?Qui¨¦n tiene la culpa?
Un estudio de la FAD recoge debates entre padres y maestros sobre la preparaci¨®n de los ni?os
Los padres hacen lo posible por educar bien a sus hijos, luego si algo falla, la culpa la tendr¨¢n los maestros. Los maestros hacen hasta lo imposible por educar a los ni?os, luego si la cosa no va bien, que pregunten a los padres. Y si padres y maestros hacen los deberes, a lo mejor es que los cr¨ªos aprenden lo que no deben en la televisi¨®n. "Si grabamos en una cinta interminable podr¨ªamos estar dando vueltas a esto durante a?os, pero no se trata de eso", zanj¨® el director general de la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Drogadicci¨®n (FAD), Ignacio Calder¨®n.
La FAD ha presentado un estudio financiado por la Obra Social de Caja Madrid en el que los padres opinan sobre la educaci¨®n de sus hijos en la etapa infantil, hasta seis a?os. Grupos de padres y madres, maestros y maestras de zonas rurales y urbanas y todo tipo de nivel socioecon¨®mico han discutido los problemas educativos de los peque?os. ?Resultado? Algunas certezas, muchas contradicciones y varios culpables. Como tel¨®n de fondo surge la eterna pol¨¦mica entre la escuela p¨²blica y la privada y los problemas generados con la llegada de los inmigrantes.
La inmigraci¨®n surge como chivo expiatorio de la degradaci¨®n de la escuela p¨²blica
Los padres tienen un pu?ado de certezas. Saben que es bueno educar a sus hijos en tolerancia, con cercan¨ªa y cari?o, con respeto por sus opiniones, sin insinuarles una y otra vez que ellos son s¨®lo los ni?os y no pertenecen, por ahora, al clarividente mundo de los adultos. Por otro lado, reivindican valores de otros tiempos, la autoridad, la ejemplaridad, la disciplina, la austeridad, el esfuerzo. "Reclaman un modelo educativo de tiempos anteriores. Creen que ellos se educaron as¨ª, pero es s¨®lo una recreaci¨®n nost¨¢lgica, porque se trata de padres y madres de 30 a 45 a?os y ellos no se entreten¨ªan en la calle con una simple caja de cart¨®n; pero lo piensan". Estas conclusiones las explica Eusebio Meg¨ªas, coordinador del estudio que han elaborado Elena Rodr¨ªguez e Ignacio Meg¨ªas. Y sigue: "Los padres afirman que a esa edad los ni?os son como esponjas, todo lo aprenden, pero, por otro lado, sienten como si vinieran con problemas de serie, con un marchamo de fatalidad".
En el d¨ªa a d¨ªa, las certezas dejan paso a las contradicciones. Quieren dedicar m¨¢s tiempo a los ni?os, pero necesitan lo mismo para ellos; quieren que sus hijos est¨¦n m¨¢s en casa, pero les matriculan en un sinf¨ªn de actividades; que se relacionen con otros cr¨ªos, pero que eviten estar en los peligros de la calle; que no sean caprichosos, pero que tengan todo lo que ellos no tuvieron...
Basta. Hay que hacer algo. Y aqu¨ª empiezan las acusaciones. "Entienden que la escuela p¨²blica fuerza la igualdad entre chicos que son diferentes mientras que la privada favorece la socializaci¨®n entre iguales. Por ¨²ltimo, aparece la inmigraci¨®n como chivo expiatorio de la degradaci¨®n, que impide a la escuela p¨²blica funcionar correctamente. A pesar de todo, unos y otros se muestran dispuestos a mejorar y a aportar todo lo que est¨¦ en su mano", concluy¨® Eusebio Meg¨ªas.
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