Kafkiana
A los checos les extra?a que los espa?oles hayamos hecho de lo kafkiano la met¨¢fora con la que subrayamos lo siniestro y lo incomprensible. A veces ellos mismos lo dicen, esto es kafkiano, pero prefieren denominar con el t¨¦rmino temny lo que para nosotros tiene ya, y acaso para siempre, el apellido del escritor de La metamorfosis. Para los checos Kafka sigue siendo el escritor de lengua alemana cuya literatura se adelant¨® a las brumas s¨®rdidas de la larga experiencia comunista, y piensan que quiz¨¢ la etapa m¨¢s kafkiana de este pa¨ªs fue precisamente aquella cuyo s¨ªmbolo m¨¢s terrible fue el de los tanques sovi¨¦ticos entrando para aplastar lo que hab¨ªa sido la primavera de Praga. Todo fue kafkiano entonces, hasta el clima; dicen que cuando el comunismo parec¨ªa un relato de Kafka, Praga era una ciudad cercada por brumas grises y las casas, que ahora relucen bajo la mirada de los miles de turistas que han hecho de la ciudad un parque tem¨¢tico, se estaban cayendo, como el alma de los checos. Desde 1989, cuando los disidentes lograron que la revoluci¨®n de terciopelo precipitara el fin de la dictadura estalinista, creen que el clima es ya menos kafkiano. Entonces, algunos de los que se opon¨ªan al r¨¦gimen fundaron un semanario clandestino que se llam¨® Respekt, una palabra casi id¨¦ntica a la que nosotros usamos para respeto y que los fundadores del peri¨®dico llamaron as¨ª para reclamar respeto entre los checos. El semanario existe a¨²n, es conservador y se preocupa de asuntos sociales, de los derechos humanos, de los marginados, de los gitanos; a veces ha tenido problemas con sus lectores, algunos de los cuales no quieren leer sobre lo que les pasa a los que no son como ellos. Pero el semanario persiste, vende unos veinte mil ejemplares y ahora es propiedad de un conde de origen austriaco que hace posible que las p¨¦rdidas se compensen con sus ganancias. A los checos les extra?a que nosotros usemos tanto la expresi¨®n kafkiano y tambi¨¦n les resulta raro que a nosotros nos asombre que un medio informativo se llame respeto. Es que en nuestro caso la palabra respeto, por motivos bien kafkianos, se nos ha hecho bastante rara.
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