Rusia trata de aprovechar el vac¨ªo dejado por EE UU en Asia Central
Putin estrecha v¨ªnculos con el dictador de Uzbekist¨¢n, Islam Kar¨ªmov
Rusia aprovecha el aislamiento de Uzbekist¨¢n para estrechar v¨ªnculos con ese pa¨ªs centroasi¨¢tico de r¨¦gimen autoritario. El Kremlin pretende ganarse como aliado militar al dictador Islam Kar¨ªmov, ahora que la UE y EE UU se apartan de ¨¦l. En el juego geoestrat¨¦gico, del que forman parte los recursos energ¨¦ticos y el poder econ¨®mico de China, tanto Rusia como EE UU redoblan esfuerzos para ganar posiciones en Asia Central.
Tras la negativa de Uzbekist¨¢n a permitir una investigaci¨®n de la matanza de varios centenares de personas el pasado mayo en Andiy¨¢n, los ministros de Asuntos Exteriores de la Uni¨®n Europea han impuesto esta semana sanciones a Uzbekist¨¢n y, por primera vez, han suspendido un acuerdo de cooperaci¨®n. Han prohibido, adem¨¢s, la venta de armas y han confeccionado una lista negra de altos funcionarios vetados por su relaci¨®n con la matanza de Andiy¨¢n. En aquella ciudad uzbeka, fuerzas gubernamentales dispararon contra la multitud y causaron numerosas v¨ªctimas (187, seg¨²n fuentes oficiales y hasta 1.000, seg¨²n las organizaciones de derechos humanos).
Washington, a su vez, se apresta a tomar medidas contra Kar¨ªmov despu¨¦s de fracasar en su intento de revocar el ultim¨¢tum para desalojar la base militar de Karsh¨ª-Janabad, que Uzbekist¨¢n le cedi¨® tras el 11 de septiembre de 2001 como apoyo a la coalici¨®n antiterrorista en Afganist¨¢n. Por lo pronto, la administraci¨®n norteamericana ha congelado la entrega de 22 millones de d¨®lares (unos 18 millones de euros) que debe a Uzbekist¨¢n por la utilizaci¨®n de la base.
Kar¨ªmov y el presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, se reunieron ayer en San Petersburgo durante una cumbre con dirigentes de varios de los pa¨ªses centroasi¨¢ticos ex sovi¨¦ticos. En julio pasado, estos mismos dirigentes, junto con China, conminaron a Washington a fijar un plazo para su presencia militar en Asia Central.
"Ha llegado la hora de pasar a una relaci¨®n estrat¨¦gica y creo que hoy es real pasar a una relaci¨®n de aliados", dijo Kar¨ªmov a Putin. Una fuente del Kremlin fue m¨¢s lejos y asegur¨® que "Uzbekist¨¢n est¨¢ interesado en una cooperaci¨®n militar m¨¢s estrecha". "Lo ideal ser¨ªa que Uzbekist¨¢n tomara la decisi¨®n de ingresar en la Organizaci¨®n del Tratado de Seguridad Colectiva [la alianza de cooperaci¨®n de seguridad entre Rusia y algunos Estados postsovi¨¦ticos como Kazajist¨¢n, Armenia y Tayikist¨¢n]", se?al¨® una alta fuente del Kremlin, seg¨²n la agencia oficial rusa Itar-Tass.
El presidente uzbeko elogi¨® a Putin, con cuyo nombre, dijo, "se vincula el renacimiento de Rusia". "Vivimos en una ¨¦poca dif¨ªcil y necesitamos apoyo", se?al¨®. Rusia es un "apoyo, un socio fiable, un aliado" y "se ha convertido en un centro de integraci¨®n atractivo". Kar¨ªmov agradeci¨® adem¨¢s a Putin el apoyo prestado tras los sucesos de Andiy¨¢n, que, seg¨²n ¨¦l, "mostraron claramente qui¨¦n es qui¨¦n". Una quincena de personas son juzgadas en Tashkent por aquellos acontecimientos, en los que se implica como instigadora a la Embajada de Estados Unidos en Uzbekist¨¢n.
Mosc¨², que percibe las revoluciones democratizadoras en su periferia como el producto de una pol¨ªtica occidental hostil, ha pasado a desempe?ar un papel m¨¢s activo en Asia Central, entre otras cosas para librarse de la presencia norteamericana, que el presidente Putin acept¨® tras el 11-S. Para recuperar las posiciones estrat¨¦gicas infravaloradas, el Kremlin quiere reforzar la colaboraci¨®n militar con Tayikist¨¢n, el pa¨ªs m¨¢s pobre de Asia Central, e impedir as¨ª que Dushamb¨¦ se convierta en alternativa para los efectivos militares que Estados Unidos debe retirar de Uzbekist¨¢n.
Mosc¨², que teme la inmigraci¨®n ilegal y el tr¨¢fico de drogas desde Tayikist¨¢n, ha dado luz verde a la reapertura de la l¨ªnea de ferrocarril entre las capitales de los dos pa¨ªses, que dej¨® de funcionar en 2001. Tambi¨¦n ha firmado un acuerdo que facilitar¨¢ el trabajo a los emigrantes tayikos, que son para Rusia los equivalentes centroasi¨¢ticos de los africanos que cruzan el estrecho hacia Europa Occidental. Washington, por su parte, corteja a Kazajist¨¢n y al cerrado r¨¦gimen de Turkmenist¨¢n, los dos Estados m¨¢s ricos en hidrocarburos de la zona.
Obsesi¨®n por el control
"Sin hacer nada, Rusia tiene garantizada su influencia en Asia Central para 20 ¨® 25 a?os". As¨ª se jactaba Ramaz¨¢n Abdulat¨ªpov, el embajador ruso en Tayikist¨¢n a la emisora el Eco de Mosc¨². Es dudoso que el Kremlin est¨¦ tan seguro como su embajador, a juzgar por el nerviosismo que muestran sus dirigentes ante todo lo que escapa de su control, incluidas las intrigas de EE UU para mantenerse en la zona y las actividades de China, ¨¢vida de suministros y transporte de energ¨ªa, sobre todo desde Kazajist¨¢n.
Dec¨ªa Abdulat¨ªpov que el presidente de Tayikist¨¢n, Imomal¨ª Rajm¨®nov, asegura que "ni hubo ni habr¨¢ bases norteamericanas" en su pa¨ªs. Puede, pero Tayikist¨¢n tratar¨¢ de obtener algo en compensaci¨®n. Mosc¨² tiene cerca de 20.000 hombres en aquel pa¨ªs, entre ellos 7.000 soldados de la 201 divisi¨®n, que se est¨¢ transformando en la mayor base rusa en el extranjero, por un acuerdo de 2004, que Dushamb¨¦ firm¨® seducida por las promesas de inversi¨®n.
El Kremlin, que defiende fieramente a los rusoparlantes en el B¨¢ltico, tiene abandonados a los rusoparlantes en Asia Central, uno de los principales instrumentos de la influencia rusa en la zona. Los deseos de esta comunidad de emigrar a Rusia chocan con las restrictivas leyes, que dificultan el retorno a la metr¨®poli.
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