La ¨²ltima voluntad de Bodiroga
El ex jugador del Bar?a teme a Espa?a, pero quiere despedirse de la selecci¨®n con un t¨ªtulo
El baloncesto, en Serbia y Montenegro, es un deporte de masas, capaz de congregar a m¨¢s de un mill¨®n de personas en una c¨¦ntrica plaza de Belgrado, como sucedi¨® hace tres a?os, para celebrar el triunfo de la selecci¨®n en el Mundial de Indian¨¢polis. Los ¨¦xitos han sido constantes en los dos ¨²ltimos decenios, con la ¨²nica interrupci¨®n del conflicto b¨¦lico que se vivi¨® en los Balcanes a principios de los noventa. El ¨²ltimo europeo que se hab¨ªa disputado en la zona fue en Zagreb, en 1989, cuando Yugoslavia todav¨ªa no se hab¨ªa disgregado en varias rep¨²blicas. Arras¨® en aqu¨¦l campeonato, a la manera de un dream team europeo, venciendo por una diferencia media de 22 puntos por partido, la misma renta con la que cerr¨® el marcador en la final ante la Grecia de Gallis y Gianakis. Era la ¨¦poca Drazen Petrovic, Radja, Divac, Kukoc, Danilovic, Paspalj y Zdovc. Pese al conflicto b¨¦lico y a los embargos de la ONU, que se prolongaron hasta 1995, aquella generaci¨®n enlaz¨® con otra no menos exitosa, ya bajo la bandera de Serbia y Montenegro, la que capitanea Dejan Bodiroga. Al amparo de su p¨²blico los ¨²ltimos integrantes de esa generaci¨®n de oro, Bodiroga y Rebraca, desean concluir su carrera internacional colg¨¢ndose al cuello otro oro como hicieron en los Europeos de 1995, de 1997 y de 2001 o en los Mundiales de 2002 y de 1998.
"Desde que acab¨® el embargo de la ONU en 1995 tenemos siempre la presi¨®n de que somos los favoritos. Y es cierto, somos los favoritos pero junto a siete u ocho equipos m¨¢s en un campeonato que va a ser muy igualado", vaticina Bodiroga. Antes de saludar y fotografiarse junto a su ex compa?ero en el Bar?a y hoy rival con la selecci¨®n espa?ola, Juan Carlos Navarro, el alero serbio de 32 a?os, confirma: "Es el ¨²ltimo Europeo para los de mi generaci¨®n. Somos conscientes de haber dado muchos ¨¦xitos a mi pa¨ªs durante los ¨²ltimos diez a?os. Ahora acaba esa etapa, pero no necesito esa motivaci¨®n para afrontar el torneo".
Con su calma y elegancia habitual, Bodiroga, que despu¨¦s de dejar el Bar?a ha jugado este a?o de nuevo a las ¨®rdenes de Svetislav Pesic en Roma, enfatiza la importancia del partido ante Espa?a. "Sin infravalorar a nadie, pienso que va a ser el m¨¢s dif¨ªcil del grupo. Van a decidir los peque?os detalles. Espa?a es fuerte tambi¨¦n sin Gasol. Cuenta con jugadores que llevan mucho tiempo actuando juntos". La tremenda carga ambiental es otro factor a tener en cuenta. "Intentaremos asimilarlo de la manera m¨¢s conveniente", subraya Bodiroga.
Durante las ¨²ltimas citas, la selecci¨®n serbia no ha logrado estar a la altura que se esperaba. El a?o pasado s¨®lo pudo concluir en el und¨¦cimo puesto en Atenas y hace dos a?os fue sexta en el Europeo. Espa?a ha sido precisamente una de las selecciones que se le han atravesado a Serbia. El equipo espa?ol ha invertido la t¨®nica de una estad¨ªstica demoledora, la que refleja que durante 18 a?os, desde los Juegos de 1984 en Los Angeles, no fue capaz de derrotar a Yugoslavia o a Serbia. En cambio la selecci¨®n espa?ola se ha impuesto a Serbia, en los ¨²ltimos tres torneos oficiales: los Mundiales de 2002 (71-69), el Europeo de 2003 (75-67) y los Juegos de 2004 (76-68). Zeljko Obradovic, el seleccionador serbio, se mosquea cuando se le insiste sobre los ¨²ltimos precedentes y sobre la forma en que puede influir presi¨®n del p¨²blico y pone fin a la ronda de preguntas de los periodistas tarareando, mientras se va, la canci¨®n de Pau Don¨¦s: "Depende, ?d¨¦ que depende?...".
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