El 'Proyecto Rembrandt' atribuye cuatro nuevos retratos al artista
La casa museo de Amsterdam exhibe las obras consideradas hasta ahora de sus alumnos
La atribuci¨®n de la obra de Rembrandt ha vuelto a sorprender a los expertos. Esta vez, los cuadros devueltos al maestro holand¨¦s son cuatro retratos al ¨®leo considerados hasta ahora simples pruebas pintadas por sus alumnos. Se trata de dos rostros masculinos y dos femeninos, uno de los cuales, Estudio de una mujer con cofia blanca (fechada en 1640), ha originado el descubrimiento. Su restauraci¨®n ha permitido a Ernst van de Wetering, jefe del denominado Proyecto Rembrandt, rescatar tambi¨¦n la autor¨ªa de Estudio de una pla?idera, Estudio de anciano con barba y Estudio de anciano de perfil. La primera pertenece al Instituto de las Artes de Detroit. Las otras, a una colecci¨®n particular.
Rembrandt cobraba a los padres de sus aprendices tarifas exorbitantes para el siglo XVII
El cuarteto fue presentado ayer en la casa museo del pintor en Amsterdam, que lo expondr¨¢ hasta el 4 de diciembre. La satisfacci¨®n del hallazgo contrasta con el cuidado con que tanto Van de Wetering como Martin Bijl, restaurador adscrito al Proyecto Rembrandt, han trabajado hasta llegar a la conclusi¨®n de que los ¨®leos son del artista. Su cautela era comprensible. "Se acaba de proponer una nueva teor¨ªa sobre los estudios efectuados al ¨®leo por el pintor. Hasta ahora, los historiadores del arte asum¨ªan que dichos ensayos los realiz¨® con tintas o para sus grabados, pero no en forma de cuadros", se?alan en el museo. La hip¨®tesis actual servir¨ªa para revisar otras composiciones similares. Algo nada desde?able, porque Rembrandt se consideraba un creador por encima de todo. Sin embargo, su pronta fama y el hecho de que su taller produjera y vendiera una obra ingente gracias a la diligencia de sus pupilos, ha entorpecido la atribuci¨®n de las telas. El caso de los cuatro retratos reci¨¦n presentados es un buen ejemplo.
Teniendo en mente la reticencia de los eruditos a reconocer nuevos rembrandts en piezas adjudicadas al taller, que multiplicar¨ªan as¨ª su valor, la aventura de estos retratos comenz¨® hace dos a?os. Van de Wetering preparaba una muestra prevista para 2006 en la sala de Amsterdam y recibi¨® una foto. Era Estudio de una mujer con una cofia blanca y su remitente, la casa de subastas Sotheby's. Ahora en manos particulares y pronta a ser vendida el pr¨®ximo a?o, la tabla figur¨® en las compilaciones efectuadas sobre el pintor hasta 1931. Luego desapareci¨®. La primera observaci¨®n apunt¨® al atuendo. La gorra correspond¨ªa a una mujer trabajadora que no pod¨ªa llevar puesto un cuello de piel. A partir de ah¨ª empezaron los an¨¢lisis propios de una restauraci¨®n profunda. El panel ten¨ªa un a?adido m¨¢s moderno que fue suprimido para poder calcular su antig¨¹edad en los anillos de la madera. Result¨® haber salido del mismo ¨¢rbol que otras cuatro obras del taller de Rembrandt. La m¨¢s significativa era un autorretrato fechado en 1633 y expuesto en el Louvre parisiense.
La fase de rayos X demostr¨® que debajo del cuello postizo, pintado en tonos oscuros en el siglo XVIII, hab¨ªa otro de tela y en blanco. Mucho m¨¢s acorde con la extracci¨®n social de la modelo, sus pinceladas se remontan a un siglo antes. Probablemente, se tratara de una empleada del artista que pos¨® para que ¨¦ste experimentara con la luz, su mayor habilidad, antes de acometer un lienzo grande. Adem¨¢s, una cosa era ensayar en el estudio con un modelo gratuito y otra pintar a la figura real. Esta ¨²ltima pagaba por un encargo y no posar¨ªa s¨®lo para que Rembrandt comprobara si la iluminaci¨®n era la correcta.
A partir de ah¨ª, la restauraci¨®n llev¨® hacia otros retratos compuestos de forma similar y perdidos, metaf¨®ricamente, en el conjunto de la obra del alumnado. Por cierto, que Rembrandt cobraba a los padres de sus aprendices tarifas exorbitantes para el siglo XVII. De ah¨ª tal vez que los chicos se esmeraran en copiar al maestro con tanto ah¨ªnco como para confundir luego a los estudiosos durante a?os.
La b¨²squeda del Proyecto Rembrandt dio sus frutos en la colecci¨®n del matrimonio estadounidense formado por Alfred e Isabel Bader. Y en la de su hijo, tambi¨¦n llamado Alfred. Ellos poseen dos de los ¨®leos ahora atribuidos al pintor. Se trata de Estudio de anciano con barba y Estudio de anciano de perfil. El de la mujer, Estudio de una pla?idera, es del Instituto de las Artes de Detroit.
Aunque el trabajo de atribuci¨®n es un proceso siempre abierto con Rembrandt, las tres cabezas habr¨ªan acabado en telas m¨¢s famosas. El anciano de perfil podr¨ªa estar recreado en la Circuncisi¨®n en el establo, en poder de la National Gallery de Washington. El anciano barbado habr¨ªa servido para componer La negaci¨®n de San Pedro, del Rijksmuseum de Amsterdam. En cuanto a la pla?idera, pudo contribuir a la composici¨®n Cristo y la mujer ad¨²ltera, de la National Gallery de Londres.
Babelia
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