Iberoam¨¦rica
Coincidiendo con la XV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, el reciente hurac¨¢n Stan nos recuerda, 17 a?os despu¨¦s del Mitch, en 1998, que la situaci¨®n en Guatemala, y en general en Iberoam¨¦rica, apenas ha cambiado. Tras la desgarradora guerra civil que martiriz¨® aquel pa¨ªs con historias que s¨®lo relatarlas resultan espeluznantes -Miguel ?ngel Asturias, su llorado premio Nobel, dec¨ªa "?No ve las cosas que pasan? ?Mejor llamarlas novelas!"- la cat¨¢strofe se ha vuelto a adue?ar de la poblaci¨®n. Miles de muertos y desaparecidos, entre el barro y las aguas, en la pac¨ªfica poblaci¨®n ind¨ªgena de Panajab, en Solol¨¢, a cuyo mercado diariamente acuden vestidas con sus g¨¹ipiles de mil colores, y con sus hijos a cuestas, las mujeres de la aldea desaparecida y los numerosos turistas que en contraste con la miseria de aquellas tierras alcanzan a visitar el lago Atitl¨¢n, uno de los lugares m¨¢s bellos del mundo.
Desde el inicio de estas cumbres en 1991 se echa en falta m¨¢s operatividad en los encuentros, incluso la necesidad de que su secretar¨ªa act¨²e permanentemente de manera an¨¢loga a como lo hace la Secretar¨ªa general de Naciones Unidas. Las reuniones est¨¢n condicionadas por los millones de d¨®lares que Estados Unidos destina a subsidios agr¨ªcolas en perjuicio de las agriculturas de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo limit¨¢ndose a aceptar la eliminaci¨®n de subvenciones a la exportaci¨®n.
El mundo no puede convivir con fronteras abiertas para los productos industriales -cuya competencia se arbitra en el marco de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio y cuyo impacto sufre la econom¨ªa valenciana desde el ingreso de China- y murallas para los productos agr¨ªcolas. La situaci¨®n de la mayor parte de la humanidad se agrava cada d¨ªa por las desigualdades entre el primer y tercer mundo, con exceso de poblaci¨®n en ¨¦ste y con la explotaci¨®n de sus recursos naturales en beneficio de los pa¨ªses desarrollados. El desencuentro con Iberoam¨¦rica lo expresaba con claridad un alto funcionario del Departamento de Estado de EEUU al justificar su indiferencia durante los dos ¨²ltimos a?os respecto a estos pa¨ªses: "Hemos tenido demasiados problemas en Oriente Medio y Asia Central como para centrarnos en Iberoam¨¦rica". Y en eso estamos.
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