Grietas de dinero negro
EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS admiti¨® el pasado martes a tr¨¢mite por unanimidad una propuesta del grupo parlamentario de ERC para reformar la Ley de Financiaci¨®n de los Partidos Pol¨ªticos, promulgada en 1987. La iniciativa proh¨ªbe las donaciones empresariales -antes permitidas- y endurece los requisitos exigidos a las contribuciones de los ciudadanos. En cualquier caso, el peso de la carga financiera seguir¨¢ descansando -como hasta ahora- sobre los recursos p¨²blicos presupuestarios: partidas anuales para los gastos generales de funcionamiento de las organizaciones, subvenciones para las campa?as electorales, ayudas a las fundaciones de los partidos y asignaciones para sus grupos parlamentarios y municipales. Adem¨¢s de excluir a las sociedades mercantiles y restantes personas jur¨ªdicas del ¨¢mbito de la financiaci¨®n privada, la reforma proh¨ªbe que las donaciones de los particulares sean an¨®nimas, redefine su cuant¨ªa (30.000 euros anuales por persona y un m¨¢ximo del 5% sobre el presupuesto total) y permite desgravarlas del impuesto sobre la renta.
La proposici¨®n de ley de ERC, admitida a tr¨¢mite por el Congreso, proh¨ªbe las subvenciones de las empresas a los partidos y el anonimato de los donativos de los particulares
El objetivo ¨²ltimo de esta vuelta de tuerca a la financiaci¨®n privada de los partidos es cerrar las filtraciones invisibles que todav¨ªa les permiten ingresar dinero negro sin temor a incurrir en comportamientos delictivos claramente tipificados. Las causas penales abiertas durante los ¨²ltimos a?os en Espa?a, Italia, Francia y otros pa¨ªses europeos contra las pr¨¢cticas de corrupci¨®n pol¨ªtica han aflorado la existencia de redes de soborno y extorsi¨®n creadas para facilitar la colusi¨®n entre el mundo empresarial y los partidos que controlan ¨¢mbitos de la Administraci¨®n central, auton¨®mica y municipal a trav¨¦s de la ocupaci¨®n de cargos p¨²blicos. El lucrativo mercado negro de las recalificaciones urban¨ªsticas, las concesiones de obras y servicios, las licencias municipales, las subvenciones estatales y las contratas p¨²blicas alimentan bajo el envoltorio de comisiones ilegales, facturas falsas y trabajos simulados el insaciable apetito de las tesorer¨ªas de unos partidos siempre necesitados de fondos para pagar sus campa?as electorales y sus gastos generales.
En el debate del Congreso, algunos diputados hicieron el pasado martes una ins¨®lita colada (seg¨²n el portavoz de ERC, Joan Puigcerc¨®s, la responsabilidad social de los partidos ser¨ªa hoy simplemente "no robar y no mentir") con la ropa sucia dejada por adversarios en el banquillo de la justicia penal: desde el caso Filesa, del PSOE, hasta el caso Naseiro y el caso S¨®ller, del PP, pasando por el caso Casinos y el caso Pallerols, de CiU. Durante estos a?os, tambi¨¦n el Tribunal de Cuentas -supremo ¨®rgano administrativo fiscalizador de las cuentas y de la gesti¨®n del Estado, as¨ª como del sector p¨²blico- ha venido denunciando otra sospechosa grieta de vertido de dinero negro que la ley de financiaci¨®n de 1987 hab¨ªa dejado abierta: esto es, el truco ventajista-taponado ahora por la reforma en tramitaci¨®n parlamentaria- de aceptar donaciones an¨®nimas procedentes supuestamente de ciudadanos movidos exclusivamente por meras simpat¨ªas pol¨ªticas, pero encubridoras en realidad de sobornos pagados debajo de la mesa a los partidos por sociedades y empresas a cambio de favores ilegales dispensados desde diferentes administraciones gracias a sus gestiones.
Las extravagancias estad¨ªsticas no sirven como prueba en un proceso, pero los datos facilitados por el Tribunal de Cuentas sobre la sorprendente distribuci¨®n en el espectro pol¨ªtico de las donaciones an¨®nimas de particulares ingresadas por los partidos y federaciones entre 1992 y 2003 desaf¨ªa la capacidad de inocencia de los mism¨ªsimos ¨¢ngeles custodios. Aunque el PP sea la organizaci¨®n m¨¢s beneficiada por ese man¨¢ en t¨¦rminos absolutos (32 millones de euros) a lo largo del periodo, el 70% de los ¨®bolos opacos ha ido a parar a CiU y al PNV, que han ocupado, respectivamente, el Gobierno de Catalu?a y del Pa¨ªs Vasco durante m¨¢s de dos d¨¦cadas. Si es cierto que Dios no juega a los dados, tampoco parece probable que el Diablo se divierta maquinando inveros¨ªmiles casualidades.
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