alma de los embajadores y de los zapateros? Aquel d¨ªa, ni una sola vez abandon¨® la sonrisa con la que penetr¨® en asuntos como la vida y la muerte?
Va vestido de blanco, y en efecto es grande como en las pel¨ªculas y como en el teatro; nada m¨¢s encontrarle, ya establece una corriente que tiene que ver con la tranquilidad y con la sensualidad que desprende, en las pel¨ªculas y en la cercan¨ªa, como si su cuerpo se estuviera adaptando no s¨®lo a lo que dice, sino tambi¨¦n al que acaba de llegar; est¨¢ acostumbrado a atender, y a veces tiene la delicadeza de celebrar que se le pregunte por algo concreto. Por ejemplo, qu¨¦ da el actor de s¨ª, qu¨¦ ofrece para que una obra de arte sea lo que quiere el director. Tiene la mirada mucho m¨¢s cercana y c¨¢lida, noble, que en algunas de sus pel¨ªculas, y algunas veces, mientras le miraba para acercarme a esa mirada, me pregunt¨¦ si este Michel Piccoli que ahora est¨¢ aqu¨ª, bien rasurado, no como en algunas de sus pel¨ªculas en las que destacan sus cejas, su barba de algunas horas, cierto cansancio existencial y, en todo caso, un cuerpo grande que lo domina todo, ser¨ªa reconocido si saliera a la calle ahora y entrara en un bar cualquiera de la zona. Y la conclusi¨®n es que la gente tardar¨ªa algo, acaso no demasiado, en advertir que ¨¦l es el actor franc¨¦s que han visto tantas veces. Es un hombre afectuoso, que te mira como si le fueras a llevar noticias de otros amigos, y, en efecto, nosotros le llevamos recuerdos de Rafael Azcona, el guionista de dos de sus pel¨ªculas m¨¢s importantes (La gran comilona y Tama?o natural) y el que tuvo la idea que origin¨® el primer filme que le dirigi¨® Marco Ferreri, Dillinger ¨¦ morto, rodado en el parque G¨¹ell de Barcelona? La conversaci¨®n sobre Azcona ("era t¨ªmido, silencioso, pero enseguida surgi¨® entre nosotros una gran corriente de simpat¨ªa, de calor mutuo") muestra ese Piccoli c¨¢lido y amistoso que inmediatamente rompe la imagen previa que uno puede tener de cualquier actor grande para ser la de un hombre que, adem¨¢s de seguir siendo el actor que es, tambi¨¦n es un personaje agradecido a la vida, y a lo que los otros le han dado? Est¨¢ a punto de cumplir 80 a?os (el 27 de diciembre de 2005), ha actuado en incontables obras de teatro y ha hecho cerca de doscientas pel¨ªculas, y la imagen que ofrece, desde que te da la mano, es la de un hombre dispuesto, disponible para que le vuelvan a llamar. Siempre est¨¢ en barbecho, dice, cualquier idea es bienvenida a su tarea de actor, y algunas de esas tareas han sido verdaderamente atrevidas, como aquella La gran comilona, en la que le dirigi¨® Marco Ferreri, o como aquella Tama?o natural, en la que Luis Garc¨ªa Berlanga le hizo partenaire de una mu?eca hinchable? Uno de sus grandes encuentros fue el que tuvo con Luis Bu?uel? De ¨¦l habla como de una relaci¨®n amorosa, o religiosa, o de un compa?ero de colegio cuya muerte niega? "No morir¨¢ nunca", dijo cuando tuvo la noticia de la muerte del gran surrealista espa?ol, y repiti¨® lo que Bu?uel dijo cuando le preguntaron por otro amigo muerto: "No hablo de los amigos muertos? Les pongo estrellas, como a los restaurantes". As¨ª que pedimos qu¨¦ estrellas le pondr¨ªa a Bu?uel? "Huy, ¨¦l es el que lo decide". Como si Bu?uel estuviera a¨²n al lado. Una historia, sobre su relaci¨®n con la guerra mundial, dej¨® en el aire la mirada de un ni?o asustado por la vida. Fue ni?o el actor grande.
Siempre que le vemos en cine, y ahora que le vemos, y hasta su nombre, evoca salud, sensualidad, amor por la vida?
