La l¨²cida locura de Alonso Quijano
Un nuevo ensayo analiza la salud mental de Cervantes en 'El Quijote'
Estaba loco de atar ese Don Quijote, ¨¢vido de justicia, trashumante por los caminos a la b¨²squeda de doncellas, viudas y hu¨¦rfanos para brindarles amparo y protecci¨®n? ?Sufr¨ªa alg¨²n tipo de trastorno mental diagnosticable el hidalgo Alonso Quijano que se transforma en Don Quijote, el personaje literario creado por Miguel de Cervantes y convertido en el m¨¢s universal de la literatura de todos los tiempos?
Estas cuestiones, que se ha planteado todo aquel que ha le¨ªdo El Quijote, las analiza con rigor cl¨ªnico, y desde un punto de vista novedoso, el psiquiatra Francisco Alonso-Fern¨¢ndez, presidente de la Asociaci¨®n Europea de Psiquiatr¨ªa Social y catedr¨¢tico de la Universidad Complutense de Madrid, que ha estudiado tambi¨¦n bajo el prisma de la psiquiatr¨ªa a personajes de la historia real de Espa?a, como Goya o los Austrias. En su libro El Quijote y su laberinto vital (?nthropos, 2005), el autor aborda por primera vez desde una perspectiva m¨¦dica la "grandeza psiqui¨¢trica del Quijote, que toma su germen en la metamorfosis del hidalgo, convertido por la v¨ªa del delirio en un caballero andante llamado Don Quijote de la Mancha".
El hidalgo presenta un trastorno mental que coincide con un cuadro cl¨ªnico real
Para Alonso-Fern¨¢ndez, "estamos ante la m¨¢s genial novela psicopatol¨®gica o psicol¨®gica genuina, ante una monumental biograf¨ªa patol¨®gica, por delante de otras grandes obras sobre metamorfosis, como las de Ovidio o Kafka". A su juicio, la combinaci¨®n que hace Cervantes de los desatinos delirantes con una sensatez no s¨®lo inteligente, sino erudita y ret¨®rica, define al protagonista de estos hechos, es decir, a Alonso Quijano convertido en Don Quijote, como "un loco l¨²cido o razonable". Advierte, sin embargo, que esta lucidez "no debe manipularse para enmascarar que, por cualquier costado que se tome a Don Quijote, no deja de ser una criatura imaginaria producto del trastorno mental de Alonso Quijano". No obstante, los t¨¦rminos loco y locura no son del todo del agrado de Alonso-Fern¨¢ndez por las connotaciones descalificadoras que encierran. Admite, sin embargo, que en el campo cient¨ªfico el loco es un enfermo mental, un paciente psic¨®tico o delirante que ha perdido el sentido de la realidad.
"Todav¨ªa anidan en la bibliograf¨ªa sobre el Quijote", aclara, "tremendas resistencias a considerar al hidalgo manchego como un enfermo mental, puesto que pose¨ªa un excelente juicio o criterio fuera de los temas de los libros de caballer¨ªa. Sin embargo, Cervantes s¨ª considera con toda reiteraci¨®n y evidencia que el hidalgo ha perdido el juicio. Yo a?adir¨ªa adem¨¢s que este aspecto est¨¢ grabado en el texto nada menos que como el hecho cardinal de la novela".
El fondo social de esta "gran novela psicopatol¨®gica" anida, seg¨²n Alonso-Fern¨¢ndez, "en el laberinto de tres vidas paralelas: la enajenada, en el hidalgo; la idealizada, en Don Quijote, y la rescatada, personalizada en Sancho". En esta ¨²ltima figura humilde, el genio de Cervantes refleja, seg¨²n el psiquiatra, "el proceso de socratizaci¨®n, es decir, de adquisici¨®n de sabidur¨ªa que a lo largo de la novela se va definiendo, del mismo modo que queda claro que Alonso Quijano no enloqueci¨® por leer libros de caballer¨ªa, puesto que ya antes padec¨ªa la enfermedad".
