Schr?der afirma que no ser¨¢ un obst¨¢culo para un Gobierno estable en Alemania
Los democristianos exigen que el SPD acepte a Merkel como jefa de Gobierno
El Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD) y la democracia cristiana (CDU/CSU) se lanzaron ayer a una carrera en defensa de las aspiraciones de sus l¨ªderes respectivos, el canciller, Gerhard Schr?der, y la jefa de la CDU, Angela Merkel, a ocupar la jefatura de un Gobierno de gran coalici¨®n. Los democristianos exigen aclarar qui¨¦n ser¨¢ canciller antes de entrar en negociaciones. El SPD se niegan a fijar de antemano qui¨¦n ocupar¨¢ la canciller¨ªa, aunque ayer, por vez primera, Schr?der dijo que no quiere ser un obst¨¢culo para un Gobierno estable.
La siguiente ronda de conversaciones est¨¢ fijada para ma?ana mi¨¦rcoles en Berl¨ªn.
La capital alemana vivi¨® ayer un episodio m¨¢s en la partida de cartas en que se ha convertido la lucha por la canciller¨ªa federal. Apenas concluidas en la vecina Potsdam las ceremonias conmemorativas del 15? aniversario de la reunificaci¨®n de Alemania, se sucedieron ¨®rdagos y faroles. Tras el triunfo en la elecci¨®n aplazada del domingo en Dresde, la democracia cristiana parece haber encontrado el argumento de apelar "a las fuerzas razonables del SPD" para que acepten de una vez que Merkel tiene derecho a ocupar la canciller¨ªa por los m¨¢s de 440.000 votos de ventaja conseguidos y el 1% por encima del SPD.
En esta l¨ªnea se pronunciaba Merkel a la salida del acto de Potsdam. Despu¨¦s sigui¨® una jugada de Schr?der, que pareci¨® dar paso a una renuncia a ocupar la canciller¨ªa en la gran coalici¨®n del SPD con la CDU/CSU. Declar¨® Schr?der: "No se trata de mis derechos, ni siquiera de mi persona. Se trata del liderazgo pol¨ªtico de mi partido y sobre eso s¨®lo puede decidir la direcci¨®n. Yo aceptar¨¦ cualquier decisi¨®n". Asegur¨® Schr?der que no obstaculizar¨¢ el camino "hacia la continuaci¨®n del proceso de reformas iniciado por m¨ª y hacia un Gobierno estable en Alemania".
El tono de Schr?der distaba mucho de la prepotencia con la que compareci¨® 15 d¨ªas antes en la televisi¨®n tras conocerse los resultados de las elecciones. Entonces el canciller dijo en presencia de los l¨ªderes de los otros partidos que ni por lo m¨¢s remoto pensaba entrar en un Gobierno "bajo la se?ora Merkel. Dejemos las cosas en su sitio". A?adi¨® el canciller que pr¨¢cticamente ¨¦l era la ¨²nica opci¨®n que garantizaba la estabilidad pol¨ªtica en Alemania. Desde entonces, Schr?der ha bajado el tono de su discurso. La declaraci¨®n de ayer parec¨ªa abrir la puerta a una renuncia en peque?os y c¨®modos plazos a sus aspiraciones de seguir al frente de la canciller¨ªa.
Las declaraciones de Schr?der, que despu¨¦s entr¨® a la reuni¨®n de la ejecutiva del SPD, resultaron un farol. No compareci¨® ante la prensa el canciller, como se hab¨ªa rumoreado, sino el presidente del SPD, Franz M¨¹ntefering. ?ste reafirm¨® el liderazgo de Schr?der. Frente a las exigencias de la CDU/CSU de decidir la cuesti¨®n personal antes de entrar en negociaciones sobre la gran coalici¨®n, M¨¹ntefering se aferr¨® a que todo, contenidos y constelaci¨®n personal, deber¨¢ entrar en la negociaci¨®n. En este punto las posiciones de ambas partes est¨¢n enfrentadas sin soluci¨®n aparente. La CDU/CSU no acepta negociar si no se reconoce de antemano a Merkel como futura canciller. El SPD no quiere definir la cuesti¨®n personal antes de la negociaci¨®n.
En su aparici¨®n ante la prensa, se hart¨® M¨¹ntefering de repetir que "se trata de negociaciones entre iguales y a la misma altura" e insisti¨® en que el SPD es el partido m¨¢s fuerte porque tuvo un 34,3% y la CDU un 27,8%. Seg¨²n M¨¹ntefering, el partido hermano de la CSU debe formar rancho aparte y no se pueden sumar su 7,4% a los votos de la CDU. La democracia cristiana argumenta que lo que cuenta es el grupo parlamentario y la CDU/CSU suman un 35% de votos y 226 diputados, cuatro m¨¢s que el SPD. Repiti¨® M¨¹ntefering que la ejecutiva del SPD sostiene como un solo hombre a Schr?der y esto forma parte del programa de renovaci¨®n que el electorado aprob¨® el pasado 18 de septiembre. Las t¨ªmidas voces que en el SPD se alzaron d¨ªas atr¨¢s sobre la posibilidad de una gran coalici¨®n sin Schr?der parecen acalladas. El SPD no puede sacrificar a su gran baza electoral cuando a¨²n no est¨¢ despejada la inc¨®gnita de si habr¨¢ una nueva convocatoria de elecciones.
Schr?der y el SPD conf¨ªan que en la CDU/CSU entre la discordia en la larga partida de cartas. Se produjeron ya algunos conatos con cr¨ªticas a la campa?a electoral de Merkel. No obstante, los ataques y la actitud prepotente de Schr?der se han convertido en la mejor baza de la jefa democristiana y la consigna se mantiene de prietas las filas.
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