"La plata est¨¢ bien, pero..."

El futuro del ciclismo espa?ol empez¨® en Courchevel, el d¨ªa que Alejandro Valverde le gan¨® un mano a mano a Armstrong y ayer pas¨® por Madrid, en forma de una medalla de plata que se colg¨® Valverde del cuello en la Castellana. Gan¨® Boonen y fue segundo Valverde, que carga en su bicicleta con las esperanzas de los aficionados espa?oles cada vez que corre. "?Valverde, dame la gorra!", le gritaba Antonio, un chaval de la Ventilla, un madrile?o, cuando Alejandro abandonaba el podio.

Una, dos, tres, cien veces se la pidi¨®, nervioso por tener a su ¨ªdolo tan cerca, mientras el ciclista reflexionaba sobre el premio que dedic¨® a su viejo amigo, Jos¨¦ Tol¨®n, un se?or con el que sal¨ªa en bici cuando era ni?o al que le prometi¨® "dedicarle alg¨²n d¨ªa una medalla". No se olvid¨® de la afici¨®n: "A todos los que aman este deporte en Espa?a", dijo Valverde a modo de brindis. "Me han llevado hasta el podio con su ¨¢nimo y su cari?o y eso es de agradecer".

"Me lesion¨¦ en el Tour y llevo siete meses levant¨¢ndome a las siete. El que quiere, puede"

Feliz, que no exultante, por el subcampeonato, le dio Valverde las gracias al seleccionador espa?ol, Paco Antequera, "por confiar en m¨ª", como si no supiera el ciclista murciano que le trajo a Madrid una llamada de Fulgencio S¨¢nchez, el presidente de la federaci¨®n, ante las dudas del seleccionador. Olvidadizo, Valverde bastante ten¨ªa con soportar sobre su conciencia un error: "Tal vez no ten¨ªa que haberme metido en esa escapada a dos vueltas del final, seguramente eso me restara fuerzas al final", asumi¨® al tiempo que sacaba una conclusi¨®n: "El que quiere, puede. Me fui del Tour lesionado y me he pasado dos meses levant¨¢ndome a la siete para entrenarme".

En eso "y el trabajo de mis compa?eros", considera Valverde que est¨¢ la plata. Cerca, Igor Astarloa se lamentaba: "Se merec¨ªa el oro por lo mucho que ha trabajado para llegar aqu¨ª y por el carrer¨®n que ha hecho. Y porque ya fue segundo detr¨¢s de m¨ª y porque el a?o pasado fue sexto tras lanzar a Freire. Porque es la leche, porque ya se merece que un maillot arcoiris le cambie la vida para bien". Tino Zaballa maldec¨ªa: "Una l¨¢stima, nos ha faltado alguien que le lanzara, y hubiera sido oro", aseguraba exhausto el c¨¢ntabro.

El d¨ªa termin¨® en plata, "que est¨¢ muy bien...", seg¨²n el subcampe¨®n, pero en el box del equipo espa?ol no lo vieron: se estrope¨® la televisi¨®n. Excepto en el camerino de Alemania, a falta de dos vueltas todos los equipos perdieron la se?al. De desmontar al pelot¨®n se encarg¨® Pereiro. "Dije que no llegar¨ªamos en grupo y he cumplido", se jactaba el nuevo compa?ero en Illes Balears de Valverde, mientras Petacchi, camino del hotel, escup¨ªa bilis de cansancio y rabia: ten¨ªa que ser su sprint y ni se meti¨®.

"He contado a 30 italianos lo menos en carrera", explicaba Valverde, consciente de que el equipo azurro no trabaj¨® s¨®lo preparando la llegada a Petacchi. Que m¨¢s de un ciclista ayud¨® a los de Franco Ballerini, seleccionador italiano era vox populi en el pelot¨®n. "Yo he contado a 50", dijo entre risas el medalla de oro, Boonen. El presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Italiano, Gianni Petrucci, se molest¨®: "Yo he visto a cincuenta belgas", le respondi¨®. A Antonio le daba igual cu¨¢ntos belgas y cu¨¢ntos italianos hubiera en Madrid. Valverde hab¨ªa sido plata y el chaval era feliz, como toda la afici¨®n. O un poco m¨¢s: la gorra del Illes Balears termin¨® en La Ventilla.