Tiene usted raz¨®n, puedo dar esa impresi¨®n, de salud, de sensualidad, y de hecho muchos de mis personajes expresan esa sensualidad, ese amor por la vida? Sin embargo, en muchos otros papeles he ocultado esa parte de mi personalidad, porque el personaje no la requer¨ªa? Me alegra lo que dice porque me gusta mucho la sensualidad oculta, escondida? No s¨®lo la sensualidad con las mujeres, sino tambi¨¦n con los amigos, con la comida? Me gusta que esa sensualidad permanezca secreta? Por eso odio las pel¨ªculas pornogr¨¢ficas?
Nunca ha renunciado, ni en el cine ni en el teatro, a hacer del cuerpo un instrumento clave de la interpretaci¨®n?
?Pero voy muy vestido siempre! No, en serio? Una de las cosas del oficio de actor es actuar con los gestos y con el cuerpo, dar todo lo que tienes, ser todo lo que eres. El texto es capital, desde luego, aunque muchas veces (como en Dillinger ¨¦ morto, de Marco Ferreri) he tenido papeles pr¨¢cticamente mudos, pero sin la sensualidad del individuo, del actor, el espectador no recibe nada; la sensualidad es fundamental, y yo me siento muy sensual: ?pero de una sensualidad oculta!
As¨ª que el cuerpo est¨¢ ah¨ª, y nunca renuncia a ¨¦l?
En realidad, a lo que no puedo renunciar nunca de ninguna manera es a la personalidad de los autores, de los directores de cine? Porque para m¨ª, ser int¨¦rprete no es ser int¨¦rprete de m¨ª mismo, sino de lo que dicen los autores o los directores? No me interesa representarme a m¨ª.
A ese respecto, un gran cr¨ªtico espa?ol, ?ngel Fern¨¢ndez-Santos, dijo de usted, hablando de 'Los equilibristas', sobre Jean Genet, que "compone la casi inimaginable personalidad de Genet con tal facilidad que parece, en un trabajo tan esforzado y ¨¢spero, no hacer ni el menor esfuerzo, dando as¨ª a su meticulosa elaboraci¨®n aspecto de improvisaci¨®n?".
?Qu¨¦ puedo contestar a eso, un elogio tan estimulante??
?Y c¨®mo prepara su improvisaci¨®n??
Trabajando, trabajando mucho; leyendo, estudiando, tratando de ser aquel que me proponen que sea, para que al final quien digo que soy sea quien quiere que sea el director? Me preparo cada d¨ªa, y procuro ir fresco al rodaje; lo aprendo todo, pero pretendo dar la impresi¨®n de que no he aprendido nada? No estoy pensando constantemente: voy a interpretar este papel? Si lo hiciera as¨ª, enloquecer¨ªa, ser¨ªa dos? Lo que s¨ª pienso es por qu¨¦ tal autor ha escrito lo que ha escrito, porque este concreto director de cine quiere hacer esta u otra historia? De este modo entro un poco en la intimidad del autor o del director, as¨ª que ya es su papel, no el m¨ªo?
Pero algo pondr¨¢ de su parte el actor?
?Lo que el actor pone? Pues me parece que pone los secretos del autor o del director dentro del personaje. ?Le parece claro?
S¨ª, lo parece?
No pienso nunca en el personaje que estoy interpretando? Trato de olvidar al m¨¢ximo que soy actor?
??se es su secreto?
Pienso que s¨ª?
Entonces dar¨ªa la impresi¨®n de que usted es como el campo, o la tierra, y que sobre usted van lloviendo experiencias que le empapan?
Mire, no est¨¢ mal esa comparaci¨®n, porque en efecto yo soy muy de tierra, de campo, y a m¨ª me impregnan las cosas como si lloviera sobre m¨ª, eso es as¨ª?
?Y c¨®mo le afecta como persona lo que interpreta? ?Qu¨¦ le deja esa lluvia?
Yo interiorizo lo que me dice el director, y despu¨¦s trabajo con ¨¦l, soy su int¨¦rprete.
Quiz¨¢ eso explica estas comparaciones que hicieron una vez sobre usted: "Como Cary Grant, como James Stewart, como Gary Cooper, Piccoli tiene el raro talento de adaptarse a cualquier clase de material sin alterar su esencia?".
