Nuevas exigencias, nuevos compromisos

Despu¨¦s de casi un cuarto de siglo en la direcci¨®n de la UGT de Euskadi, es la primera vez que he asistido a un congreso de la UGT en calidad de invitado. No obstante, me considero un militante activo que ha seguido con inter¨¦s el proceso congresual y que ha contribuido a enriquecer el debate de las ideas y el programa de acci¨®n, consensuado en su totalidad. Un congreso siempre pone a prueba la capacidad de propuesta y cr¨ªtica social de un sindicato. Pienso que la UGT de Euskadi ha superado la prueba con nota alta, ya que ha respondido con creces en la b¨²squeda de respuestas y alternativas a las nuevas exigencias que la triple funci¨®n del sindicato ha tenido, tiene y tendr¨¢: mejorar la distribuci¨®n de la riqueza, seguir siendo expresi¨®n democr¨¢tica de la fuerza del trabajo de la nueva y compleja realidad sociolaboral, e impulsar la ciudadan¨ªa social, que comienza por la defensa de la dignidad del trabajo.

El Gobierno vasco no est¨¢ liderando el di¨¢logo entre las fuerzas sociales y no parece querer hacerlo

No se ha aprovechado un periodo irrepetible y prolongado de bonanza y crecimiento econ¨®mico

Hay un aviso de la OIT de finales de los 90 que no ha perdido actualidad: "Sin unos cauces fiables de expresi¨®n de los temores y de los motivos de descontento, los movimientos sociales pueden llegar a ser muy pronto ingobernables". Tambi¨¦n en Euskadi las estrategias y pol¨ªticas de remercantilizaci¨®n absoluta est¨¢n socavando las bases y espacios naturales del sindicalismo y de la acci¨®n sindical. Las zonas vulnerables y fragmentadas, los colectivos subcontratados, semiexcluidos y cuasiinformales del mercado de trabajo chocan frontalmente con el modelo tradicional de trabajador industrial, estable, con cultura colectiva en la gesti¨®n del conflicto social. Hay un reto generalizado del sindicalismo de adecuaci¨®n y adaptaci¨®n de sus estructuras a un nuevo tejido productivo, a la complejidad y diversificaci¨®n sociol¨®gica de la nueva clase trabajadora. Por ello se ha afrontado el debate de la mejoras organizativas del sindicato .

Hay que inventar el sindicalismo todos los d¨ªas en un terreno de juego totalmente distinto, tratando de limitar los efectos desintegradores y excluyentes de este modelo ultramercantilizador, que deja en la cuneta de la exclusi¨®n a miles de ciudadanos. Por eso la UGT-Euskadi ha denunciado la "oportunidad econ¨®mica perdida en Euskadi", introduciendo aire social que enriquezca el d¨¦ficit de debate sobre los problemas cotidianos y reales de los trabajadores y del conjunto de la ciudadan¨ªa vasca. Un irrepetible y prolongado periodo de bondad econ¨®mica y de crecimiento ininterrumpido no ha sido aprovechado ni para mejorar nuestro precariezado mercado de trabajo, ni para afrontar con mayor intensidad la renovaci¨®n de nuestro tejido productivo, ni para resolver los d¨¦ficits sociales de nuestro autogobierno. Ya vale de trampas estad¨ªsticas y de marketing social. Si representamos el 110% de renta per c¨¢pita de la UE-15, es la hora de exigir una convergencia social en los mismos t¨¦rminos.

