El ariete del equipo
Aunque ahora Cristina Fern¨¢ndez sea conocida fuera del pa¨ªs como la mujer del presidente Kirchner, lo cierto es que en Buenos Aires hubo un tiempo en el que N¨¦stor Kirchner era conocido como el marido de la senadora Fern¨¢ndez. Fue en 1996, cuando en el Senado Fern¨¢ndez se enfrent¨® a su propio grupo parlamentario, que obedec¨ªa al entonces presidente Carlos Menem, en el esc¨¢ndalo de contrabando de armas a Ecuador, pa¨ªs enfrentado en una corta guerra con Per¨² y donde Argentina era garante de la paz.
Fue apodada La Rebelde por sus propios compa?eros, quienes no pudieron echarla del grupo parlamentario peronista. El marido de La Rebelde era entonces gobernador de Santa Cruz, una lejana provincia al sur del pa¨ªs. Casi 10 a?os despu¨¦s, Fern¨¢ndez sigue en el Senado, su marido es el presidente del pa¨ªs y Menem tiene abierto un proceso judicial por contrabando de armas.
En Buenos Aires, a Kirchner le llamaban 'el marido de La Rebelde'
Nacida hace 52 a?os en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, Fern¨¢ndez se dedic¨® desde joven a la pol¨ªtica, militando en las Juventudes Peronistas mientras estudiaba Derecho. En uno de esos grupos conoci¨® a Kirchner, otro estudiante, mayor que ella, con quien se acab¨® casando en 1974, pero cuyo apellido no coloc¨® jam¨¢s en sustituci¨®n del suyo. Tras el golpe militar de 1976 y ante la feroz represi¨®n que se desat¨® en La Plata, los Kirchner se marcharon a R¨ªos Gallegos, al sur del pa¨ªs, de donde ¨¦l era originario. "Formaron un equipo. Ten¨ªan un proyecto y ella era el ariete", se?ala Jos¨¦ ?ngel di Mauro, autor de una biograf¨ªa sobre la candidata, Cristina K., la dama rebelde.
En 1996 ingres¨® en el Senado y ya no abandon¨® la pol¨ªtica en Buenos Aires. Lleg¨® a trabajar en la candidatura presidencial del hoy rival Eduardo Duhalde en 1998. Durante su labor legislativa prest¨® especial dedicaci¨®n a los temas relacionados con los derechos humanos. El pasado mes de agosto, el juez espa?ol Baltasar Garz¨®n se mostr¨® sorprendido por las detalladas explicaciones que recibi¨® de Fern¨¢ndez durante su visita al centro de torturas que la dictadura hab¨ªa instalado en la Escuela Superior de la Armada (ESMA).
Mani¨¢tica del orden, considera de suma importancia una imagen externa pulcra. Siempre aparece pintada y arreglada, algo que contrasta con la chaqueta eternamente desabrochada del presidente argentino -convertida ya en tema de bromas y debates en Argentina-, pero tambi¨¦n le genera cr¨ªticas. Aunque rechaza el apelativo de rebelde, lo cierto es que son constantes los gestos y actitudes que la contradicen. En la toma de posesi¨®n de su marido como presidente, Cristina Fern¨¢ndez opt¨® por respetar el protocolo y utiliz¨® un traje con falda. Eso s¨ª, le a?adi¨® una pulsera en el tobillo.
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