Lancho y Esteve, dos valientes
La novillada de Sotillo Guti¨¦rrez no fue una caja de sorpresas pero llev¨® alg¨²n trueno dentro. Bien presentada, con cuajo y astifinos, puntu¨® a la baja el tercero, ¨¦ste fue el m¨¢s chico y, sin embargo, un travieso animal que camp¨® a su aire y sin respeto en los dos primeros tercios. Sin entrega en la muleta, David Esteve le rob¨® su terreno. Vibrante de entrada, la faena tuvo mejor gui¨®n en las dos primeras series por la derecha. El novillo, desenga?ado, rehuy¨® pelea, se acobard¨® y busc¨® las tablas. El forcejeo final ni sum¨® ni rest¨®, pero Esteve hab¨ªa dejado sello de valiente. El serio sexto le volte¨® nada m¨¢s coger la muleta. Distra¨ªdo, manso y sin humillar, se meti¨® en los adentros, de donde ya no sali¨®. Esteve dio la cara sin descomponerse.
Sotillo / Lancho, Garc¨ªa, Esteve
Novillos de Sotillo Guti¨¦rrez, bien presentados, con cuajo y astifinos. Mansos y deslucidos. Segundo y quinto, nobles. Israel Lancho: estocada trasera, siete descabellos -aviso- y seis m¨¢s -silencio-; media -aviso- y un descabello (saludos). Cayetano Garc¨ªa: metisaca, pinchazo -aviso- silencio; -aviso- pinchazo y media (silencio). David Esteve: casi entera -aviso- y descabello, vuelta; pinchazo y entera, palmas. Plaza de Valencia, 8 de octubre. Segunda de la Feria de la Comunidad. Media plaza.
El lote de Israel Lancho fue dispar. El primero floje¨® m¨¢s de lo permitido y fue salir del caballo y pegarse a la arena. Dijo basta y se par¨®. Un pozo seco al que Israel Lancho aplic¨® una considerable dosis de valor. No cab¨ªa otra cosa. Muy plantado, metido entre los pitones, le provoc¨® sin obtener recompensa. El cuarto hizo una salida descompuesta. Recibido a portagayola por Lancho, reaccion¨® violento y sembr¨® cierto caos. Tan ruidoso inicio no fue m¨¢s que una mentira. La apertura de faena prometi¨®, pero una vez fuera de las rayas, el de Sotillo sac¨® la bandera blanca y se rindi¨®. De nuevo un Lancho muy firme, quieto, se sac¨® de la chistera algunos derechazos de marca. Parado el novillo, Lancho recurri¨® al toreo de cercan¨ªas. A ganar la pelea por el camino m¨¢s corto. Y la gan¨®.
Para Cayetano Garc¨ªa, fueron los dos novillos m¨¢s c¨®modos de torear. El m¨¢s claro de la novillada fue el segundo, noble y con recorrido. Garc¨ªa puso voluntad pero se le vio con poco oficio. El suave quinto apenas tuvo fuerza, pr¨¢cticamente un inv¨¢lido. Otra vez el poco oficio le pas¨® factura a Garc¨ªa. No fue suficiente la voluntad que puso.
El lote de Sotillo Guti¨¦rrez manse¨® en varas, se par¨® muy pronto y apenas ofreci¨® facilidades. S¨®lo los dos de Cayetano Garc¨ªa tuvieron m¨¢s opci¨®n. Adem¨¢s, el sexto desarroll¨® cierto sentido en el tercio final.
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