?Gracias! Me parece una definici¨®n muy agradable? Cualquier cosa que diga sobre ella ser¨¢ interpretada o como una arrogancia o como una ingratitud? De todas maneras, yo nunca he querido ser un actor inmutable?, he querido ser diferente cada vez que interpreto, en la voz, en la manera de hablar, en los gestos? Voy a darle un ejemplo clar¨ªsimo que lo explica? Ocurri¨® con Marco Ferreri, a quien no conoc¨ªa todav¨ªa? Me fue a esperar en Par¨ªs, por fuera de un estudio al que yo iba esa tarde para filmar una pel¨ªcula? Se me acerca y me expresa su deseo de hablarme, y yo le digo que no tengo tiempo, que venga otro d¨ªa, ma?ana, en el mismo sitio? Al d¨ªa siguiente viene, me extiende diez folios, "mire, lea esto". Mientras lo le¨ªa me miraba con sus profundos ojos azules, y al final le pregunt¨¦ si ¨¦l quer¨ªa hacer una pel¨ªcula con aquello. "Que s¨ª". ?Conmigo? "Que s¨ª"? E hicimos la primera pel¨ªcula juntos, Dillinger ¨¦ morto, que yo creo que es una de mis mejores pel¨ªculas?
Y que parte de una idea de Rafael Azcona?
S¨ª, Azcona, qu¨¦ gran personaje, t¨ªmido, interior; se sentaba en Par¨ªs, con nosotros, y no hablaba nada, pero por dentro corr¨ªa una enorme corriente de simpat¨ªa mutua? Y con Ferreri todo fue muy bien; nos trat¨¢bamos as¨ª, casi sin hablar, ¨¦l me daba unas orientaciones, c¨®mo deb¨ªa moverme, c¨®mo deb¨ªa estar en las distintas secuencias de la pel¨ªcula, y yo intu¨ªa todo lo que ¨¦l quer¨ªa que yo hiciera?
El director ideal para usted?
El director ideal, con Luis Bu?uel?
Tiene usted una gran relaci¨®n con espa?oles excepcionales del siglo? Bu?uel, Azcona, Berlanga, Semprun, Alberto Puig Palau [El T¨ªo Alberto del que canta Serrat]?
Personajes extraordinarios, ah, recu¨¦rdeme que le hable de Puig Palau, no podemos hacer esta entrevista sin que yo le hable de Puig Palau? Los espa?oles son personajes extraordinarios? A veces he pensado si esa pasi¨®n, ese genio, no provienen de la experiencia y el sufrimiento de la Guerra Civil?, ese desgarro que sufrieron y que los oblig¨® a ser a¨²n m¨¢s imaginativos y m¨¢s apasionados? Acaso eso nos falta a nosotros, los franceses, aunque no quisiera ser como esos franceses que tienen la costumbre de hablar mal de su pa¨ªs?
Uno de los acontecimientos de su vida fue encontrarse con Bu?uel?
En realidad, como me pas¨® con Ferreri, casi todo lo que me ha sucedido en la vida, es decir, lo mejor que me ha pasado, ha sido por casualidad? Yo ten¨ªa treinta a?os, y sab¨ªa que Bu?uel iba a venir a Par¨ªs? Le escrib¨ª una carta, pidiendo verle al llegar? ?l me envi¨® un telegrama, ?y despu¨¦s me llam¨® para confirmar que yo hab¨ªa recibido el telegrama! ?l ten¨ªa ese aspecto de genio imaginativo y quiz¨¢ despistado, pero pose¨ªa una gran organizaci¨®n, su genio estaba sometido a una enorme disciplina? Y cuando ten¨ªa ya la cita me llam¨® de nuevo para decirme que era imposible, que no nos pod¨ªamos ver? Pero despu¨¦s vino a una representaci¨®n m¨ªa y me esper¨® al final. "?Qu¨¦ bien, qu¨¦ obra, ha estado usted formidable!". Luego nos hicimos amigos, ¨ªbamos por Par¨ªs, le gustaba beber, y ten¨ªa su propia disciplina tambi¨¦n para beber. ?No era, nunca lo fue, un borracho! Hac¨ªa unos c¨®cteles magn¨ªficos, a las cinco de la tarde, y como eran de su invenci¨®n, nosotros los llam¨¢bamos bu?olonic, como gin-tonic? As¨ª que en un momento determinado ¨¦l se olvid¨® de que yo era actor y yo me olvid¨¦ de que ¨¦l era director, y simplemente ¨¦ramos amigos que ¨ªbamos por Par¨ªs?
