Los misterios de Leonardo da Vinci cobran nueva vida
Una muestra, repleta de interrogantes, conmemora la estancia del genio en Le Marche
?Es Mar¨ªa Magdalena la mujer semidesnuda o Lucrecia? ?Esconde un pu?al o un frasco de ung¨¹ento? ?Es el tercer ni?o el hermano gemelo de Jes¨²s? ?Hasta qu¨¦ punto particip¨® Leonardo da Vinci en la composici¨®n de estas obras? En Ancona se abre la semana pr¨®xima una exposici¨®n leonardiana repleta de interrogantes y misterios. Las 22 obras expuestas conmemoran la estancia de Leonardo en Urbino y en la regi¨®n de Le Marche en 1502, como miembro de la comitiva de C¨¦sar Borgia. Son piezas atribuidas a los alumnos del gran creador florentino, pero, seg¨²n los especialistas, podr¨ªan contener rastros m¨¢s o menos abundantes del pincel del maestro. Ofrecen adem¨¢s nuevas pistas sobre la influencia de las tradiciones religiosas gn¨®sticas en la obra de Leonardo da Vinci y en la de su escuela.
El comprador "quiso suprimir la representaci¨®n de tal deidad para poder besarla"
Leonardo da Vinci (1452-1519) es, cinco siglos despu¨¦s de su muerte, algo m¨¢s que uno de los grandes genios del Renacimiento. Es un personaje fascinante y s¨®lo parcialmente conocido. Los especialistas siguen intentando desentra?ar los enigmas de su obra y rastrean archivos y cat¨¢logos en busca del gran premio: el descubrimiento de alguno de los cuadros o manuscritos de Leonardo que se consideran desaparecidos. Otros, bastante numerosos a tenor del ¨¦xito de la novela El C¨®digo Da Vinci, perciben en sus pinturas claves religiosas gn¨®sticas o pistas de una sabidur¨ªa esot¨¦rica. La exposici¨®n leonardiana que se inaugura el pr¨®ximo s¨¢bado, en Ancona, es, pues, de gran inter¨¦s tanto para los amantes del arte como para los aficionados a las conjeturas m¨ªsticas.
Leonardo, genio y visi¨®n en Le Marche permanecer¨¢ abierta del 15 de octubre al 8 de enero. Contiene un total de 22 piezas de la escuela de Leonardo, entre ellas una espl¨¦ndida Mar¨ªa Magdalena que por primera vez se atribuye, al menos de forma parcial, al maestro, y un cuadro titulado Los tres ni?os santos, del alumno Bernardino de Conti, que parece plasmar una tradici¨®n gn¨®stica sobre un hermano gemelo de Jes¨²s. El profesor Carlo Pedretti, que tutela la exposici¨®n como especialista en Leonardo, afirma que las piezas reunidas en Ancona permiten abrir "nuevas v¨ªas de investigaci¨®n" sobre los misterios del genio florentino.
La Mar¨ªa Magdalena, propiedad de un coleccionista suizo, se atribu¨ªa tradicionalmente a Giampietrino, uno de los principales alumnos de Leonardo. En realidad, podr¨ªa no representar a la Magdalena porque en los cat¨¢logos suele aparecer como Retrato de mujer. Carlo Pedretti, titular de la c¨¢tedra de estudios sobre Leonardo da Vinci en la Universidad de California-Los ?ngeles (UCLA), considera sin embargo que el autor principal fue Leonardo, ayudado por Giampietrino, y que originalmente fue una imagen de la mujer libertina que se sum¨® a los disc¨ªpulos de Jes¨²s y asisti¨® a la crucifixi¨®n en el G¨®lgota.
Un primer indicio, circunstancial, surge del Libro de pintura del propio Leonardo, en cuyo cap¨ªtulo 25 se hace referencia a una obra que representaba una cosa divina, de tanta potencia er¨®tica que el comprador "quiso suprimir la representaci¨®n de tal deidad para poder besarla". El personaje santo m¨¢s susceptible de plasmaci¨®n como icono sexual, por sus actividades previas al encuentro con Jes¨²s, es la Magdalena. "Tengo mis dudas, el personaje del cuadro podr¨ªa ser una Lucrecia Romana o una simple cortesana con el pecho desnudo, pero re¨²ne todas las condiciones para ser la obra reconvertida a la que se hace menci¨®n en el libro de Leonardo", explica el profesor Pedretti.
