Otra vez el petr¨®leo
El mes de vacaciones por excelencia, agosto, no nos ha dado grandes sustos en el terreno econ¨®mico-financiero, como ha ocurrido otros a?os, aunque la nueva y brusca subida del precio del petr¨®leo ha vuelto a empeorar las expectativas inflacionistas. Ya en julio, la subida de los precios de la energ¨ªa hizo que la inflaci¨®n se acelerara dos d¨¦cimas, hasta el 3,3% interanual, pero, de mantenerse el petr¨®leo en los niveles actuales, la tendencia se acentuar¨ªa en los meses siguientes, para acabar el a?o claramente por encima del 4%.
Esta subida de la inflaci¨®n erosiona la capacidad adquisitiva de los hogares y de las empresas, si bien hasta ahora apenas se ha notado en el comportamiento del consumo y de la inversi¨®n, pues la merma de renta real se ha contrarrestado por la v¨ªa de la disminuci¨®n del ahorro y el aumento del endeudamiento, barato y de f¨¢cil acceso como consecuencia de la abundante liquidez monetaria. Por otro lado, las subidas del precio del petr¨®leo han sido hasta este a?o moderadas por la apreciaci¨®n del euro. Ahora bien, el euro ya no se aprecia, sino que ha perdido posiciones en la primera mitad del a?o, y hablar de un precio de 65-70 d¨®lares por barril de petr¨®leo no es lo mismo que hablar de 40. Para tener una idea de lo que ello puede representar para nuestra econom¨ªa, hay que recordar que, si el tipo de cambio euro-d¨®lar no var¨ªa, por cada d¨®lar que sube el petr¨®leo, la factura de las importaciones energ¨¦ticas netas aumenta en una cifra equivalente a 0,08 puntos porcentuales del PIB. As¨ª que pasar de 40 a 70 d¨®lares nos cuesta casi 2,5 puntos porcentuales del PIB, lo que significa que nuestras rentas reales y, por consiguiente, nuestra capacidad de gasto se reducen en esa proporci¨®n. El d¨¦ficit por cuenta corriente, que hasta mayo duplic¨® la cifra del mismo periodo del pasado a?o, aumentar¨ªa todav¨ªa m¨¢s, hasta cifras impensables. En definitiva, con estos precios del petr¨®leo estar¨ªamos en un escenario bastante feo, pues la situaci¨®n de partida en cuanto a desequilibrios financieros y nivel de endeudamiento ya es delicada. Esperemos que, al menos, el Banco Central Europeo no se ponga nervioso por el repunte de la inflaci¨®n y no nos suba los tipos de inter¨¦s. Esperemos tambi¨¦n que esta fuerte subida de los precios del petr¨®leo sea transitoria y que vuelvan a la senda de los 50 d¨®lares.
La inflaci¨®n podr¨ªa acabar el a?o por encima del 4% si el crudo se mantiene en los niveles actuales
En todo caso, estamos hablando de escenarios hipot¨¦ticos para el futuro. Lo que las cifras de los meses recientes nos muestran sigue siendo positivo. Como hab¨ªamos estimado, el crecimiento del PIB continu¨® en el segundo trimestre su suave tendencia de aceleraci¨®n, situ¨¢ndose la tasa interanual en el 3,4%, una d¨¦cima m¨¢s que en el trimestre anterior. Esta tendencia contrasta con la que registran el resto de las econom¨ªas de la zona del euro, que, como se ve en el gr¨¢fico izquierdo, es a la baja. Las fuerzas que tiran de dicho crecimiento son casi las mismas que en los trimestres precedentes, es decir, todos los componentes de la demanda interna. El consumo de los hogares sigue creciendo por encima de su renta, lo que significa que el ahorro sigue a la baja, aunque a¨²n nos queda mucho camino por llegar a la cifra de EE UU (0,3% de la renta disponible). Y la inversi¨®n en capital fijo ha seguido aceler¨¢ndose (gr¨¢fico central), todo lo cual mantiene los n¨²meros rojos y muy elevados del saldo exterior. Tambi¨¦n el empleo sigue al alza. Es ¨¦ste un patr¨®n que hace tiempo venimos definiendo como insostenible a largo plazo, pero que, a corto, a¨²n le queda recorrido, si es que Don Petr¨®leo nos lo permite.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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