Dos inmigrantes heridos de bala afirman en Tetu¨¢n que les dispararon desde Marruecos

Dos de los tres marroqu¨ªes que permanecen ingresados en el hospital civil de Tetu¨¢n (Marruecos) por heridas de arma de fuego sufridas en el salto masivo del pasado jueves a la valla de Ceuta aseguran que les dispararon desde el lado marroqu¨ª. Los tiros les impactaron por la espalda y la parte trasera del gemelo, respectivamente, seg¨²n explicaron ayer en el centro sanitario. El tercer herido afirma que recibi¨® la bala tras pasar la frontera. Dice que el proyectil ven¨ªa de Espa?a, pero no vio qui¨¦n le dispar¨®. Los tres afirman que los soldados marroqu¨ªes les golpearon tras el intento fallido.

Los subsaharianos se encuentran en el ¨¢rea de traumatolog¨ªa y separados del resto de los enfermos del hospital. Permanecen en una habitaci¨®n con seis camas vigilada permanentemente por tres agentes de la polic¨ªa marroqu¨ª. Desde el salto masivo a la frontera de Ceuta, el centro sanitario ha tratado a 18 personas por erosiones, cortes, amputaciones de dedos, evisceraci¨®n y heridas de bala, seg¨²n su director Mohamed Jaouad.

A mediod¨ªa de ayer s¨®lo quedaban cinco: tres con disparos, uno con cortes importantes y otro con una pierna fracturada. El lugar es cochambroso, con barras de pan y fiambreras de comida sobre las mesillas. Debajo de cada cama, recipientes de pl¨¢stico para sus orines.

Al¨ª es el que presenta las heridas m¨¢s aparatosas. Dice que procede de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo y no puede tumbarse sobre su espalda por las lesiones que le causaron los disparos. Apoyado sobre su costado explica como ocurri¨®: "Estaba en el segundo grupo de los que intentaron saltar. Los del primero ya hab¨ªan conseguido pasar al otro lado, entonces yo puse mi escalera contra la valla, y cuando llegu¨¦ hasta lo alto alguien me grit¨® para que bajara, pero yo no le hice caso. En ese momento me dispararon por detr¨¢s y ca¨ª al suelo".

"Mis compa?eros me pisaron y me pasaron por encima hasta que llegaron los militares marroqu¨ªes. Los soldados me pegaron con sus porras aunque yo no pod¨ªa moverme, y me quitaron el dinero y el reloj. Despu¨¦s de un rato lleg¨® la ambulancia que me trajo al hospital. Los m¨¦dicos me hicieron radiograf¨ªas que s¨®lo muestran agujeros; muchos agujeros peque?os".

Frente a Al¨ª se encuentra Ren¨¦, de Camer¨²n. El jueves no fue la primera vez que trat¨® de saltar la verja, pero nunca encontr¨® tanta oposici¨®n. Durante la conversaci¨®n muestra sus pantalones agujereados a la altura del gemelo, el lugar por donde le entr¨® el disparo. Asegura que ese d¨ªa se hab¨ªa puesto dos para evitar los cortes de la concertina.

"Lo hab¨ªa intentado varias veces con peque?os grupos, pero no funcion¨®, as¨ª que decidimos volver, esta vez con un grupo numeroso. Las otras veces los soldados no dispararon, sino que trataban de que no lleg¨¢ramos a la valla peg¨¢ndonos con sus porras. Si consegu¨ªamos escalarla nos tiraban piedras para que cay¨¦ramos, pero esta vez dispararon. Cuando estaba subiendo recib¨ª el impacto en la parte baja del gemelo y me ca¨ª. La bala entr¨® por detr¨¢s y sali¨® por delante, as¨ª que para m¨ª, fueron los marroqu¨ªes. Cuando pas¨® todo, los militares nos reunieron a los que quedamos en un lugar para esperar las ambulancias que nos trajeron a Tetu¨¢n".

Las versiones del congole?o y el camerun¨¦s se contradicen con las de Abdelram¨¢n, de Guinea Conakry. El guineano, al que han operado en el hospital dej¨¢ndole la rodilla derecha vendada, afirma que logr¨® atravesar al otro lado, pero que la Guardia Civil lo devolvi¨® a Marruecos a trav¨¦s de una puerta. Como Ren¨¦, muestra su pantal¨®n cortado por los m¨¦dicos a la altura del muslo y completamente impregnado de sangre. "Yo hab¨ªa conseguido saltar y me encontraba ya entre las dos vallas, en el lado espa?ol. Entonces me dio en la rodilla la bala, que entr¨® por delante y sali¨® por detr¨¢s, atraves¨¢ndome pero sin da?arme el hueso. No puedo decir exactamente la persona que me dispar¨® aunque estoy seguro de que la bala ven¨ªa de Espa?a".

"En ese momento me ca¨ª al suelo, pero lleg¨® una avalancha de gente, as¨ª que me levant¨¦ y corr¨ª entre las dos vallas hacia la puerta grande [la que da a Espa?a junto al pol¨ªgono del Tarajal]. Por el camino, los guardias civiles nos tiraron gases lacrim¨®genos y consiguieron frenarnos. All¨ª nos reunieron a muchos y nos obligaron a salir por el lado marroqu¨ª. Cuando nos vieron los soldados nos dieron de bastonazos. Yo perd¨ª mucha sangre porque la ambulancia no lleg¨® hasta despu¨¦s de una hora".