Tracia sale del olvido
Una exposici¨®n esclarece la enigm¨¢tica cultura del milenario pa¨ªs
Mostrar la belleza art¨ªstica conocida produce delectaci¨®n. Pero exhibir aquella que, durante siglos, ha permanecido ignorada y oculta genera una satisfacci¨®n en verdad muy especial. Es la misma que aguarda al visitante de la exposici¨®n Los tracios, tesoros enigm¨¢ticos de Bulgaria, que la Fundaci¨®n La Caixa trae a su sede madrile?a de la calle de Serrano.
A lo largo de dos plantas desplegadas en tres niveles, se muestra una panoplia de tres centenares de objetos suntuarios que abarca desde estelas, joyas y atav¨ªos militares, hasta piezas de ajuares, cer¨¢mica y elementos rituales y sacros de hechuras signadas por la destreza, la sensibilidad y el talento.
Todos ellos, de manera muy did¨¢cticamente dispuestos, configuran el deslumbrante relato de una cultura desgraciadamente ¨¢grafa, que contaba con otra gravosa limitaci¨®n: su enclave -hoy configurado en Europa oriental, sobre Bulgaria, entre los mares Negro y Egeo- a caballo de un territorio situado en el quicio mismo de dos vigorosas civilizaciones, las de Persia y Grecia.
Ya Homero glos¨® en la 'Il¨ªada' la riqueza del arte de este pueblo de la Europa oriental
En permanente confrontaci¨®n, la colosal entidad de iranios y ¨¢ticos sell¨® durante m¨¢s de dos milenios el conocimiento de la civilizaci¨®n de Tracia. ?sta qued¨® as¨ª sepultada por la nebulosa y el olvido, fuera de las cr¨®nicas de la Historia grande. Y ello hasta que, en el a?o 1972, comenzaran a desarrollarse de manera sistem¨¢tica los estudios sobre la misteriosa personalidad de los pueblos tracios: getas, tr¨ªbalos, serdos, odrisios, bistones, cicones, apsintios, dolongos, crestones, miganes, bitinios... Los deslumbrantes contornos de su civilizaci¨®n ya hab¨ªan conseguido imaginarse tras los hallazgos de enterramientos en zonas de Letnitsa, Vratza, Gorozen, Borovo o Plovdid, en los a?os 40 del siglo XX.
El testimonio de Homero en el Canto X de la Il¨ªada brinda una idea del potente destello que Tracia proyectaba sobre Grecia: "He visto sus corceles de gran altura, que son bell¨ªsimos, m¨¢s blancos que la nieve y ligeros como el viento; sus carros tienen lindos adornos de oro y plata y sus armas son de oro, magn¨ªficas, admirables, m¨¢s propias de dioses inmortales que de hombres mortales".
Conmueve contemplar en esta exposici¨®n la finura con la que los orfebres tracios labraban el oro, al perfilar sus contornos siguiendo una pauta de identidad figurativa tan semejante a la realidad que la mirada del visitante registra una reverberaci¨®n sorprendente. As¨ª lo muestran los numerosos ritones -objetos met¨¢licos, en oro o plata, a modo de cuernos huecos- con protomes -protuberancias- decorados por fin¨ªsimas cabezas de toros, ciervos, esfinges o caballos. El repertorio de armas, dagas, pu?ales, escudos y corazas, es espl¨¦ndido, as¨ª como la calidad de las misteriosas m¨¢scaras de guerra, los cascos y los yelmos con cejas y bigotes esculpidos, que centurias antes del Siglo de Pericles ya confer¨ªan a los tracios la condici¨®n de magn¨ªficos guerreros.
Sus atav¨ªos textiles -asombrosamente semejantes a los capotes de los pieles rojas norteamericanos, como muestra la decoraci¨®n de algunas vasijas exhibidas- ense?an ya toda una pl¨¦tora de grecas, cintas y festones adornados con pictogramas que anuncian las tensiones previas al nacimiento de una lengua que, a la postre, vino a ser suplantada por el griego, en cuya clave hemos recibido noticia de este enigm¨¢tico pueblo de la Europa Oriental subdanubiana.
La exposici¨®n informa de que tracios fueron tanto Espartaco, el liberto que se enfrent¨® a Roma, invasora de la Tracia, con el potencial revolucionario del igualitarismo, como el origen de los ritos ¨®rficos, canon hist¨®rico del pulso de las relaciones humanas con el m¨¢s all¨¢.
La muestra permite disfrutar de la evidencia de que Tracia, desde un oculto segundo plano de la gran Historia, coexisti¨® con persas y griegos contagiando a ambos de la elegancia de su escala e integrando, a su vez, las grandes aportaciones de aqu¨¦llos al mundo de un arte que ya dominaba con desenvoltura desde su arcaica alianza con los troyanos, y cuyos destellos ba?aron de luz y serena grandeza todas sus manifestaciones.
Los tracios. Tesoros enigm¨¢ticos de Bulgaria. Laborables, de 11.00 hasta las 20.00. Domingos y festivos, hasta las 14.30. Martes, cerrado. Entrada gratuita. Fundaci¨®n La Caixa. Serrano, 60
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.