Europa sin fronteras
La Constituci¨®n europea ha quedado congelada y sin calendario. Pero la integraci¨®n territorial de Europa sigue su curso y es ya pr¨¢cticamente irreversible. A medida que las fronteras, las aduanas, los controles de polic¨ªa y las oficinas de cambio de moneda se han evaporado, las regiones vecinas situadas a diferentes lados de las antiguas fronteras estatales tienden a coordinar sus intereses comunes y a desarrollar soluciones de lo que, a esos niveles, suele llamarse "buenas pr¨¢cticas". Las regiones colindantes con fronteras estatales abarcan casi la mitad del territorio europeo y un tercio de la poblaci¨®n del continente. En muchos casos, las fronteras no han eliminado la proximidad ling¨¹¨ªstica y religiosa, lo cual, l¨®gicamente, facilita las relaciones cooperativas entre los ciudadanos y sus instituciones.
Actualmente existen 61 eurorregiones, que han desarrollado m¨¢s de 150 programas basados en acuerdos multilaterales para la cooperaci¨®n
La cooperaci¨®n territorial se desarrolla mediante la formaci¨®n de eurorregiones, as¨ª como de ligas de ciudades y regiones no-fronterizas. Actualmente existen 61 eurorregiones, las cuales han desarrollado m¨¢s de 150 programas basados en acuerdos y tratados multilaterales para la cooperaci¨®n por encima de las fronteras. Las eurorregiones est¨¢n situadas sobre todo en torno a las fronteras entre B¨¦lgica, Holanda y Luxemburgo, entre regiones y ciudades de los pa¨ªses escandinavos y, en particular, sobre las fronteras de Alemania, que han desaparecido realmente mediante los acuerdos entre sus gobiernos territoriales y los de Holanda, Austria, la Rep¨²blica Checa y Polonia. Hay menos cooperaci¨®n transfronteriza desde territorio espa?ol por la sencilla raz¨®n de que las fronteras del Estado son relativamente cortas, pero los acuerdos se extienden ya tanto hacia Francia como hacia Portugal.
Un caso espectacular es la eurorregi¨®n Pomerania, que pasa por encima de la primera nueva frontera que traz¨® entre Suecia y Brandeburgo el Tratado de Westfalia en 1648, el cual suele ser considerado como la fundaci¨®n del digamos orden moderno basado en Estados soberanos. Como todo el mundo sabe, ese orden en realidad produjo una escalada de guerras interestatales que condujo a las grandes matanzas del siglo XX con las guerras llamadas mundiales, de hecho b¨¢sicamente europeas, y la guerra fr¨ªa que las prolong¨®. Por ello, en el actual periodo de paz, la frontera entre Alemania y Polonia, todav¨ªa muy conflictiva en un periodo reciente, ha desaparecido de hecho a trav¨¦s de los acuerdos entre las autoridades locales de los territorios (l?nder) alemanes de Brandeburgo y Mecklenburgo-Pomerania occidental (que por algo conserv¨® este nombre), la regi¨®n de Escania en Suecia y la provincia polaca de Zachodniopomorskie, en la que la ciudad de Szezecin tiende a recuperar su posici¨®n hist¨®rica de nudo de comunicaciones, incluso como puerto mar¨ªtimo de Berl¨ªn.
Un par de ejemplos adicionales pueden ilustrar c¨®mo las fronteras interestatales se est¨¢n desvaneciendo en Europa. La llamada Euregio Ems-Dollart, una instituci¨®n de derecho p¨²blico formada por provincias holandesas y territorios alemanes, desarroll¨® el proyecto de la autopista A31-Emsland con fondos transfronterizos. Esta carretera conecta el valle del Ruhr y la costa del mar del Norte a trav¨¦s de territorios alemanes en Renania del Norte-Westfalia (nada menos) y Baja Sajonia. Pero la cuesti¨®n es que tambi¨¦n conecta con la autopista entre Amsterdam y Berl¨ªn, a la que se puede acceder f¨¢cilmente desde Holanda. Cuando el Gobierno federal alem¨¢n retir¨® sus planes para la autopista A31, la eurorregi¨®n citada consigui¨® movilizar recursos privados y de la UE y contribuy¨® ella misma a financiar el proyecto, el cual ha sido construido, pues, completamente dentro de territorio alem¨¢n, pero en parte con fondos de los contribuyentes holandeses.
Hospital en Puigcerd¨¤
Mucho m¨¢s cerca de nosotros, el primer hospital transfronterizo en Europa est¨¢ en construcci¨®n en Puigcerd¨¤, dentro de territorio del Estado espa?ol, gracias a un acuerdo entre los Gobiernos de la proyectada eurorregi¨®n formada por Catalu?a, Arag¨®n y Baleares a un lado y Languedoc-Rosell¨®n y Midi-Pirineos al otro lado de la frontera. El hospital est¨¢ situado en la Cerdanya, que, como es sabido, es un valle y un condado hist¨®rico que fueron artificiosamente divididos desde el siglo XVII entre los Estados franc¨¦s y espa?ol y que incluye hasta un enclave espa?ol rodeado de territorio franc¨¦s, la ciudad de Ll¨ªvia. Dada la cercan¨ªa, los ciudadanos franceses de diversas localidades tomaron por costumbre acudir al viejo hospital situado en el lado espa?ol de la frontera, pero los administradores y las autoridades locales reclamaron los correspondientes pagos, hasta que llegaron al acuerdo de construir un nuevo servicio com¨²n. Existen ya docenas de experiencias comparables en toda Europa en temas de desarrollo rural y agrario, transportes, puentes, medio ambiente, educaci¨®n, medios de comunicaci¨®n y turismo. As¨ª, las tradicionales relaciones directas entre Estados, basadas en el mutuo reconocimiento de su soberan¨ªa, est¨¢n siendo reemplazadas por relaciones directas entre unidades peque?as organizadas como territorios, naciones, regiones, ciudades u otras estructuras. La cooperaci¨®n entre gobiernos regionales y locales por encima de las fronteras elimina un elemento crucial de la soberan¨ªa de los Estados. Las unidades peque?as dentro del gran imperio europeo contribuyen a crear una diversidad de estructuras pol¨ªticas y formas de autogobierno local. Tanto el Parlamento como la Comisi¨®n europeos han apoyado activamente estas formas de cooperaci¨®n territorial que, en alg¨²n momento, cuando el proceso paneuropeo resucite, deber¨¢n encontrar un encaje constitucional.
Josep M. Colomer es profesor de investigaci¨®n en Ciencia Pol¨ªtica en el CSIC y la Universidad Pompeu Fabra.
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