Por ello, la UGT-Euskadi no s¨®lo reivindica un mejor reparto del pastel, sino que se compromete y da alternativas para hacerlo m¨¢s grande y m¨¢s duradero. La apuesta por la econom¨ªa productiva y la mejora de la calidad de empleo son dos buenas herramientas para realizarlo. Puesto que la negociaci¨®n colectiva es nuestro mejor instrumento de distribuci¨®n de la riqueza, su fortalecimiento, enriquecimiento en contenidos y ampliaci¨®n en colectivos es un eje de acci¨®n fundamental sobre el que la UGT-Euskadi ha plasmado propuestas renovadas y atractivas. El objetivo es conquistar empleos estables dignamente remunerados; convertir la contrataci¨®n temporal en una excepci¨®n en las relaciones laborales, garantizar los derechos en la contrataci¨®n a tiempo parcial; evitar que se utilice la sub-contrataci¨®n de forma generalizada como mecanismo de precariedad permanente y de trabajar con menos derechos, causa principal de la insoportable y creciente siniestralidad; y hacer desaparecer las crecientes discriminaciones laborales que afectan de modo directo a mujeres, j¨®venes y todo un conjunto de colectivos cada vez m¨¢s esclavizados. Cada vez m¨¢s trabajadores quedan al margen de los canales de actuaci¨®n del sindicato. Y ¨¦ste corre el riesgo de ir circunscribi¨¦ndose a un circulo de trabajadores, cada vez m¨¢s reducido, estables y tradicionales. Por ello, el objetivo de una mayor afiliaci¨®n va estrechamente unido a la b¨²squeda de una mayor representatividad entre los sectores que conforman una parte cada vez m¨¢s mayoritaria de la clase trabajadora (parados, mujeres trabajadoras, cuadros, trabajadores del sector terciario, precarios, subcontratados, falsos aut¨®nomos, inmigrantes, etc¨¦tera.

La UGT-Euskadi se ha destacado hist¨®ricamente por ser un sujeto de emancipaci¨®n y de transformaci¨®n social. Por ello, tratamos de recuperar el objetivo ideol¨®gico de un modelo de sociedad m¨¢s justo y equitativo. Aqu¨ª introducimos una cr¨ªtica social fuerte a la regresi¨®n de las pol¨ªticas fiscales, que van reduciendo capacidad redistributiva y progresividad, benefici¨¢ndose el 10% de los contribuyentes con rentas m¨¢s altas. Solamente con una fiscalidad suficiente, progresiva y equitativa es posible garantizar unos servicios p¨²blicos de sanidad, educaci¨®n,vivienda, protecci¨®n a personas dependientes, lucha contra la exclusi¨®n social, mejora de la inversi¨®n p¨²blica etc. Pero lo que nos afecta m¨¢s como sindicato, es crear una alternativas a los cambios productivos, a la nueva empresa flexible que esta surgiendo, a los cambios en el trabajo. El dialogo social es un derecho sindical irrenunciable. Es parte de nuestra cultura sindical. La UGT lo ha practicado en momentos dif¨ªciles y los resultados han sido globalmente positivos, a veces con costo para la propia organizaci¨®n. El Gobierno vasco debe liderar un dialogo permanente entre las fuerzas sociales. No lo est¨¢ haciendo y parece que no quiere hacerlo. La UGT-Euskadi presiona para que lo haga. Es la hora de sumar y no restar. De buscar alternativas a la degradada situaci¨®n de nuestro mercado de trabajo, de proponer actuaciones tendentes a reducir la siniestralidad, a favorecer la cualificaci¨®n de los trabajadores, a lograr la inserci¨®n laboral de los colectivos con mayores dificultades de colocaci¨®n, a ponernos de acuerdo para que se constituya un ¨²nico organismo en la gesti¨®n del empleo, a que se elabore un ley de participaci¨®n institucional de las organizaciones sindicales m¨¢s representativas que desatasque el actual par¨®n de nuestras instituciones socio-laborales. La UGT-Euskadi no se resigna frente al totalitarismo del terror y sigue comprometida en la lucha por la libertad. Por ello sigue apostando, tal como hizo hace tres a?os, por un pacto de ciudadan¨ªa en Euskadi para la normalizaci¨®n de la sociedad vasca, que no es otra cosa que la desaparici¨®n de quienes utilizan el terror contra la pluralidad de la misma. El sindicato sigue comprometido en la defensa de una ciudadan¨ªa con derechos econ¨®micos, laborales, sociales y pol¨ªticos. Todo un reto colectivo, atractivo y necesario.

Carlos Trevilla es ex secretario general de UGT-Euskadi y representante del sindicato en el Consejo Econ¨®mico y Social vasco.