G¨¢lvez vuelve a Euskadi

En esta nueva entrega de las aventuras del extrovertido y diligente G¨¢lvez, Reverte vuelve al Pa¨ªs Vasco para contar una historia ficticia como en toda novela pero muy real en sus referentes principales. En el estilo informal que conviene al personaje, con una atractiva falta de solemnidad y un sorprendente sentido del humor dado el dram¨¢tico material que se nos suministra, propone una historia en la que los actores que intervienen son muy reconocibles pues aparecen a diario en la informaci¨®n period¨ªstica, ofrece un retrato psicol¨®gico plausible de las motivaciones de un joven tentado por la violencia etarra y estremece al lector cuando describe el desarrollo de un mitin de los amantes del tiro en la nuca. El autor es periodista y se nota. Trata de la m¨¢s reciente actualidad y a?ade de su propia cosecha la posibilidad de que en la organizaci¨®n terrorista se produzca un enfrentamiento a tiros entre facciones. El universo etarra, cerrado, obtuso, insensible, es descrito con toda contundencia.

Los desatinados y autocomplacientes discursos nacionalistas que escucha G¨¢lvez en el F¨®rum de Barcelona constituyen el aperitivo de lo que presenciar¨¢ despu¨¦s, la opresi¨®n de los etarras, el untuoso y c¨ªnico discurso de un alto cargo, un brutal atentado, un secuestro y otras agresiones. Afortunadamente, otros personajes pertenecen al grupo de los que luchan por la libertad y los derechos de todos. Son pol¨ªticos y periodistas, polic¨ªas y guardaespaldas, o simples ciudadanos que, aunque son ficticios como personajes de novela, se corresponden con modelos reales. Es una novela, amena y din¨¢mica, en la l¨ªnea de otras con este personaje, pero fundamentalmente es un libro militante y creo que as¨ª hay que tomarlo. Sucede que se trata de una militancia inmediatamente compartible. Uno se siente ligado a las palabras de agradecimiento dirigidas al final a personas como Mar¨ªa San Gil, Fernando Savater, Rosa D¨ªez o Jos¨¦ Mar¨ªa Calleja. La habilidad literaria del autor se manifiesta en la eficacia con que retrata a un personaje con r¨¢pidos trazos y en la iron¨ªa con que muestra al protagonista embarcado en un reportaje sobre la antropolog¨ªa funeraria vasca. H¨¢bil para captar el detalle significativo, presenta a unas se?oras que se levantan de la mesa de un caf¨¦ cuando oyen hablar de pol¨ªtica en la mesa de al lado. Por lo que pudiera ser.