Luz de Gaza
- Despu¨¦s de Gaza: no est¨¢ claro a qu¨¦ llevar¨¢ la retirada unilateral, o "desconexi¨®n" israel¨ª de Gaza. La Autoridad Palestina est¨¢ dividida. Ante los suyos, a la vez ha de celebrar este triunfo (aunque los israel¨ªes se han ido porque han querido o porque no les compensaba seguir para defender unos pocos colonos) y, por otro, apostar por el orden y unas futuras negociaciones de paz con Israel, que lleven a un Estado palestino. A pesar de que la famosa Hoja de Ruta es papel mojado, es lo ¨²nico sobre la mesa. Esa perspectiva es la ¨²nica esperanzadora, pero, en el mejor de los casos, lejana. La retirada de Gaza -"muy, muy dura y complicada", seg¨²n Sharon- le ha costado tanto a Israel que no parece en condiciones de dar, en el futuro previsible, m¨¢s pasos. En estos a?os tanto se ha escorado la pol¨ªtica en Israel que hoy Sharon aparece como un moderado, un centrista, que por primera vez ha ido a la ONU, donde le han dado la mano y felicitado l¨ªderes ¨¢rabes por esta retirada.
- En Gaza: para Ham¨¢s y otros grupos violentos, ellos son los que han conseguido echar a los israel¨ªes tras 39 a?os de ocupaci¨®n: "El fruto de la resistencia y tes¨®n del pueblo palestino", seg¨²n Ismail Haniya, dirigente de Ham¨¢s en Gaza. Es la misma visi¨®n de victoria que tuvo Hezbol¨¢ al lograr la salida de las fuerzas israel¨ªes de L¨ªbano. "Primero, Gaza", para Ham¨¢s, significa que despu¨¦s "echar¨¢n a los israel¨ªes" de toda Cisjordania y de Jerusal¨¦n Este. Claro que desde Israel se teme que no parar¨¢n ah¨ª. Es "la victoria de la bomba", seg¨²n alg¨²n p¨®ster en la franja.
- Gaza como trampol¨ªn: aunque presente en las otras y m¨¢s importantes partes de los territorios ocupados, Gaza es una plataforma para Ham¨¢s y sus afanes ante unas elecciones a la Asamblea palestina que si se han retrasado es, justamente, porque las pod¨ªa ganar. El presidente Abbas y los suyos no estaban preparados. Sharon exige prohibir que Ham¨¢s concurra. Pero a veces la democracia produce resultados indeseados para otros. Las elecciones, retrasadas a enero, no ser¨ªan democr¨¢ticas sin Ham¨¢s. Hay un riesgo de que Gaza se divorcie del movimiento general palestino.
- Gesti¨®n de Gaza: es en esta Gaza ya en su poder (aunque Israel mantiene el control sobre tres de las cuatro fronteras de la franja, sobre los espacios a¨¦reos y mar¨ªtimos y sobre el agua) donde la Autoridad Palestina debe demostrar su credibilidad, su capacidad de gobierno, de gesti¨®n y de seguridad, cuidando especialmente que no se les cuele Hezbol¨¢ o Al Qaeda en el territorio y de que desde all¨ª no partan nuevos atentados. Entonces, se podr¨¢ hablar de seguir. De otro modo, Israel puede volver a asfixiarla por todos los costados. Mucho va a depender tambi¨¦n de su desarrollo econ¨®mico. Y, en eso, s¨ª se puede ayudar desde fuera aunque Israel haya puesto a Gaza en pausa.
- Religi¨®n en Gaza: Arafat siempre tuvo buen cuidado de no introducir la dimensi¨®n religiosa, o al menos no ponerla en primer plano, en el conflicto con Israel. Pero la religi¨®n ha ido ganando terreno de la mano de Ham¨¢s, movimiento terrorista, s¨ª; fundamentalista, tambi¨¦n; pero como tantos otros guerrilleros, con una pol¨ªtica social en el vac¨ªo dejado por la ineficacia de la Autoridad Palestina o del propio ocupante. El factor religioso ha prendido, y se quedar¨¢.
- Destrucci¨®n en Gaza: resulta absurda la destrucci¨®n (pactada por ambas partes) de los asentamientos: casas, viveros y otras instalaciones que han dejado los colonos israel¨ªes. Ahora habr¨¢ que reconstruir -con dinero europeo- lo destruido por acuerdo de ambas partes. Eso s¨ª, los israel¨ªes desacralizaron pero no destruyeron sus sinagogas. Para que los palestinos pudieran dar el espect¨¢culo.
- En la frontera de Gaza: en la ¨²nica puerta abierta, con Egipto, el vecino no s¨®lo ayuda, sino que con el control que ejerce intenta mejorar su propia seguridad. Israel insiste en mantener control sobre los movimientos de bienes y personas entre Gaza y Egipto con el cierre de la principal terminal de pasajeros de Rafah al menos seis meses.
- ?S¨®lo Gaza? Est¨¢ por ver. aortega@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.