?Y c¨®mo se dio cuenta luego de que era en efecto actor?
Ah, ¨¦l ten¨ªa su propia din¨¢mica?, su propia diplomacia? Un d¨ªa me llamaron de una productora? "Mire, Bu?uel quiere hacer una pel¨ªcula, necesita alguien que pueda ser cura y que tenga 45 a?os?". Yo ten¨ªa tambi¨¦n mi propia diplomacia, as¨ª que les dije lo obvio: yo ten¨ªa 30 a?os, no pod¨ªa ser un cura de 45? Bueno, a ellos les daba igual, as¨ª que me fui de all¨ª, y al cabo de unos meses me llamaron de la misma productora? "El se?or Bu?uel quiere que usted haga de cura de 45 a?os?". A m¨ª me pareci¨® bien, al fin y al cabo era Bu?uel quien me reclamaba? As¨ª que me fui a M¨¦xico, con Simone Signoret, que tambi¨¦n iba a estar en la pel¨ªcula, y ¨¦l nos recibi¨®, muy educado, "Se?ora, se?or?", y a?adi¨®, dirigi¨¦ndose a m¨ª: "Para nada das el papel, pero lo vas a hacer". Y fui un cura?
De 45 a?os?
De 30, ?qu¨¦ m¨¢s daba?, era Bu?uel?
El surrealismo?
Cuando Bu?uel se muri¨®, se acab¨® el surrealismo? ?l era el gran surrealista, con Dal¨ª, y cuando rompieron, ¨¦l sigui¨® siendo el gran surrealista? Su modo de ver la realidad, de contarla, era tambi¨¦n el de un surrealista espa?ol; ¨¦l era muy espa?ol. Por ejemplo, ¨¦l no era un anticlerical. Simplemente, ten¨ªa un sue?o muchas veces, y en ese sue?o, ¨¦l fusilaba al Papa?
?Y usted no tiene ese sue?o?
No, en absoluto? Yo he tenido la suerte de tener dos padres que dejaron enseguida el catolicismo, por razones que no vienen al caso? Mi madre, en concreto, impidi¨® que yo hiciera la primera comuni¨®n?
Cuando muri¨® Bu?uel, usted se neg¨® a despedirlo, como si no se hubiera muerto?
Es que no se muri¨®, sigue ah¨ª, sigue su obra, sigue su manera de ver el cine, sigue su organizaci¨®n de las pel¨ªculas?
Usted hizo con Bu?uel 'El discreto encanto de la burgues¨ªa', en la que se producen muchas situaciones surrealistas?, alguna vez todos est¨¢n sentados en un v¨¢ter?
Era Bu?uel, filmaba sue?os? Todos sab¨ªamos que est¨¢bamos en un filme que no dec¨ªa s¨®lo lo que se filmaba, que hab¨ªa algo m¨¢s que eran los sue?os del director y los sue?os que pod¨ªamos tener los dem¨¢s acerca de lo que ¨¦l estaba so?ando?
Y en 'La gran comilona' hay un grupo de gente que se encierra para destruirse comiendo?
Hubo gente que cre¨ªa que Ferreri hab¨ªa hecho una pel¨ªcula de humor, e incluso fuertemente er¨®tica? Durante el franquismo, que la prohibi¨® en Espa?a, muchos espa?oles iban al sur de Francia creyendo que iban a ver una pel¨ªcula cuasi pornogr¨¢fica? Y el mismo Ferreri se horroriz¨® cuando la vio entera por primera vez, ¨¦l sab¨ªa que hab¨ªa hecho una pel¨ªcula fuerte y profunda, e incluso cre¨ªa estar dentro del papel que interpretaba Phillippe Noiret? Se horroriz¨® al darse cuenta del poder interior, esencial, de indagaci¨®n en la soledad del ser humano, de gente como nosotros, cerca de los cuarenta a?os, en aquel tiempo tan especial, despu¨¦s de la revoluci¨®n de mayo del 68? Es una pel¨ªcula que a¨²n hoy sobrecoge, porque Ferreri estaba diciendo algo distinto a lo que la gente crey¨® que estaba diciendo? No era en absoluto una pel¨ªcula superficial? V¨¦ala hoy.
