Bush propone a una abogada de su c¨ªrculo de Tejas como juez del Tribunal Supremo
Harriet Miers es asesora jur¨ªdica de la Casa Blanca y nunca ha ejercido como juez
Georges W. Bush eligi¨® ayer a una persona de su confianza para cubrir una segunda vacante en el Tribunal Supremo. Harriet Miers, asesora jur¨ªdica de la Casa Blanca y abogada de prestigio -aunque nunca ha ejercido como juez- ser¨¢, en caso de que la confirme el Senado, la tercera mujer en la historia del alto tribunal. El debate de su confirmaci¨®n ser¨¢ m¨¢s intenso que el reciente de John Roberts -que ayer tom¨® posesi¨®n como presidente- porque Miers ocupar¨¢ el puesto de Sandra O'Connor, una moderada orientada hacia el centro pol¨ªtico del tribunal.
La clave del nombramiento es que Harriet Miers, de 60 a?os, pertenece al c¨ªrculo personal del presidente y que ha demostrado su competencia profesional. Miers ha hecho el ¨²ltimo trecho de su carrera profesional pegada a Bush. Fue su abogada y estuvo en el equipo que le asesor¨® en 1994, cuando el ahora presidente fue elegido gobernador de Tejas. "Es una asesora de confianza que me ha proporcionado consejos muy fiables", se?al¨® ayer el presidente.
Miers dio la pista de su orientaci¨®n: "Si soy confirmada, asumo que tendr¨¦ una enorme responsabilidad para mantener la fortaleza de nuestro sistema jur¨ªdico y para contribuir a que los tribunales cumplan con su obligaci¨®n de aplicar estrictamente las leyes en la Constituci¨®n". Bush dijo que "los senadores comprobar¨¢n que el talento, la experiencia y la filosof¨ªa jur¨ªdica de Miers la convierten en una excelente opci¨®n para proteger las libertades constitucionales". Y reiter¨® las claves de esa filosof¨ªa: "Miers no legislar¨¢ desde su puesto e interpretar¨¢ estrictamente la Constituci¨®n".
Con estos t¨¦rminos se se?ala la pertenencia a la corriente de la limitaci¨®n o restricci¨®n jur¨ªdica: a la hora de tomar decisiones sobre la constitucionalidad o no de una ley, los restriccionistas creen que hay que examinar en primer lugar si figura en la Constituci¨®n; en caso de que no, se puede -dependiendo del celo limitador de cada uno- intentar discernir la intenci¨®n de los constituyentes. S¨®lo si tampoco eso aclara el debate puede el juez desarrollar sus propias opiniones y razonamientos, atendiendo a los precedentes. En el extremo opuesto se sit¨²an los que creen que la opini¨®n del juez es prioritaria para interpretar una ley, y que la realidad plantea problemas que no tuvieron los redactores de la Constituci¨®n; son los jueces activistas, por utilizar el t¨¦rmino peyorativo que les dedican los conservadores. Entre las dos posturas hay matices.
Harriet Miers no es juez -tampoco lo era el recientemente fallecido William Rehnquist, presidente del Supremo-, con lo que no tiene un historial de decisiones que permitan saber por d¨®nde respira, aparte de su pertenencia a la familia restriccionista. A la hora de saber si apoyar¨ªa o no una revisi¨®n de Roe vs Wade, la sentencia del Supremo que en 1973 legaliz¨® la interrupci¨®n del embarazo, hay un dato, pero poco ilustrativo: en 1992 intent¨® -sin ¨¦xito- que la Asociaci¨®n Americana de Abogados no se definiera a favor del derecho al aborto; no revel¨® si estaba a favor o no; era contraria a que la Asociaci¨®n asumiera una postura sobre el asunto.
Roberts, que pertenece a la misma corriente que Miers, ha declarado que considera Roe vs Wade "una norma asentada". Ayer, algunas voces ultras expresaban su desaliento ante la opci¨®n de Bush.
En cambio, los dem¨®cratas, que tem¨ªan que Bush nombrara a una persona muy ideol¨®gica, expresaron al tiempo alivio y cautela. Sin duda intensificar¨¢n la presi¨®n en las pr¨®ximas semanas -se espera un voto dentro de mes y medio- para averiguar los criterios de la nominada: "De Harriet Miers sabemos a¨²n menos de lo que sab¨ªamos sobre John Roberts; pero su posici¨®n va a ser vital en el tribunal, y por esa raz¨®n hay que saber sobre su experiencia y su filosof¨ªa jur¨ªdica antes de votar", dijo Charles Schumer. Pero la se?al inicial del jefe de filas dem¨®crata en el Senado, Harry Reid, fue positiva: "El Supremo podr¨ªa beneficiarse de la incorporaci¨®n de una juez con aut¨¦ntica experiencia en la pr¨¢ctica de la abogac¨ªa".
Si fuera confirmada, Miers sustituir¨¢ a la primera mujer en el Supremo, Sandra O'Connor, propuesta por Reagan y que se convirti¨® en uno de los dos magistrados moderados que ejerc¨ªan de fiel de la balanza en los casos de bloqueo de los cuatro jueces m¨¢s liberales y los tres m¨¢s conservadores. La otra mujer en el Supremo, Ruth Bader Ginsburg, fue nombrada por Clinton. Miers fue en 1985 la primera mujer presidenta de la Asociaci¨®n de Abogados de Dallas; en 1992, la primera mujer presidenta de la Asociaci¨®n de Abogados de Tejas; en 1995, Bush la nombr¨® presidenta de la conflictiva Comisi¨®n de Loter¨ªas de Tejas; en 1996, se convirti¨® en la primera mujer al frente de uno de los grandes despachos de Dallas. Y en 2001, el presidente la trajo a Washington y la nombr¨® secretaria de su gabinete, para promoverla en junio de 2003 al puesto de n¨²mero dos del gabinete.
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