Blair promete una gran reforma para llevar al laborismo a un cuarto mandato

Tony Blair se present¨® ayer en el congreso del Partido Laborista como un l¨ªder con una visi¨®n de futuro centrada en dos motores: el cambio y la reforma. Y habl¨® ante los delegados reunidos en Brighton como un mandatario con mucha agenda por cumplir. Con un discurso popular, incluso patri¨®tico en sus referencias internacionales, articulado con gran soltura, se gan¨® a gran parte de la audiencia, que le dispens¨® ovaciones al estilo de un rockero. La vieja guardia laborista, en cambio, ech¨® en falta un an¨¢lisis autocr¨ªtico de la ca¨ªda de popularidad de su l¨ªder y primer ministro brit¨¢nico.

Blair apost¨® por el cambio al llevar el neolaborismo a Downing Street en 1997. Ocho m¨¢s tarde, y con tres elecciones ganadas de forma consecutiva, sigue apostando por el cambio como aval de ¨¦xito en el futuro. "El mundo est¨¢ en movimiento una vez m¨¢s: el cambio en el siglo XXI es incluso m¨¢s profundo que a finales del XX. Por eso, nosotros tenemos que cambiar de nuevo. No dar marcha atr¨¢s en el nuevo laborismo, sino avanzar hacia la nueva meta que nos est¨¢ indicando el mundo cambiante (...) Lo hicimos en 1997 y lo volveremos a hacer en 2005", dijo a los delegados de su partido.

"Este es un pa¨ªs que ense?a el camino cada d¨ªa m¨¢s. El malestar de Francia o la angustia de Alemania no son para nosotros (...) Nosotros tenemos que convertir a Reino Unido en un pa¨ªs realmente competitivo en el mundo", dijo tambi¨¦n el primer ministro. Blair prometi¨® seguir liderando un partido "impulsor del cambio". "Y as¨ª debemos seguir", declar¨®. "As¨ª podremos ganar la cuarta elecci¨®n y el futuro ser¨¢ nuestro".

Ese cambio implica un intenso programa de reforma social y econ¨®mica y la mejora de los servicios p¨²blicos fomentando la competencia de las fuerzas del mercado sin abandonar los principios de universalidad y gratuidad. Las reformas est¨¢n destinadas a garantizar al ciudadano brit¨¢nico una "elecci¨®n" de servicios sanitarios y educativos que hasta la fecha, dijo Blair, s¨®lo estaba en manos de los pudientes. "Elecci¨®n es lo que los ricos han ejercitado durante a?os. Los tories se sienten c¨®modos con ello. Pero para los laboristas, la potestad de elecci¨®n es demasiado importante como para dejarla s¨®lo en manos de los m¨¢s pudientes", se?al¨®.

Al calor del discurso, su visi¨®n de futuro, que difiere del canon tradicional de la izquierda laborista, entre ellos de sus estrechos aliados en el movimiento sindicalista, provoc¨® aplausos de la audiencia. "Soy un sindicalista de toda la vida. Coincido en los objetivos expresados por Blair aunque discrepo en el m¨¦todo para conseguirlos. Pero no hay duda de que es un visionario, con una agenda radical de cambio. Nos ha dado un mensaje claro: no hay vuelta atr¨¢s, solo una marcha hacia delante", defendi¨® Tom Brennan, ejecutivo del sindicato industrial.

El sindicato de funcionarios Unison celebr¨® la contribuci¨®n del primer ministro al laborismo, pero critic¨® con m¨¢s severidad sus propuestas de reforma: "Su estrategia no mejorar¨¢ el servicio de salud. Conducir¨¢ a su fragmentaci¨®n, incrementar¨¢ los costes y no proveer¨¢ las mejoras que todos deseamos", se?al¨® su secretario general, Dave Prentis.

Blair sugiri¨® que no se dejar¨¢ desviar del curso trazado de reforma en la ¨²nica menci¨®n cr¨ªtica sobre su gesti¨®n a la que hizo referencia en una intervenci¨®n por debajo de los 60 minutos de duraci¨®n. "Cada vez que he introducido una reforma al frente del Gobierno, desear¨ªa en retrospectiva haber ido m¨¢s lejos", confes¨®. Para el primer ministro, el ¨¦xito depende de la capacidad de adaptaci¨®n a la transformaci¨®n del mundo. "El ritmo de cambio puede aplastarnos o puede mejorar nuestras vidas y fortalecer nuestro gobierno. Oigo a la gente decir que deber¨ªamos debatir sobre globalizaci¨®n. Podr¨ªamos tambi¨¦n debatir si el oto?o le sigue al verano. En China e India no debaten sobre globalizaci¨®n. All¨ª aprovechan sus posibilidades de una forma que transformar¨¢ sus vidas y las nuestras", compar¨® para enojo de izquierdistas como el diputado Jeremy Corby.

De igual forma, Blair descart¨® el proteccionismo comercial o laboral, pero tambi¨¦n el aislamiento pol¨ªtico. "Para un pa¨ªs del tama?o de Reino Unido no hay un futuro seguro sin alianzas fuertes", record¨® para justificar a continuaci¨®n su apoyo al Gobierno de Washington en la lucha contra el terrorismo internacional. "Nunca dud¨¦, despu¨¦s del 11-J, que nuestro puesto estaba junto a Am¨¦rica y no lo dudo ahora. El terrorismo atac¨® dram¨¢ticamente en Nueva York pero se dirig¨ªa entonces y ahora a todos nosotros, a nuestro estilo de vida". Respecto al proyecto europeo, anim¨® a su partido a luchar por la reforma y describi¨® de "locura" la posibilidad de que Reino Unido de la espalda a la Uni¨®n Europea.

Por ¨²ltimo, pas¨® de puntillas por la cuesti¨®n de la guerra en Irak para afirmar que, pese a la situaci¨®n en Basora -donde hubo enfrentamientos entre las tropas brit¨¢nicas y la poblaci¨®n chi¨ª tras atacar una comisar¨ªa de la polic¨ªa iraqu¨ª-, y el caos generalizado, el pa¨ªs avanza hacia la democracia con los pr¨®ximos referendo y elecciones generales.

"El modo de evitar que muera gente inocente es defender su derecho a elegir a su Gobierno como lo hacemos en el Reino Unido", asegur¨® Blair, "Luchar por la democracia, sea en Irak, Afganist¨¢n, Kosovo o Sierra Leona es, para m¨ª, una causa progresista", insisti¨®.