La presunta Magdalena, realizada aproximadamente en 1515, poco antes de la muerte del gran creador renacentista, aparece con la cabellera suelta, como en todas las Magdalenas de la escuela de Leonardo, y desnuda casi hasta el pubis. La mirada del espectador se dirige de inmediato hacia un bulto enigm¨¢tico, cubierto por la t¨²nica roja de la mujer. ?Qu¨¦ tiene el personaje retratado en su mano izquierda? Los ex¨¢menes radiol¨®gicos indican que ah¨ª hubo dibujado un pu?al. "Una Lucrecia llevar¨ªa un pu?al, pero deber¨ªa aferrarlo con la mano derecha y apuntarlo hacia su propio pecho. En el lugar del bulto tapado", explica Pedretti, "no tiene mucho sentido". Si antes del tejido y antes del pu?al aparecieran muestras de un frasco de ung¨¹ento, las dudas quedar¨ªan disipadas: ser¨ªa una Magdalena, muy probablemente esa que Leonardo pint¨® hermosa hasta tal punto que el propietario orden¨® que la "desacralizaran", con el fin de darle un uso er¨®tico.
Los especialistas que restauraron La Gioconda se han comprometido ya a analizar las capas de pintura para comprobar qu¨¦ se escond¨ªa originalmente en la mano izquierda. Para Pedretti, en cualquier caso, la composici¨®n y el paisaje del fondo indican que Leonardo dirigi¨® personalmente la ejecuci¨®n de la obra y que trabaj¨® junto a Giampietrino.
En Ancona se expondr¨¢n tambi¨¦n dos obras, una tercera versi¨®n de la conocid¨ªsima La Virgen de las Rocas y una enigm¨¢tica representaci¨®n de Los tres ni?os santos, directamente conectadas entre s¨ª y aptas para todo tipo de especulaciones art¨ªsticas y m¨ªsticas. Leonardo viv¨ªa en Mil¨¢n en 1483, cuando pint¨® su primera Virgen de las Rocas. Dos de sus principales clientes, el convento de los franciscanos y el convento de los dominicos, se enfrentaban en una feroz disputa teol¨®gica: el papa franciscano Sixto IV sosten¨ªa que Mar¨ªa naci¨® sin pecado original, cosa que los dominicos consideraban aberrante. La cuesti¨®n no qued¨® zanjada hasta el siglo XIX, con el dogma de Pio IX sobre la Inmaculada Concepci¨®n.
La pol¨¦mica se reflej¨® en el trabajo de Leonardo. En su primera versi¨®n (conservada en el Louvre), la Virgen carec¨ªa de halo. En la segunda, de luz m¨¢s fr¨ªa y "santificada" (conservada en la National Gallery de Londres), a la Virgen se le agreg¨® el halo. La que podr¨¢ verse en Ancona, propiedad de un coleccionista suizo, fue pintada con ayuda de asistentes, quiz¨¢ entre la versi¨®n parisiense y la londinense: es casi id¨¦ntica a la primera versi¨®n, la del Louvre, pero con halo.
De la espl¨¦ndida composici¨®n de la Virgen de las Rocas surgieron muchas imitaciones. Una de ellas, de Bernardino de Conti, alumno de Leonardo, constituye el m¨¢s extra?o de los cuadros de la muestra. De Conti utiliz¨® las figuras infantiles del original de Leonardo, Jes¨²s y San Giovannino, las aproxim¨® e introdujo entre ellas, en el lugar que ocupaba la Virgen, un tercer ni?o. El profesor Pedretti considera indudable que la pieza hace referencia al presunto "hermano gemelo" de Jes¨²s, San Judas Tom¨¢s, que por razones desconocidas se representa siempre calvo (es la figura de la izquierda).
La tradici¨®n gn¨®stica del siglo I considera que San Judas Tom¨¢s, ap¨®stol en Siria (Tom¨¢s significa "gemelo" en el antiguo lenguaje sirio), era f¨ªsicamente id¨¦ntico a Jes¨²s, aunque ello podr¨ªa significar una perfecta comuni¨®n entre alumno y maestro y no necesariamente un lazo consangu¨ªneo. Tambi¨¦n podr¨ªa hacer referencia a la tradici¨®n gn¨®stica (evangelio ap¨®crifo de San Felipe y otros) sobre la absoluta separaci¨®n entre las dos naturalezas de Jes¨²s, una divina y otra humana. En cualquier caso, el ni?o que ocupa el centro de la escena, mayor en edad, ser¨ªa San Juan; el de la derecha, en adem¨¢n de bendecir, ser¨ªa Jes¨²s; y el de la izquierda, el "gemelo" Judas Tom¨¢s.
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