Un sainete entre Burgos y Cantabria
Ardila se equivoca de pancarta en Ampuero y del error se aprovecha Samuel S¨¢nchez
Si no fuera porque la Vuelta es, gracias a los esfuerzos de TVE, una competici¨®n pr¨¢cticamente clandestina, hoy no se hablar¨ªa de otra cosa en Espa?a que de lo curiosa, de lo animada, que fue la jornada de corredores y dem¨¢s miembros de la caravana ciclista en su viaje desde la plaza de toros de Burgos hasta el santuario de Nuestra Se?ora de la Bien Aparecida, la virgen que se les apareci¨® hace 400 a?os a los de Ampuero (Cantabria) y que, sin ¨¢nimo sacr¨ªlego en ello, bien se podr¨ªa decir que se le bien apareci¨® ayer a Samuel S¨¢nchez, asturiano del Euskadi, bajo la muy publicitaria y poco religiosa forma de pancarta del Quijote equ¨ªvocamente ubicada.
Fue un d¨ªa de sainete, aunque maldita la gracia que les hizo a un diminuto colombiano llamado Mauricio Ardila, a Pedro Horrillo, que se cay¨® y se dio en la rodilla, pero no cont¨® con el despliegue medi¨¢tico-m¨¦dico del que goz¨® Heras el d¨ªa anterior, a Patxi Vila y a los aficionados a los que TVE s¨®lo ofreci¨® los ¨²ltimos siete kil¨®metros -desde las talanqueras del sangriento encierro de Ampuero- y a vista de helic¨®ptero, que es m¨¢s aparente.
"Arrea, ?scar, que ¨¦ste es muy r¨¢pido", le dijo Mauricio Ardila, a ?scar Pereiro refiri¨¦ndose a Samuel S¨¢nchez. Se cre¨ªa muy listo el colombiano educado en B¨¦lgica, se las promet¨ªa muy felices, pues Pereiro, el jovial, espectacular, gallego que tanto disfruta haciendo el bien en las carreras, arranc¨® como alma que lleva el diablo. A su rueda, ¨¢gil, Ardila. Faltaban 300 metros a¨²n para la meta, faltaba la ¨²ltima curva. Parec¨ªa un sprint demasiado lejano. A la vista, a 150 metros, s¨®lo una pancarta, la morada del Gran Premio de la Monta?a. Hacia ella confluyeron sus esfuerzos, los de los dos. Los de Pereiro lanzando, los de Ardila remontando. Detr¨¢s de ellos, aguantando las ruedas, llevando la cuenta de los metros que faltaban, silbaba Samuel S¨¢nchez, media sonrisa en sus labios que se convirti¨® en carcajada abierta cuando observ¨® que Ardila lanzaba los ri?ones, adelantaba su rueda, culminaba un sprint victorioso y levantaba los brazos bajo la sombra de la pancarta del Quijote, en el lugar err¨®neo, 150 metros antes de la meta real.
El beneficio del error colombiano lo recolect¨® S¨¢nchez, en cuyo palmar¨¦s no brillaba m¨¢s que una victoria en el la Escalada a Montju?c, un crit¨¦rium, y que pasa por ser uno de los corredores m¨¢s sobrevalorados y con peor suerte de la generaci¨®n actual. Fue un final casi c¨®mico que choc¨® con la solemnidad de la ascensi¨®n al santuario, tres kil¨®metros jalonados con las 14 estaciones del v¨ªa crucis que ayer pasaron los corredores a toda velocidad, sin tiempo para pararse a ver a Cristo ca¨ªdo por tercera vez, lo que le habr¨ªa dado el definitivo toque surrealista al d¨ªa. Pasaron muy r¨¢pidos los fugados, de los que S¨¢nchez, Pereiro y Ardila fueron los m¨¢s fuertes, y subi¨® muy r¨¢pido el pelot¨®n, en el que march¨® sin sufrir, aparentemente, el doliente Roberto Heras con una tirita en la herida.
Forzando el retru¨¦cano, bien se podr¨ªa afirmar que al fabuloso bejarano tambi¨¦n se le apareci¨® la Virgen, en este caso bajo la ruidosa, aparatosa y descuajeringada forma de cami¨®n de la Vuelta cargado de colchonetas para amortiguar las curvas, cuya cabeza tractora se peg¨® con el remolque en un giro del puerto de la S¨ªa, el de dura subida y peligroso descenso hacia el mar c¨¢ntabro. La cosa acab¨® con el cami¨®n hecho una tijera que cerr¨® el paso y oblig¨® a desviar a la Vuelta del itinerario previsto. A 40 kil¨®metros de all¨ª, en Trespaderne, se decidi¨® ir por el puerto de los Tornos, cuyo descenso es vizca¨ªno, lo que, a su vez, depar¨® que la Vuelta volviera a territorio vasco -seis kil¨®metros apenas, es verdad, por Lanestosa y poco m¨¢s-, por primera vez desde 1978.
Pero el sainete hab¨ªa comenzado mucho antes, antes incluso de que los pedalistas le dieran a los pedales. Empez¨® cuando el seleccionador Paco Antequera anunci¨® que no llevaba a Valverde al Mundial porque no confiaba en su rodilla. Termin¨® poco despu¨¦s de la victoria de S¨¢nchez, pero no cuando Antequera dio marcha atr¨¢s tras hablar con Valverde y el presidente de la federaci¨®n, sino cuando Patxi Vila sali¨® del control antidopaje. Sali¨® casi vestido de calle: se hab¨ªa retirado al comienzo de la etapa, pero hab¨ªa tenido que ir a la meta en coche para hacer pip¨ª. No sigue en carrera, as¨ª que s¨®lo podr¨¢ verla por TVE, si se tercia, si tambi¨¦n en los Lagos de Enol, la Virgen, en este caso la de Covadonga, se le aparece a alguien.
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