?Y c¨®mo se sinti¨® con aquellos monstruos del cine, Tognazzi, Mastroianni, Noiret?? ?La convivencia era buena?
Excelente? En realidad, Ferreri siempre ten¨ªa una especie de troupe de actores, los mismos para todas sus pel¨ªculas, y nos usaba como si fu¨¦ramos payasos de esa troupe? A veces me dec¨ªa: "En esta pel¨ªcula no sirves, estar¨ªa mejor Marcello", y no pasaba nada, era as¨ª como ¨¦l nos trataba, y nosotros quer¨ªamos que ¨¦l nos tratara as¨ª?
Muchos atrevimientos espa?oles? En esa pel¨ªcula tuvo como guionista a Azcona, como en 'Tama?o natural', de Berlanga?
Ah. Esa pel¨ªcula? Fue una experiencia magn¨ªfica? Berlanga es un gran director, y esa pel¨ªcula me vino como una gran alegr¨ªa? Cuando recib¨ª el gui¨®n no lo dud¨¦ un segundo, una pel¨ªcula como esa debe hacerla un actor que tenga verdaderamente arraigada la pasi¨®n de actuar? Es una experiencia ¨²nica? Yo ten¨ªa como compa?era de rodaje a una mu?eca, ?una mu?eca hinchable! Imag¨ªnese: ni hablaba, ni me pod¨ªa dar r¨¦plica? Fabuloso: yo ten¨ªa que hacerla actuar; la mov¨ªa a un lado y a otro, porque si no la hac¨ªa actuar, yo tampoco estaba completo como actor? As¨ª que tambi¨¦n ten¨ªa que hacer de marionetista? Algo fabuloso?
Y deb¨ªa de dar un poco de reparo tener una mu?eca que se convierte en amante?
Esta pel¨ªcula s¨®lo se les pod¨ªa ocurrir a espa?oles? Bueno, Ferreri tambi¨¦n la pudo haber hecho? F¨ªjese, cuando ¨ªbamos a rodar, Berlanga estaba m¨¢s preocupado por la mu?eca que por m¨ª? A ¨¦l le horrorizaba que a m¨ª me gustara la mu?eca, porque cuando la iba a ver a Par¨ªs, porque la fabricaron en Par¨ªs, le parec¨ªa horrible, y a m¨ª me parec¨ªa magn¨ªfica?
?Y no hay pudor, no siente pudor?
Cuando viene una pel¨ªcula y t¨² ves la historia, sabes que la puedes hacer, que es buena, ya todo desaparece, y desapareces t¨² tambi¨¦n, porque t¨² eres un int¨¦rprete, no eres ni la pel¨ªcula ni el personaje? Si no te lo tomas as¨ª, no puedes hacer nada?
Incluso ha follado en escena en una obra de teatro dirigida por Robert Wilson?
S¨ª, un texto de Marguerite Duras, pero ¨¦se es el teatro, que la gente crea que est¨¢ haciendo contigo algo que t¨² tampoco est¨¢s haciendo de verdad? Fue una sensaci¨®n extraordinaria, tanta gente vi¨¦ndote, y t¨² interpretando tambi¨¦n sus sue?os, su manera de referirse al acto de amar?
[Hubo un incidente magnetof¨®nico, que se solvent¨® gracias a Piccoli y a la generosidad de Serge Fohr, el agregado cultural franc¨¦s en Madrid, y seguimos la conversaci¨®n en Almagro, volviendo en tren a Madrid, y luego sentados en la estaci¨®n de Atocha, antes de que el actor volviera a Par¨ªs. En Almagro le hab¨ªan preguntado si se sent¨ªa Quijote. Todos somos un poco quijotes. Y luego le dijeron si hab¨ªa conocido a alg¨²n quijote. Se qued¨® pensando y dijo el nombre de Berlanga. Alguien le dijo: "Tambi¨¦n podr¨ªa ser Sancho". "Ah, entonces Berlanga es un hombre extraordinario". Lo que sigue es la conversaci¨®n habida en Atocha, mientras el actor se com¨ªa un inmenso pepito de ternera. Muy apetitoso, incluso sensual.]
Por cierto, no deje que me vaya sin que le hable de Puig Palau, el t¨ªo Alberto?
