El argentino que pudo ser Papa y otros secretos
El diario de un cardenal aporta datos hasta ahora desconocidos sobre el c¨®nclave en el Vaticano
El c¨®nclave que convirti¨® a Joseph Ratzinger en Benedicto XVI no se desarroll¨® como se pens¨® en su momento. La principal alternativa a Ratzinger no fue el cardenal jesuita Carlo Maria Martini, sino otro jesuita, el argentino Jorge Mario Bergoglio, quien finalmente se atemoriz¨® y renunci¨®. Es uno de los datos hasta ahora desconocidos sobre la transici¨®n en el Vaticano.
Limes, una prestigiosa revista italiana de informaci¨®n geopol¨ªtica, public¨® ayer un documento ins¨®lito: el supuesto diario que un cardenal redact¨® durante el c¨®nclave de abril. La revista mantuvo en el anonimato la identidad del cardenal, por razones obvias, pero aval¨® la autenticidad del diario. Fuentes vaticanas se limitaron a comentar que si las revelaciones eran ciertas supon¨ªan una grave ruptura del juramento de secreto efectuado por todos los participantes en el c¨®nclave.
Persianas selladas
El diario ofrec¨ªa algunas an¨¦cdotas, como la sorpresa del autor al no poder abrir las persianas de su habitaci¨®n (selladas por razones de clausura) y las expediciones que el cardenal portugu¨¦s Jos¨¦ Policarpo da Cruz realizaba al patio para fumarse un puro. M¨¢s significativas resultaban las quejas planteadas por un grupo de cardenales contra el "conflicto de intereses" de Joseph Ratzinger, a la vez decano (y por tanto organizador del c¨®nclave) y principal aspirante. Se propuso que el siguiente decano tuviera m¨¢s de 80 a?os, para que no pudiera aspirar al papado, pero la idea no tuvo ¨¦xito: el actual decano es el secretario de Estado, Angelo Sodano, a punto de cumplir los 79.
Lo esencial del documento era, en cualquier caso, el relato de la singular competici¨®n mantenida entre Ratzinger, el todopoderoso prefecto de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, mano derecha del papa difunto y decano del colegio cardenalicio, y el cardenal arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio. En la primera votaci¨®n, la de tanteo, Ratzinger obtuvo 47 votos. El segundo clasificado result¨® Bergoglio, un jesuita ortodoxo en cuestiones dogm¨¢ticas pero flexible en materia de ¨¦tica sexual ("quieren meter el mundo dentro de un preservativo", bromeaba en privado), en torno al cual se articul¨®, por sorpresa, todo el bloque m¨¢s o menos liberal y opuesto a Ratzinger.
En esa primera votaci¨®n, celebrada el 18 de abril por la tarde, el l¨ªder de los reformistas, Carlo Maria Martini, se qued¨® en nueve votos. Sobre Martini, ex arzobispo de Mil¨¢n, pes¨® el estado de salud: sufr¨ªa una incipiente enfermedad de Parkinson, la misma que aquej¨® durante largos a?os a Karol Wojtyla.
El objetivo de los antiratzinger no era ganar. Cardenales como el belga Daneels o el conjunto de los alemanes (contrarios a su compatriota) eran conscientes de que casi todos los miembros del colegio cardenalicio hab¨ªan sido nombrados por Juan Pablo II con criterios conservadores y que de ese electorado no pod¨ªa salir nada reformista. El objetivo consist¨ªa en conseguir una minor¨ªa firme que impidiera que el cardenal alem¨¢n recogiera los dos tercios necesarios y le empujara a renunciar en favor de un candidato alternativo y m¨¢s conciliador.
Los nervios de los ratzingerianos, que no esperaban una oposici¨®n s¨®lida, se hicieron visibles a la hora de la cena. "Gran preocupaci¨®n entre los purpurados que auspician la elecci¨®n del cardenal Ratzinger", escribi¨® el diarista. Bergoglio permanec¨ªa en silencio. El cardenal colombiano Alfonso L¨®pez Trujillo intent¨® convencer a los dem¨¢s suramericanos de que no deb¨ªan optar por Bergoglio porque no exist¨ªa "ninguna aut¨¦ntica alternativa a Ratzinger".
En la segunda votaci¨®n, a la ma?ana siguiente, Ratzinger subi¨® a 65 y Bergoglio, a 35. El cardenal Martini se sent¨ªa optimista ante la evidencia de que Ratzinger no consegu¨ªa reunir los dos tercios necesarios. En la tercera votaci¨®n, antes del almuerzo, Ratzinger 72, Bergoglio 40. En torno al cardenal argentino se hab¨ªa articulado algo que se parec¨ªa mucho a una minor¨ªa de bloqueo. "Ma?ana, grandes novedades", le coment¨® Martini a un colega. Confiaba en que las dos votaciones de la tarde siguieran en la misma l¨ªnea y en que Ratzinger renunciara esa misma noche.
Sucedi¨® lo contrario. Mientras Martini ve¨ªa crecer sus esperanzas de cerrar el paso al panzerkardinal, otros observadores m¨¢s atentos percib¨ªan que era Bergoglio quien, con alusiones bastante claras, daba a entender que no se sent¨ªa preparado para seguir manteniendo el pulso o, en caso extremo, de asumir el pontificado. Bergoglio ten¨ªa miedo. Y eso hizo que, tras el almuerzo, un grupo de rebeldes decidiera volver al redil ratzingeriano.
En la cuarta y definitiva votaci¨®n, Ratzinger alcanz¨® una mayor¨ªa suficiente, con 84 votos, y Bergoglio baj¨® a 26. El malhumor de algunos cardenales se reflej¨® en votos exc¨¦ntricos, como el otorgado a Bernard Law, ex arzobispo de Boston, retirado tras el esc¨¢ndalo de los sacerdotes pederastas. "En la Sixtina hubo un instante de silencio seguido de un largo y cordial aplauso", dice el diario. Al t¨¦rmino del c¨®nclave, el cardenal Daneels, el ¨²nico que lament¨® en p¨²blico la elecci¨®n de Ratzinger, pronunci¨® una frase que ahora cobra todo su significado: "A¨²n no ha llegado el momento de elegir a un Papa hispanoamericano".
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