Tecnocultura

Los seres humanos vivimos en un medio natural, social y artificial. El artificial es el ¨²ltimo: se podr¨ªa decir que con la t¨¦cnica comienza la civilizaci¨®n y, por tanto, la historia. Lo hemos creado nosotros: nos protege del medio natural y de sus peligros y nos permite adaptarnos a sus ritmos: tambi¨¦n podemos utilizarlo para mantener un di¨¢logo y un equilibrio sostenible entre naturaleza y civilizaci¨®n.

La Tecnolog¨ªa describe, interpreta y desarrolla la visi¨®n del medio artificial. Dentro de varias d¨¦cadas contemplaremos esta ¨¦poca como la del inicio de la revoluci¨®n de las comunicaciones, y es palpable que su vertiginoso empuje ha contribuido a la difusi¨®n global del conocimiento y el desarrollo. Y si bien la neutralidad de estos y otros avances t¨¦cnicos no ha impedido que la posesi¨®n de los mismos genere grandes desigualdades e injusticias sociales e interculturales, tambi¨¦n es cierto que su utilizaci¨®n altruista y su difusi¨®n generalizada, combinada con una racionalizaci¨®n y una utilizaci¨®n sujeta a ¨¦ticas adecuadas contribuyen al desarrollo equilibrado de las sociedades.

Es la aplicaci¨®n tecnol¨®gica la que nos permite utilizar racionalmente los recursos naturales, sobre todo en situaciones de crisis, como la sequ¨ªa; es la innovaci¨®n tecnol¨®gica la que permite prevenir y afrontar con mayor seguridad las posibles cat¨¢strofes: como los sat¨¦lites meteorol¨®gicos que vigilan y anticipan el desplazamiento de los huracanes. Si defini¨¦semos la cultura como un mecanismo din¨¢mico que el ser humano utiliza para adaptarse a un entorno tambi¨¦n cambiante, entonces la diferencia sem¨¢ntica entre t¨¦cnica y cultura se reducir¨ªa notablemente. Lo anterior lleva a pensar que una cultura t¨¦cnica es necesaria: no s¨®lo para los expertos, sino para todo el mundo. Y por ello cabe esperar que en el Congreso de los Diputados, el debate de la LOE (Ley Org¨¢nica de la Educaci¨®n) permita corregir el error de reducir la presencia de la educaci¨®n tecnol¨®gica en la ESO y en el Bachiller.