S¨ª, acaso antes d¨ªgame unas palabras sobre este cambio de costumbres que se est¨¢n advirtiendo en Europa, acaba usted de asistir en Espa?a a la aprobaci¨®n del matrimonio homosexual? ?El sue?o de Bu?uel sobre el Papa se est¨¢ haciendo realidad?
Cuando Bu?uel dec¨ªa eso de matar al Papa lo dec¨ªa con mucha violencia, pero tambi¨¦n con mucho humor? Para m¨ª supone una gran interrogante el asunto del matrimonio homosexual. Me parece maravilloso que por fin se reconozca a los homosexuales sin odio y sin insultos? Y la gran pregunta no religiosa, no cat¨®lica, es qu¨¦ pasa cuando los matrimonios siguen a pesar del odio, qu¨¦ hace la religi¨®n con eso? El ¨²nico problema del matrimonio homosexual es que no se pueden tener hijos? Se abre una nueva manera de vivir para una gente que ha sido insultada a lo largo de los a?os?; el racismo sexual es algo terrible, cuando llamaban maricas o maricones a los homosexuales, cuando se les degradaba? La pregunta principal ser¨ªa tambi¨¦n: ?qu¨¦ es m¨¢s honesto, hacer matrimonios de inter¨¦s que generan odio o hacer matrimonios de pasi¨®n entre personas del mismo sexo?
Ahora hay en su pa¨ªs mucha inquietud respecto a la inmigraci¨®n?
?Y de d¨®nde viene la emigraci¨®n? De gente que ha sufrido guerras civiles en sus pa¨ªses y han buscado refugio en el extranjero? ?C¨®mo les vas a negar asilo? Y el problema m¨¢s grande es el conflicto que divide a los pa¨ªses ricos y a los que no han alcanzado un nivel m¨ªnimo de desarrollo? ?Qui¨¦nes son los culpables de la falta de acuerdo para propiciar una situaci¨®n diferente, los pa¨ªses ricos o los pa¨ªses pobres?
?Y qu¨¦ tiene que hacer Europa ahora?
Europa tiene que existir, no para tener un conflicto con Estados Unidos, sino para mantener un equilibrio mundial? Ahora estamos muy orgullosos del conflicto entre Boeing y Airbus, pero eso no es nada frente a la gran guerra sin armas que tiene al petr¨®leo por medio? No s¨¦ si Europa va a ser capaz de mantener un punto de equilibrio interesante para los nuevos conquistadores del mundo, China, India, Estados Unidos? Voy a ir m¨¢s all¨¢, aunque pueda parecer ingenuo, hablo de la guerra entre islamistas y no islamistas. La integraci¨®n de Turqu¨ªa en la Europa de hoy podr¨ªa ser algo inteligente; no se puede aducir que no se hace porque a¨²n no han reconocido el genocidio armenio, y claro que ya es tiempo de que lo reconozcan. ?Pero nosotros tambi¨¦n hemos tardado en reconocer el genocidio contra los jud¨ªos en Europa?!
Y en ese contexto, ?la guerra cultural Estados Unidos-Europa es una guerrita o una gran guerra?
Una guerra grande? Hollywood es s¨®lo una parte de Am¨¦rica, pero para nosotros es el s¨ªmbolo; hay muchas Am¨¦ricas, est¨¢ la Am¨¦rica de un terrible fundamentalismo religioso y hay otra mitad que odia esa Am¨¦rica, le tiene miedo? Y en lo que a nuestro mundo respecta, en Hollywood est¨¢n los reyes del comercio que se enfrenta a la cultura que aqu¨ª deber¨ªamos hacer?
Usted es tan grande que parece que nunca fue ni?o? ?C¨®mo era de ni?o?
Era mudo, no hablaba. Mi madre era de una gran familia burguesa, y mi padre era senador. Una familia muy cat¨®lica. La de mi madre era una familia de 11 hermanos. Por motivos de dolor personal, ella empez¨® a dudar de Dios: a su hermano preferido lo mataron en la I Guerra Mundial? Despu¨¦s, su primer hijo muri¨® a los tres a?os? Y abandon¨® por completo la creencia de que Dios era bueno? Y aunque yo era muy peque?o, entend¨ªa esas cosas? Los dos eran m¨²sicos, y se ganaban la vida muy dif¨ªcilmente? Por parte de la familia de mi madre eran ricos, y ten¨ªan una actitud muy poco correcta con mis padres? Eso supon¨ªa para m¨ª un gran malestar, no un dolor inmenso, pero s¨ª un gran malestar? Pronto entend¨ª que yo hab¨ªa nacido gracias a que mi hermano hab¨ªa muerto? Ellos no habr¨ªan tenido recursos para mantener dos hijos, de modo que estaba claro que yo hab¨ªa nacido por esa dolorosa circunstancia? A mi madre le escuch¨¦ decir muchas veces que, en contra de lo que piensa la gente, dar a luz no es algo maravilloso, es un dolor tremendo?
