Un hotel destrozar¨¢ el paisaje de jard¨ªn de Forestier
En el t¨¦rmino municipal de Carmona con una extensi¨®n de 924 kil¨®metros cuadrados cabr¨ªa 462 veces el t¨¦rmino de Castilleja de Guzm¨¢n que, a su vez, equivale a cinco campos de la Feria de Sevilla; pero, en tan poco territorio tiene tres Bienes de Inter¨¦s Cultural: un palacio-jard¨ªn y dos d¨®lmenes (2500 - 1500 a.C) uno de los cuales, a buen juicio, no es un elemento aislado sino parte de una zona arqueol¨®gica en la que tambi¨¦n se encuentran los cercanos cuatro d¨®lmenes de Valencina y que por su singularidad, ubicaci¨®n, novedad e inter¨¦s, con ambici¨®n de futuro bien podr¨ªa definirse como un verdadero parque dolm¨¦nico con fines did¨¢cticos recreativos y, desde luego tur¨ªsticos para integrarse en un itinerario vinculado al Carambolo y a It¨¢lica.
?Por qu¨¦ el municipio de Carmona es tan grande y el de Castilleja tan pero tan peque?o? ?Por qu¨¦ los d¨®lmenes en lugar de formar parte de una zona arqueol¨®gica (s¨®lo se puede estudiarlos con metodolog¨ªa arqueol¨®gica) siguen protegidos, seg¨²n la acepci¨®n de 1931 como monumentos o elementos aislados de inter¨¦s arqueol¨®gico?
El territorio es un soporte continuo, es un pago caracterizado por su relieve. Su fragmentaci¨®n con frecuencia es artificial, ¨²til para la administraci¨®n, el estudio, el planeamiento y la t¨¦cnica, es decir, responde a una convenci¨®n para facilitar el entendimiento, el gobierno y la gesti¨®n.
Las leyes no obligan a proteger de manera fragmentada los bienes culturales; mucho menos si est¨¢n pr¨®ximos y tienen un s¨®lo contexto hist¨®rico y cultural (arqueol¨®gico), aunque est¨¦n en diferente municipio. Los l¨ªmites de los pa¨ªses as¨ª como de las comunidades y de los municipios obedecen a razones culturales: historia, tradici¨®n y paisaje en su acepci¨®n contempor¨¢nea; no tienen por qu¨¦ ser eternos y cada vez son m¨¢s permeables. En el fondo, esa es la raz¨®n de ser de la Uni¨®n Europea y de hecho, de la econom¨ªa y de la globalizaci¨®n.
Pues bien, Castilleja de Guzm¨¢n es un t¨¦rmino peque?o por historia. En su primera palabra lleva impl¨ªcito su origen musulm¨¢n que se aprecia en la puerta de la muralla y en la segunda, el cambio de situaci¨®n cuando dej¨® de pertenecer a la Orden de Alc¨¢ntara (1538). As¨ª de peque?a, dicen que desde el siglo XVI ya fue Ayuntamiento; sin embargo, su caracter¨ªstica y actual forma urbana est¨¢ determinada por la antigua Hacienda Divina Pastora con todos sus elementos: caser¨ªo, jard¨ªn, (almazara) torre de contrapeso y los olivares aunque hace pocos a?os, con intenci¨®n hayan sido sustituidos con otros cultivos.
El original palacio de los Guzm¨¢n fue reformado y, con extraordinaria sensibilidad en 1929 Forestier le a?adi¨® un bello jard¨ªn extenso, ¨²nico en su g¨¦nero y un entorno buc¨®lico ondulado de lejanos olivares que, desde el mirador precisamente permite prolongar la mirada, la emoci¨®n y la contemplaci¨®n sin interferencias hasta Sierra Morena a trav¨¦s de uno de los paisajes m¨¢s atractivos de Sevilla. Por estas caracter¨ªsticas del entorno, en las normas subsidiarias ha constado como "suelo -r¨²stico- no urbanizable de protecci¨®n especial por razones paisaj¨ªsticas"
Hace pocos a?os, los propietarios del entorno ahora protegido legalmente por Cultura, despu¨¦s de talar los olivos para justificar la reclasificaci¨®n del suelo, contrataron a un profesor de la Universidad para redactar un plan destinado a ocupar el 100% del t¨¦rmino municipal. Sin pudor, as¨ª se hizo. Los vecinos consiguieron que tal barbaridad, con similar significado a la que dio motivo a la Junta para quitarle las competencias urban¨ªsticas al Ayuntamiento en ese entonces, con un alcalde de la ¨¦poca predemocr¨¢tica, no siguiera adelante.
Sorprendentemente la actual administraci¨®n en el nuevo PGOU pretende convalidar la anterior propuesta de los propietarios (hotel y campo de golf incluidos), despertando as¨ª una vez m¨¢s la alarma entre las 700 familias del pueblo que tiene uno de los ingresos m¨¢s altos de la provincia y de m¨¢s de cien intelectuales, funcionarios, catedr¨¢ticos, pol¨ªticos y artistas de todo el pa¨ªs que han firmado una carta dirigida al delegado provincial de Cultura para solicitar que se impida este pretendido atropello contra la cultura, el buen gusto y las buenas formas.
Es l¨®gico que los propietarios insistan en su prop¨®sito y los poderes p¨²blicos, seg¨²n el art. 47 de la Constituci¨®n, en los suyos. La superaci¨®n del conflicto desde luego, no provendr¨¢ del urbanismo basura que est¨¢ contaminando todo El Aljarafe sino de una sensata ordenaci¨®n del territorio o si se prefiere, de un urbanismo culto que sea capaz de poner en crisis las figuras convencionales de Planeamiento y apueste por un proyecto urbano que, conservando el palacio-jard¨ªn como el coraz¨®n del pueblo, con gusto contempor¨¢neo incorpore y embellezca la dimensi¨®n p¨²blica de su entorno. M¨¢s f¨¢cil a¨²n ser¨ªa conseguir este objetivo, si la Junta no tuviese injustificadamente en moratoria el Plan de Ordenaci¨®n Territorial de la Aglomeraci¨®n Urbana de Sevilla (POTAU)
Procediendo as¨ª se podr¨¢ demostrar que construir otra ciudad S? es posible. Pienso y aspiro..
Jorge Benavides Sol¨ªs es profesor titular de la ETSA
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