"El realismo es la expresi¨®n m¨¢s seria de la modernidad"
Tom¨¢s Llorens ya no tiene despacho en el Museo Thyssen-Bornemisza, pero todav¨ªa pasea por sus salas como si estuviera en casa. No en vano fue conservador jefe del museo hasta hace un mes, en que fue reemplazado por Guillermo Solana. Ahora est¨¢ a punto de inaugurar como comisario la exposici¨®n Mimesis. Realismos modernos 1918-1945, una fascinante muestra con obras cuidadosamente escogidas para demostrar una tesis: que el realismo fue un movimiento internacional, fundamental para la consolidaci¨®n de la modernidad. Obras de Giorgio Morandi, Edward Hopper, Guti¨¦rrez Solana, Balthus, Julio Gonz¨¢lez, Otto Dix y muchos otros, menos conocidos, pero con piezas que sustentan e iluminan las ideas que propone Llorens en esta exposici¨®n y en los textos del cat¨¢logo.
"Hasta ahora el realismo se ha estudiado en clave nacional, al margen de un movimiento cosmopolita que ser¨ªa el de la modernidad"
PREGUNTA. Usted sit¨²a el fin de la Primera Guerra Mundial como el inicio de la modernidad. ?Y las vanguardias de principios del XX?
RESPUESTA. Antes estuvieron las vanguardias rusas, es cierto. Pero aquellas vanguardias estaban todav¨ªa ancladas en el siglo XIX, como una continuaci¨®n o fin del simbolismo. Despu¨¦s de la Primera Guerra Mundial se rompi¨® con la herencia del romanticismo y el simbolismo.
P. ?Cu¨¢les fueron las consecuencias para el arte, tras el fin de la primera guerra?
R. El periodo de entreguerras, entre 1918 y 1925, fue un momento apasionante. Los artistas trataron de hacer un arte que tuviera sentido, despu¨¦s de la fractura social que signific¨® la primera guerra. Se crearon dos grandes polos en las artes. Por un lado, el formalismo, que parte de C¨¦zanne y las vanguardias y abarcaba desde la pintura abstracta de artistas como Mondrian, hasta la figurativa, con obras como las de Morandi. Fue un momento de refundaci¨®n de la pintura. Por otro lado estuvo el realismo, que quiso dar cuenta de un mundo nuevo, partiendo de la posguerra como reacci¨®n contra el simbolismo. En Alemania, por ejemplo, surge como reacci¨®n contra el expresionismo.
P. La exposici¨®n se centra en el realismo, quiz¨¢ menos estudiado que las tendencias de ruptura.
R. En esta exposici¨®n trato de apoyar la tesis de que el realismo es una tendencia que se formula muy moderna. De hecho, como la expresi¨®n m¨¢s seria de la modernidad. Eso se ve m¨¢s claramente en la literatura de la ¨¦poca. Autores como Hemingway, Dos Passos o Joyce tienen un programa realista. Cultivan una literatura de hechos, y rompen con la generaci¨®n de escritores como Henry James, que recrean el mundo de los sentimientos. Pero ese proyecto no dura mucho. Entra en crisis alrededor de 1925. En los a?os treinta, el proyecto moderno se hace problem¨¢tico. Es cuando los artistas se dan cuenta de las dificultades de fundar una sociedad moderna.
P. ?Terminaron enfrentados los figurativos y abstractos? La rivalidad acusaba a los figurativos de ser m¨¢s conservadores.
R. Se ha distorsionado la interpretaci¨®n. No hubo enfrentamiento entre abstracci¨®n y figuraci¨®n. Hubo enfrentamientos pol¨ªticos entre los artistas. Lo que pasa es que hemos visto el periodo de entreguerras a trav¨¦s de las lentes distorsionadoras de la segunda posguerra. Pero esa historiograf¨ªa era totalmente militante y precisamente trataba de ahogar la tendencia realista de los a?os treinta. Eso queda claro en la nueva cr¨ªtica de arte norteamericana de posguerra, sobre todo con Clement Greenberg, quien trata de promocionar la imagen de un arte abstracto norteamericano que no le debe absolutamente nada a la generaci¨®n anterior. Entre otras cosas porque muchos de aquellos artistas eran nacionalistas y de izquierdas, y los intereses pol¨ªticos dominantes en Estados Unidos en los cuarenta y cincuenta se orientan hacia el cosmopolitismo y la eliminaci¨®n de la izquierda.
P. ?Entonces cu¨¢les ser¨ªan las claves del realismo moderno?
R. Hay varias claves. En primer lugar estar¨ªa la construcci¨®n con fragmentos y despu¨¦s la introducci¨®n de la perspectiva subjetiva, que es el gran invento de James Joyce en literatura. La de Dublineses, por ejemplo, es literatura costumbrista de g¨¦nero, pero en la que los relatos est¨¢n cortados de una forma que parte del subjetivismo y se combina con la tendencia a ensamblar fragmentos.
P. La exposici¨®n est¨¢ dividida de forma clara y did¨¢ctica en cuatro secciones, que responden a los g¨¦neros cl¨¢sicos de la naturaleza muerta, el retrato, el paisaje y la pintura hist¨®rica, aunque con sus particulares caracter¨ªsticas en esa ¨¦poca. ?Qu¨¦ pretende explicar?
R. La tesis que intenta plantear la exposici¨®n es que el formalismo y el realismo estuvieron muy cerca entre 1918 y 1920. Y finalmente el realismo de finales de los a?os treinta termin¨® siendo informal, termin¨® luchando contra la forma. Pero adem¨¢s del cambio he tratado de mostrar las facetas distintas del realismo. Hasta ahora, el realismo ha sido estudiado en clave nacional. Se ha descrito el realismo alem¨¢n y el holand¨¦s, en Italia ha estado siempre confundida la tendencia realista con la formalista, se ha hablado de los regionalistas norteamericanos, de los muralistas mexicanos, pero siempre se les ha estudiado como movimientos realistas aislados, al margen de un movimiento cosmopolita que ser¨ªa el de la modernidad. Lo que he tratado de mostrar en la exposici¨®n es que, aunque se exprese de modos distintos en los contextos nacionales, el realismo es una corriente de alcance internacional que podemos identificar. ?C¨®mo mostrar eso? Pues encontrando afinidades entre las distintas nacionalidades. Son afinidades que responden a que el arte moderno en la posguerra, sobre todo en su vertiente formalista, est¨¢ interesado en la noci¨®n de g¨¦nero pict¨®rico: la naturaleza, el retrato, la pintura de la vida cotidiana. Por eso he dado a la exposici¨®n esa estructura, lo que me permite hacer visible esa red de afinidades y tambi¨¦n las diferencias.
Mimesis. Realismos modernos 1918-1945. Museo Thyssen-Bornemisza (paseo del Prado, 8) y Fundaci¨®n Caja Madrid (plaza de San Mart¨ªn, 1). Madrid. Del 11 de octubre al 8 de enero de 2006.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.