Pero, ?por qu¨¦ el hidalgo, en sus momentos de cordura, asume la personalidad de Don Quijote y se comporta como tal? Para Alonso-Fern¨¢ndez, la respuesta es clara: "Porque su delirio de falsa identidad no est¨¢ sujeto a una discontinuidad y la moment¨¢nea recuperaci¨®n de su cordura se produce, por tanto, fuera de su delirio, al ocupar el primer plano otros temas, dejando inc¨®lume, aunque latente, la creencia delirante de ser Don Quijote. En otro caso, o sea, si el hidalgo abandonase por momentos su convicci¨®n de haberse trasmutado en Don Quijote, no hablar¨ªamos de loco cuerdo o loco l¨²cido, sino de loco intermitente".
En su propuesta diagn¨®stica, Alonso-Fern¨¢ndez destaca dos aspectos relevantes en el hidalgo delirante: la alternancia entre la conducta disparatada y el discurso razonable y l¨²cido, y la presentaci¨®n de un trastorno mental constituido por un cuadro cl¨ªnico real, con caracter¨ªsticas coincidentes con las de los enfermos mentales atendidos en los consultorios psiqui¨¢tricos, de modo que se excluye que pudiera tratarse de "una locura arbitraria, imaginaria, irracional, caprichosa, absurda, sagrada o metaf¨ªsica, o cualquier otra especie de locura o semilocura inventada". Y subraya que "la excelsa particularidad de Alonso Quijano transmutado en Don Quijote es que en ¨¦l la sensatez inteligente toma una forma m¨¢s organizada de lo que sucede en la mayor¨ªa de los enfermos mentales, excepto cuando entraba en la tem¨¢tica delirante".
En su an¨¢lisis, el autor esboza adem¨¢s la duda de si "la descripci¨®n cervantina del trastorno mental del hidalgo se gui¨® por un modelo real" o fue el producto de un acabado estudio suyo, puesto que Cervantes ten¨ªa conocimientos m¨¦dicos. El especialista mantiene que la locura del hidalgo se desvaneci¨®, al final de la novela, del mismo modo enigm¨¢tico y repentino que hab¨ªa venido: "El espl¨¦ndido acierto de Cervantes es haber fijado la remisi¨®n total del trastorno mental coincidiendo con un cuadro febril". "Una calentura que le tuvo seis d¨ªas en la cama", escribi¨® Cervantes.
"Ya se sab¨ªa entonces", abunda Alonso-Fern¨¢ndez, "que la fiebre alta ejerc¨ªa en ocasiones un efecto positivo sobre el enfermo mental, haci¨¦ndole retornar la realidad com¨²n. De modo que la remisi¨®n completa del proceso de quijotizaci¨®n dentro del marco de un proceso febril debe contabilizarse entre los favorables resultados terap¨¦uticos obtenidos por la hipertermia o alta temperatura corporal. En definitiva, un grave caso psiqui¨¢trico resuelto por el perspicaz ojo cl¨ªnico del eximio doctor Miguel de Cervantes Saavedra".
Delirio y metamorfosis
El delirio constituye un fen¨®meno psicopatol¨®gico importante, del que se nutre el mundo del enfermo psic¨®tico, seg¨²n Francisco Alonso-Fern¨¢ndez, quien insiste en que puede decirse que no existe paciente psic¨®tico que no haya tenido en alg¨²n momento de su evoluci¨®n un cuadro delirante.
En su libro El Quijote y su laberinto vital, sostiene que el delirio se sustenta en tres pilares fundamentales: arraiga en el sujeto con una fuerza de convicci¨®n inusitada; posee una tenacidad infranqueable para resistir la refutaci¨®n en forma de experiencia personal y/o de argumento razonable, y alberga un contenido un poco falto de l¨®gica o un asunto absurdo, inveros¨ªmil o disparatado.
Para Alonso-Fern¨¢ndez, el delirio del hidalgo incluye una transformaci¨®n subjetiva y objetiva de la personalidad asociada con un cambio de la identidad individual, con lo que se ajustaba al delirio de autometamorfosis.
"Podr¨ªa hablarse de metamorfosis completa", a?ade, "puesto que la transfiguraci¨®n abarca la subjetividad f¨ªsica y ps¨ªquica, la conducta social y la identidad propia. Una metamorfosis de s¨ª mismo llevada hasta sus ¨²ltimas consecuencias. Conducido por un delirio de esta magnitud, el hidalgo se transfigur¨® en el caballero andante Don Quijote de La Mancha".
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