"Los marroqu¨ªes los lanzaron hacia la frontera"

Es el ¨²ltimo rinc¨®n poblado del territorio ceut¨ª. Para llegar hasta la finca Berrocal, hace falta ense?ar un permiso especial de la delegaci¨®n del Gobierno debido a que el coche debe recorrer alrededor de medio kil¨®metro por el per¨ªmetro de la valla fronteriza con Marruecos, un terreno vetado al tr¨¢fico por cuestiones de seguridad.

En esta cortijada dividida en cuatro viviendas y rodeada de sembrados, viven desde hace 90 a?os las cuatro familias que le dan nombre (los Berrocal). La madrugada del jueves fueron testigos directos de la avalancha de subsaharianos, ya que los inmigrantes saltaron a s¨®lo diez metros de sus casas.

Mientras ve¨ªa por televisi¨®n las expediciones desesperadas de Melilla, Juan Berrocal, uno de los vecinos de la finca, le dijo a su mujer: "Prep¨¢rate, que ma?ana los tenemos aqu¨ª". Esa misma noche asistieron perplejos al salto de la valla hacia las 3.00 de la madrugada. "Los inmigrantes estaban escondidos entre los ca?averales, a unos 200 metros de aqu¨ª", explica Juan. "Alguien los deb¨ªa haber llevado hasta all¨ª porque no paraban de salir, eran much¨ªsimos", prosigue.

Los residentes de una finca a 10 metros de la verja responsabilizan a Marruecos de la avalancha del jueves

"Mi mujer, que se despert¨® la primera, dice que al principio, unos cuantos aparecieron y colocaron unas doce escaleras del lado marroqu¨ª. Entonces fue cuando vinieron todos a la carrera para empezar a escalarlas", contin¨²a. "Escalaban directamente por la alambrada y aprovechaban a los compa?eros que se hab¨ªan quedado enganchados para pasar sobre ellos y no cortarse".

Juan cuenta que en el momento de los hechos, s¨®lo hab¨ªa un Guardia Civil en el per¨ªmetro de la frontera (de unos tres metros de ancho). "El hombre se puso muy nervioso cuando se vio rodeado y empez¨® a gritar por la radio para pedir refuerzos". Los compa?eros llegaron s¨®lo cinco minutos despu¨¦s pertrechados con escopetas de pelotas de goma. "O¨ªmos muchos disparos, pero no sabr¨ªa decir si eran balas o pelotas de goma", explica.

"Al otro lado de la valla hab¨ªa unos cuatro o cinco mehanis", los agentes de las fuerzas auxiliares marroqu¨ªes encargados de la vigilancia de la frontera. "Estamos convencidos de que fueron ellos los que los lanzaron hacia la frontera, porque mi mujer los vio correr detr¨¢s de ellos y pegarles para que lo hicieran".