Aichi dice adi¨®s a la Expo y da la bienvenida a la Zaragoza del agua
La muestra japonesa, sobre la sabidur¨ªa de la naturaleza, cierra con 22 millones de visitantes
El pr¨ªncipe heredero, Naruhito, lleg¨® al Expo Dome, el auditorio principal de la Expo de Aichi. Una explosi¨®n de gritos emocionados penetr¨® hasta el interior del auditorio. Fue la aportaci¨®n m¨¢s vibrante a un acto de clausura celebrado ayer al mediod¨ªa, que tuvo poco de sorpresa, menos de imaginaci¨®n y nada de la tan pregonada tecnolog¨ªa japonesa. La primera exposici¨®n universal del siglo XXI arranc¨® el 25 de marzo y cerr¨® sus puertas ayer en Nagoya, cuarta ciudad de Jap¨®n y capital de la provincia de Aichi. La ciudad de Zaragoza recoge el testigo para ofrecer en 2008 un encuentro sobre el agua.
El balance de la Expo de Aichi ha sido mejor del esperado. Casi 22 millones de visitantes -el 95% japoneses-, siete m¨¢s de lo que preve¨ªan los organizadores. En la madrugada del domingo, unas 34.000 personas pasaron la noche al raso a las puertas del recinto, y a ¨²ltima hora de la jornada apuraban hasta los ¨²ltimos instantes para recorrer los pabellones de una muestra que ha querido marcar la importancia de buscar un futuro en el cual el desarrollo conviva en armon¨ªa con la naturaleza.
Ha sido tambi¨¦n el d¨ªa en el cual Zaragoza ha recogido el testigo de Aichi, que anteriormente le fue dejado por Hannover 2000. La capital aragonesa ser¨¢ la pr¨®xima ciudad en organizar una exposici¨®n -en este caso, de menor tama?o y monogr¨¢fica, bajo el lema Agua y Desarrollo sostenible. El alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, era el reflejo indisimulado de la emoci¨®n que ya vivi¨® hace diez meses la capital aragonesa cuando en Par¨ªs gan¨® su candidatura. La delegaci¨®n de Zaragoza, encabezada por el presidente de la sociedad Estatal Expoagua, Roque Gistau, vuela hoy desde Jap¨®n a Espa?a despu¨¦s de una semana de intensos contactos con los organizadores de Aichi y representantes de distintos pa¨ªses presentes en la muestra.
Viaje al 2008
Con la entrega de la bandera de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE), Zaragoza comienza una etapa nueva en su viaje hacia la meta de 2008. "La entrega de la bandera significa que la responsabilidad se incrementa. Ahora estamos solos y nos quedamos en primera fila de fuego real", dijo Belloch.
La ceremonia de clausura, en el Expo Dome, con asistencia del pr¨ªncipe heredero y del primer ministro, Junichiro Koizumi, se redujo a breves discursos, himno nacional, entrega de bandera a Zaragoza y Shanghai (anfitriona de una exposici¨®n universal en 2010), una especie de pasacalles de artistas callejeros y danza tradicional japonesa a cargo del grupo Nisikaba y la m¨ªmica de las mascotas oficiales: Mirizo y Kikkoro.
En su discurso, Naruhito destac¨® que todo lo que se hab¨ªa aprendido sobre la convivencia con la naturaleza deb¨ªa ser una semilla que brote para trasmitirla a la siguiente generaci¨®n. Anteriormente, el primer ministro hab¨ªa puesto como ejemplo de buen uso el que se hab¨ªa hecho al aprovechar los materiales de desecho de la muestra para generar energ¨ªa que aliment¨® el recinto. Un comportamiento muy acorde con la filosof¨ªa del mottainai japones, que aboga por no desaprovechar las cosas porque siempre pueden tener valor: incluso lo que parece basura. Las notas musicales del acto corrieron a cargo de la Expo Super Japan Orchestra, creada con ocasi¨®n de la muestra asi¨¢tica, que a media tarde inund¨® el recinto con piezas de los dos pa¨ªses que organizan las pr¨®ximas exposiciones, Espa?a y China. Por eso, los ¨²ltimos sonidos que se oyeron el domingo en Aichi tuvieron sabor espa?ol: la Danza ritual del fuego de El amor brujo, de Falla. Hoy no se cocinar¨¢n m¨¢s tapas espa?olas, los pabellones quedar¨¢n vac¨ªos, el mamut congelado hallado en Siberia dormir¨¢ en otro lugar, los montajes audiovisuales se apagar¨¢n, y los humanoides y robots m¨²sicos, uno de los espect¨¢culos que m¨¢s han atra¨ªdo a los visitantes, callar¨¢n. Los ingenios que se dedicaban a distintas labores en el recinto tendr¨¢n que buscar otro trabajo. Quienes tendr¨¢n trabajo ser¨¢n las m¨¢quinas que comenzar¨¢n en las pr¨®ximas horas a triturar todos los pabellones.
Un edificio singular
El proyecto del arquitecto Alejandro Zalea ha situado al recinto espa?ol en la primera l¨ªnea informativa, con m¨¢s de 1.200 apariciones en prensa. Las 15.000 piezas hexagonales de cer¨¢mica, algunas huecas y otras s¨®lidas, con tonos que van desde el amarillo hasta el marr¨®n oscuro, han servido como fondo de millones de fotograf¨ªas y ha ayudado a atraer 3.950.000 visitantes, a raz¨®n de 25.000 diarios. A ¨¦stos hay que sumar las 72.000 personas que han embarcado en la r¨¦plica de la nao Victoria, atracada en los ¨²ltimos meses en los puertos de Nagoya, Tokio y Osaka.
La sorprendente celos¨ªa que forma la fachada del edificio espa?ol ha sido primera p¨¢gina de la revista de informaci¨®n tur¨ªstica de Nagoya, la capital de Aichi, ha sido portada de prestigiosas revistas de arquitectura, como Shinkenchiku o Axis, y se ha convertido junto al de Jap¨®n en uno de los pabellones simb¨®licos de la Expo asi¨¢tica. Una especie de parque da entrada al ¨¢rea central o al bar de tapas, por el que han pasado 250.000 entusiastas comensales. Entre ellos, m¨¢s de 100 ilustres como la familia imperial japonesa. La habitual ceremonia de los asi¨¢ticos ante las tapitas se repet¨ªa: pedir, sacar una foto y degustar lo m¨¢s vanguardista de 13 chefs con estrella Michel¨ªn. El espacio central del pabell¨®n ha hecho las veces de escenario en el que cada una de las 17 comunidades aut¨®nomas han tenido toda una semana para mostrarse al p¨²blico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.