La llama del cura rebelde
El padre Llanos lleg¨® hace 50 a?os a El Pozo y lider¨® una de las transformaciones urbanas y sociales m¨¢s c¨¦lebres de la capital
A simple vista, queda poco de la barriada de El Pozo del T¨ªo Raimundo que descubri¨® el padre Jos¨¦ Mar¨ªa Llanos hace 50 a?os. Las calles con barro hasta las rodillas y las chabolas sin agua ni luz han sido reemplazadas por calles y viviendas modernas. Las plazas, parques, colegios y cafeter¨ªas de El Pozo, como lo llaman sus 10.700 vecinos, podr¨ªan ser de cualquier otro barrio obrero de la capital. Pero hay una gran diferencia. Todo lo que hay en el barrio se ha conseguido a trav¨¦s de la lucha de los vecinos, liderados por el cura rojo. Llanos falleci¨® en 1992, pero estas semanas est¨¢ siendo recordado con homenajes, conciertos y una entrega de premios a quienes mantienen viva la llama que prendi¨®.
"El Pozo ha experimentado una transformaci¨®n radical gracias a la lucha que canaliz¨® el padre Llanos", asegura el portavoz de la asociaci¨®n de vecinos de El Pozo. Aunque la movilizaci¨®n ya no se centra en las necesidades b¨¢sicas, sigue siendo una comunidad combativa y solidaria, y de izquierdas. En las elecciones del 14-M, el 61% vot¨® al PSOE, el 16% a IU y s¨®lo el 21,6% se decant¨® por el PP. "Todos aqu¨ª se acuerdan de la llama que prendi¨® el cura rojo. Los tiempos han cambiado, pero nadie se ha olvidado de sus or¨ªgenes ni de lo que tuvieron que hacer para llegar adonde estamos ahora", sentencia.
Aunque muchos de los problemas que atrajeron a los jesuitas al barrio han sido resueltos, muchos de los compa?eros del padre Llanos nunca abandonaron el barrio. La mayor¨ªa de ellos trabajaron estrechamente con el cura y ahora algunos encabezan las diversas organizaciones que fund¨® Llanos. Una es la Escuela de Hosteler¨ªa del Sur, un instituto para ense?ar un oficio a j¨®venes que no estudian una carrera, que depende de la Fundaci¨®n Jos¨¦ Mar¨ªa de Llanos. La segunda punta de lanza contra la marginalizaci¨®n y el desempleo de la zona es el centro de educaci¨®n secundaria y formaci¨®n profesional Primero de Mayo. La fundaci¨®n tambi¨¦n reparte dos premios anuales en pos de la educaci¨®n y los derechos humanos.
Miguel de Miguel Morejudo, de 55 a?os, trabaja en la Escuela de Hosteler¨ªa, en la calle de Martos, el mismo sitio donde conoci¨® a Llanos en el a?o 1971. La infraestructura de los jesuitas en aquel entonces consist¨ªa en una peque?a parroquia y el com¨²n de los trabajadores, la m¨ªtica residencia colectiva de los j¨®venes religiosos que fund¨® Llanos en los a?os sesenta. "En estos a?os los objetivos eran muy claros: acabar con la miseria del barrio y derrocar a Franco", asegura. Llanos hab¨ªa sido formador de falangistas antes de convertirse en un militante del PCE y CC OO, lo que en m¨¢s de una ocasi¨®n atrajo la ira de las autoridades del r¨¦gimen franquista. Pero su estatus de cristiano y ex colaborador del r¨¦gimen siempre evitaba que la sangre llegara al r¨ªo.
Una vez, Llanos, que posey¨® una gran colecci¨®n de banderas, iz¨® la ense?a de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en el patio. Por la noche, unos desconocidos -falangistas, seg¨²n Miguel- confiscaron la bandera. El cura rojo, seg¨²n Miguel, se present¨® en el cuartel de la Guardia Civil y exigi¨® que le devolvieran su bandera de la hoz y el martillo. Media hora m¨¢s tarde volvi¨® al Pozo con la bandera debajo del brazo. Y Llanos no s¨®lo se pon¨ªa entre las excavadoras y las chabolas para evitar su derrumbe. El joven Miguel evit¨® m¨¢s de un interrogatorio policial por sus actividades pol¨ªticas gracias a la intervenci¨®n del cura. El com¨²n de los trabajadores tambi¨¦n era escenario de algunas de las primeras reuniones del entonces clandestino sindicato CC OO.
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