Tres inciertos d¨ªas de septiembre
Hoy comienza en un ambiente de gran tensi¨®n e incertidumbre el Pleno del Parlamento catal¨¢n que debatir¨¢ durante tres d¨ªas -la votaci¨®n de totalidad se celebrar¨¢ pasado ma?ana- el proyecto de nuevo Estatuto. La oscuridad de los pron¨®sticos se entenebrece a¨²n m¨¢s por el complejo mecanismo procesal establecido para aprobar el texto y por el car¨¢cter potencialmente contradictorio de las alianzas pol¨ªticas imaginables seg¨²n cu¨¢les sean las reglas de votaci¨®n aplicadas a cada supuesto. Los art¨ªculos del proyecto deber¨¢n ser aprobados uno a uno por la mayor¨ªa absoluta de la C¨¢mara aut¨®noma (68 esca?os sobre 135); en cambio, se requerir¨¢ la mayor¨ªa cualificada de los dos tercios de los miembros de la Asamblea para aprobar el Estatuto en su conjunto. El Parlamento catal¨¢n podr¨ªa retirar con mayor¨ªa absoluta la propuesta estatutaria enviada anteriormente por mayor¨ªa cualificada a las Cortes Generales en caso de estar disconforme con las enmiendas introducidas a lo largo de su tramitaci¨®n.
Los grupos parlamentarios de CiU (46) y del PSC (42) disponen de una f¨¦rrea minor¨ªa de bloqueo que les hace imprescindibles como piezas de la mayor¨ªa reforzada (90 esca?os) que conceda v¨ªa libre al Estatuto; sin embargo, ninguno de esos dos actores tiene la fuerza num¨¦rica necesaria para impedir que cada sumando -cada art¨ªculo- del agregado final -el Estatuto- sea aprobado sin su acuerdo. A su vez, ERC (23 esca?os) posee la llave de dos mayor¨ªas absolutas alternativas en el Parlamento catal¨¢n y podr¨ªa utilizarlas para cada art¨ªculo seg¨²n cual fuera la materia sometida a discusi¨®n. La gran inc¨®gnita a despejar en los pr¨®ximos tres d¨ªas es precisamente saber si el partido de Carod-Rovira se propone hacer o no ese doble juego. De un lado, la participaci¨®n de ERC en el Gobierno tripartito implica lazos de lealtad con el PSC y con ICV-EUiA (9 esca?os): su eventual alianza con CiU para aprobar art¨ªculos por separado pondr¨ªa en peligro la estabilidad de la legislatura. De otro, su disputa ideol¨®gica con CiU del voto nacionalista podr¨ªa llevarle a cerrar tales acuerdos bilaterales exclusivistas sobre enmiendas parciales que dejaran en minor¨ªa a sus dos socios de Gobierno.
La acci¨®n combinada de la extra?a dualidad mayoritaria creada por el procedimiento parlamentario y de la potencial ambig¨¹edad esquizofr¨¦nica de ERC como padrino de alternativas contrapuestas producir¨ªa tal vez otros efectos secundarios. As¨ª, el Grupo Parlamentario Socialista en las Cortes Generales podr¨ªa entender que los art¨ªculos aprobados en el Parlamento catal¨¢n por una hipot¨¦tica mayor¨ªa absoluta exclusiva de CiU y ERC est¨¢n transmitiendo una se?al oculta de sus correligionarios del PSC, que les autorizar¨ªa a enmendarlos sin perjuicio de votar finalmente el Estatuto en su conjunto. De esta forma, el presidente Zapatero no incumplir¨ªa su compromiso de dar por buena la propuesta de la Asamblea de Catalu?a en su integridad a condici¨®n de que tenga un amplio consenso.
Las noticias de los ¨²ltimos d¨ªas reproducen las bruscas subidas y bajadas de una monta?a rusa que mover¨ªan alternativamente al optimismo o al pesimismo de los viajeros. Las negociaciones reservadas o moment¨¢neamente secretas (casi todo se termina sabiendo) entre los participantes tienen trayectorias diferentes y entrecruzadas que incrementan todav¨ªa m¨¢s la confusi¨®n. Dentro del ¨¢mbito catal¨¢n, los partidos del Gobierno tripartito mantuvieron reuniones conjuntas y bilaterales pero tambi¨¦n se reservaron el derecho a relacionarse por separado con CiU. En el seno de los partidos o federaciones se ha librado igualmente una lucha interna -a veces sorda y otras audible- entre diversos dirigentes y tendencias. Finalmente, las conversaciones durante la ¨²ltima semana del presidente Zapatero con Pasqual Maragall y Artur Mas introdujeron nuevos ruidos en la guerra psicol¨®gica librada por los diferentes actores para mejorar sus posiciones en el terreno de juego. Aunque las negociaciones estatutarias de la transici¨®n sienten un supersticioso antecedente en favor -veintis¨¦is a?os despu¨¦s- de los acuerdos alcanzados a ¨²ltima hora, la historia no siempre repite los finales felices.
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