?Y c¨®mo se recuper¨® del trauma?
Estuve internado en un colegio fuera del pa¨ªs; me gustaba, era feliz. Nos hac¨ªan actuar en las fiestas, y yo hac¨ªa teatro. Y de repente me encontr¨¦ en un escenario contando historias de adulto? A los 18 a?os yo era muy buen alumno, y les dije a mis padres que quer¨ªa ser actor? Nunca me hab¨ªan llevado al cine o al teatro. Ella tuvo una reacci¨®n muy sana, me meti¨® en un curso? Y luego me hice actor; hay un misterio en todo esto: ?c¨®mo fue que nunca me encontr¨¦ en la vida con gente en este oficio que no fueran mercaderes, sino poetas? Tuve mucha suerte.
?Alg¨²n otro misterio?
S¨ª. ?Por qu¨¦, teniendo la edad que tengo, no me doy cuenta de que la tengo?
?C¨®mo le afect¨® la II Guerra Mundial, cuando era un adolescente?
Ten¨ªa 14 a?os cuando empez¨®. Mis padres ten¨ªan una radio y ah¨ª o¨ª la voz de Hitler. Sent¨ª un miedo profundo al o¨ªr esa voz? Mi madre trabajaba en una tienda de carb¨®n para ganarse la vida, y mi padre se qued¨® en Par¨ªs; pero mi madre me busc¨® una bicicleta y me dijo: "Vete a Corrers [un departamento del sur de Francia]", a quinientos kil¨®metros, a la finca de unos amigos, donde ten¨ªan que recogerme? Hice el trayecto velozmente, era el ¨¦xodo, un p¨¢nico total? Y yo hice solo esa distancia, era el ni?o m¨¢s feliz del mundo huyendo con mi bicicleta? En ese cortijo hab¨ªa un hombre llorando, un se?or mayor, que ten¨ªa por lo menos 35 a?os? Lloraba, y era la primera vez que yo ve¨ªa a un adulto llorar? Pregunt¨¦ por qu¨¦ lloraba y me respondieron: "Porque es jud¨ªo". Ah¨ª entend¨ª de qu¨¦ iba todo aquello. Despu¨¦s escuch¨¦ la voz de De Gaulle, empezaba la guerra, y De Gaulle era mi h¨¦roe?
?Y ahora qui¨¦n es su h¨¦roe?
No s¨¦, antes pod¨ªa haber sido Zidane? No tengo h¨¦roes: tengo un orgullo, tener la suerte de haber tenido dos hijos a los 64 a?os? O sea, que soy un hombre joven? Por cierto, no hemos hablado de Alberto Puig Palau?
Adelante?
Lo conoc¨ª en Espa?a, es cu?ado de mi mujer? Lo conoc¨ª cuando rodaba Tama?o natural? En el gui¨®n hab¨ªa un hombre que era ma?tre de hotel, y Luis me lo se?al¨®, aquel papel iba a ser de Alberto? Era un hombre muy elegante. ?l viv¨ªa en una finca magn¨ªfica. Y all¨ª le conoc¨ª de veras. Era un hombre casi imaginario, con una gran fortuna, aunque ya se le hab¨ªa reducido algo? Pero segu¨ªa siendo amigo de Serrat, de Dal¨ª?, ten¨ªa una elegancia que apabullaba? Hab¨ªa estado en la Resistencia, y le hab¨ªan dado la Legi¨®n de Honor? Desprend¨ªa amor, y un amor por las mujeres ejemplar. Llegaba vestido de una manera elegante, a mediod¨ªa, despu¨¦s de salir del ba?o, y quedaba un poco antes en los bares de tapas para hablar con sus amigos gitanos? Era un pr¨ªncipe, no un dandi? Un hombre modesto e inteligente? Lo sigue siendo en mi memoria.
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