?Ahora o nunca?
En estos d¨ªas de v¨ªsperas del Estatuto de Catalu?a, los titulares de la prensa han asegurado que el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, para inducir el voto favorable de CiU, le ha dicho a Artur M¨¢s que ¨¦sta es la ¨²nica ventana de oportunidad disponible, que la cuesti¨®n del Estatut es la de ahora o nunca. O sea, que s¨®lo con el actual Ejecutivo socialista puede abrirse camino legal la reforma planteada. Semejante afirmaci¨®n encierra otra: la de que se est¨¢ considerando la posibilidad de aprobar un texto sin los votos del Grupo Popular que anda cerrado en banda. Adem¨¢s, esa senda supondr¨ªa proseguir en la l¨ªnea de la renuncia al consenso en una cuesti¨®n como la de Catalu?a, que se sumar¨ªa a otras rupturas ya avanzadas en ¨¢mbitos como la lucha antiterrorista, la pol¨ªtica exterior o la de defensa.
De manera que la siembra permanente de talante por parte de ZP volver¨ªa a traducirse en nueva cosecha de antagonismos berroque?os. Tambi¨¦n indican los observadores m¨¢s avisados que por debajo de la mesa circulan otros argumentos de gran poder de convicci¨®n. Por ejemplo, el de la represalia, porque si el Estatut encallara en Barcelona, se emprender¨ªa una reforma de la Ley Electoral catalana y se rebajar¨ªan las ventajas otorgadas a los feudos de CiU en el texto vigente. As¨ª que, despu¨¦s de haber bloqueado la indagaci¨®n sobre las comisiones del 3% en las obras p¨²blicas obtenidas por el anterior partido en el Gobierno de la Generalitat, que salieron a la luz cuando la sesi¨®n parlamentaria del hundimiento del Carmel, ahora se abdicar¨ªa de un prop¨®sito dignificador en aras de obtener el voto favorable al Estatut de Artur M¨¢s y los suyos.
De este modo volver¨ªa a primar la conveniencia intra partidos frente a los deberes hacia los contribuyentes y los electores. Se impondr¨ªa el oficio de tinieblas, el p¨²blico del patio de butacas se quedar¨ªa a oscuras en lugar de recibir los esclarecimientos a que tiene derecho cuando ocupa su localidad en la sala de proyecciones. Pero en alg¨²n momento ser¨ªa preciso examinar a d¨®nde puede llevarnos el lema de fer pa¨ªs, de anteponer la construcci¨®n nacional, de my country right or wrong, a las consideraciones indeclinables que merecen los ciudadanos y sus libertades individuales. Nos han imbuido del principio de la subsidiariedad anclado en las enc¨ªclicas pontificias como si el poder pol¨ªtico adquiriera una condici¨®n m¨¢s ben¨¦fica en proporci¨®n directa a su cercan¨ªa pero la experiencia de cada uno viene muchas veces a desmentirlo.
Hemos cargado sobre la burocracia europea o estatal toda suerte de denuestos cuando tantas veces opera de manera mucho m¨¢s adecuada y neutral, mientras que en el plano auton¨®mico o municipal prima el amiguismo, el nepotismo, el caciquismo sin escapatoria alguna para el administrado obligado a optar entre la resignaci¨®n de soportar la arbitrariedad adversa o contornearla para terminar haci¨¦ndose acreedor al favoritismo de la alcald¨ªa o de la comunidad aut¨®noma mediante el recurso a la corrupci¨®n pactada, que acaban como siempre sufragando los vecinos o los sujetos al estatuto que corresponda. De manera que se impone reconocer c¨®mo a veces el poder a distancia resulta liberador mientras el poder cercano produce una asfixia que nos deja inermes. Por eso, en una declaraci¨®n reciente las cajas de ahorro han criticado que el nuevo Estatut se adjudique competencias que son estatales y ven en la supervisi¨®n del Banco de Espa?a un ox¨ªgeno provechoso sin contaminaciones interesadas.
Mientras, a la espera de la sesi¨®n del viernes en el Parlament, se recomienda la lectura del volumen Dos visiones de Espa?a con los discursos de Jos¨¦ Ortega y Gasset y Manuel Aza?a sobre el Estatut de Catalu?a que se debat¨ªa en 1931 en el Congreso de los Diputados y con la l¨²cida introducci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao. Lo que est¨¢ en juego va m¨¢s all¨¢ de la necesidad que determinados l¨ªderes tengan de salvar la cara respecto a sus promesas electorales o a sus frases efectistas y tampoco estamos para juegos florales, para bendiciones m¨¢s o menos inaugurales del arzobispo de la di¨®cesis ni para la recolecta de declaraciones de instituciones que tanto dependen de estar bienquistas o de famosos instrumentalizables del deporte o del coraz¨®n.
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