Desidia funcionarial
Hace 15 a?os que mi mujer y yo vivimos en Tomares, donde votamos y pagamos nuestros impuestos. Hace poco recibimos una amenaza de embargo por una supuesta deuda, ordenada por el Ayuntamiento de Sevilla. El objeto de la orden judicial era una deuda por impago del impuesto de veh¨ªculos, relativo a 2000 y 2001. Sucede que el veh¨ªculo fue dado de baja, en la DGT, seg¨²n consta fehacientemente, en 1995.
Los gestores municipales sevillanos, no solo muestran su desidia al pasar al cobro recibos de un vehiculo inexistente cinco a?os despues de su desaparici¨®n, y al domicilio de soltera de mi mujer (18 a?os despues de abandonarlo), sino que se permiten amenazarnos judicialmente por una deuda inexistente, rozando en la prevaricacion. Por si fuera poco , somos nosotros los que tenemos que dar los pasos para resolver el desaguisado, y demostrar nuestra inocencia. ?Qui¨¦n paga los platos rotos? ?Qui¨¦n garantiza que no se repiten estos hechos.
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