Remando al viento
En alguna ocasi¨®n ha manifestado Luis de Pablo que lo dif¨ªcil en nuestros d¨ªas no es estrenar una ¨®pera sino que esa ¨®pera se reponga y no digamos que entre en repertorio. La noche y la palabra se estren¨® en La Abad¨ªa de Madrid en 2004 y ahora sube a escena por segunda vez en el marco del festival internacional de m¨²sica contempor¨¢nea de la Bienal de Venecia. El reconocimiento es importante. Es inevitable -y agradable- adem¨¢s pensar, por el tema y por la ciudad, en la recuperada Montezuma, del veneciano Vivaldi y en el juego que sac¨® a esta historia Carpentier en su Concierto barroco.
Lo de menos es si se trata de una ¨®pera o no. Es un espect¨¢culo que combina voces, teatro, m¨²sica, tecnolog¨ªa y pintura, y eso deber¨ªa bastar para situarlo. El concepto de ¨®pera en nuestros d¨ªas -o el de teatro musical, o el de m¨²sica esc¨¦nica, o el de acci¨®n musical...- es de amplio espectro y sus reglas de juego son muy abiertas. Mantiene la tendencia a una narrativa fundamentalmente llevada por los elementos orquestales y conserva un cierto aire de ritual musical. Lo dem¨¢s es incorporable. Lo importante es que los diferentes elementos puestos en juego se complementen y la est¨¦tica de conjunto resultante sea de un calado superior al de las partes por separado. Se da por supuesto, claro, la calidad creativa e interpretativa de las, llam¨¦moslas as¨ª, "materias primas". En La noche y la palabra esa calidad es incuestionable. La m¨²sica de L¨®pez L¨®pez es de primer¨ªsimo nivel y, tanto en las evocaciones renacentistas o de color ind¨ªgena, como en el tratamiento de la percusi¨®n para extraer las tensiones psicol¨®gicas y sociales y, desde luego, en la estructuraci¨®n de la obra, el compositor madrile?o residente en Par¨ªs demuestra dominio del lenguaje, inspiraci¨®n y solidez.
La noche y la palabra
M¨²sica de Jos¨¦ Manuel L¨®pez L¨®pez y texto de Gonzalo Su¨¢rez. Con Antoni Comas (Montezuma), Pilar Jurado (Malinche), David Rubiera (Hern¨¢n Cort¨¦s), Alfonso Blanco (buf¨®n espa?ol) y Tom¨¢s Pozzi (buf¨®n mexicano). Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Director musical: Juan Carlos Garvayo. Maestro del coro: F¨¦lix Redondo. Director de escena: Andr¨¦s Lima. Im¨¢genes: Jos¨¦ Manuel Broto. Bienal de Venecia. 49? Festival Internacional de M¨²sica Contempor¨¢nea. Producci¨®n Musicadhoy, Madrid. Teatro Alle Tesse, Venecia, 29 de septiembre.
La Orquesta de la Comunidad de Madrid responde con entrega a las ¨®rdenes de un magn¨ªfico Garvayo, los cantantes y actores se dejan la piel, y el coro est¨¢ sensacional con la cuidada preparaci¨®n para la ocasi¨®n de F¨¦lix Redondo. En cuanto a Jos¨¦ Manuel Broto, no vamos a descubrir nada nuevo diciendo que es un excelente pintor. La continua proyecci¨®n de sus im¨¢genes generadas por ordenador en pantalla grande es colorista y luminosa. "Funciona" bien en s¨ª misma.
Funcionar. Ya hemos citado la palabra conflictiva. ?Funciona en conjunto en La noche y la palabra la uni¨®n de elementos tan valiosos de entrada? Es al menos discutible. A mi modo de ver, no lo que ser¨ªa deseable. Es dif¨ªcil sobreponerse a la sensaci¨®n de extra?amiento que desprende el espect¨¢culo, a su dimensi¨®n distanciada y, en muchos momentos, cr¨ªptica. Hay cierto desequilibrio entre la declamaci¨®n y el canto, el planteamiento esc¨¦nico clarifica poco y la reiteraci¨®n en "pasar por agua" a los int¨¦rpretes, ech¨¢ndolos vestidos en una piscina de escasa profundidad, es m¨¢s efectista que sugerente. Del espect¨¢culo queda m¨¢s la admiraci¨®n por un esfuerzo colosal de creadores e int¨¦rpretes que una fascinaci¨®n por ese algo m¨¢s que se intu¨ªa y que no ha llegado. Hay que destacar evidentemente el m¨¦rito de los productores por su ambici¨®n art¨ªstica. El pabell¨®n espa?ol ha quedado, en cualquier caso, muy alto en esta cita. De estos creadores tan admirables se pueden esperar muchas cosas en el futuro inmediato.
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