En casa

D¨ªa grande para el CDMC, que, por fin, tiene casa en el Auditorio 500 del Museo Centro Nacional de Arte Reina Sof¨ªa. La sala es c¨®moda y la ac¨²stica excelente, pero da que pensar lo bien que se escuch¨® tambi¨¦n una ambulancia que circulaba en ese momento por la Ronda de Valencia. Quiz¨¢ sea m¨¢s f¨¢cil de arreglar el ruido que produce el motor del aire acondicionado, apagado por alguna mano amiga en la segunda parte de este concierto inaugural que, salvo eso, result¨® perfecto para abrir salones y temporada. La sesi¨®n fue una muestra de parte de la mejor m¨²sica de c¨¢mara espa?ola de los ¨²ltimos 20 a?os: dos seniors imprescindibles como Luis de Pablo y Crist¨®bal Halffter, un todav¨ªa joven y en trance de plena madurez como Alberto Posadas y un maestro desaparecido cuya huella est¨¢ en lo mejor de la generaci¨®n que hoy nos asombra a casi todos: Francisco Guerrero.

De Luis de Pablo se ofrecieron su Fragmento -una muestra soberbia de escritura para cuarteto- y el estreno mundial de las Tres piezas acad¨¦micas para viol¨ªn solo, una suerte de personal incardinaci¨®n en una literatura virtuos¨ªstica que ¨¦l engrandece. El Cuarteto n¨²mero 6 de Crist¨®bal Halffter es otra pieza magistral que se incardina muy bien en la densidad, la solidez y la claridad de sus ¨²ltimas obras. Parece mentira que A silentii sonitu sea la primera obra cuartet¨ªstica de Alberto Posadas, tal es lo cumplido de un discurso que trabaja la importancia del silencio, s¨ª, pero con la base de una sonoridad en la que la belleza t¨ªmbrica adquiere una emocionante plenitud en este compositor que es ya una de las mejores realidades de nuestra m¨²sica. Result¨® interesant¨ªsimo cerrar con Guerrero despu¨¦s de Posadas, pues es clara la influencia de Zayin II -tambi¨¦n se dio Zayin I- en la partitura del disc¨ªpulo. Como siempre que se escuchan las obras del compositor de Linares, la sensaci¨®n de estar ante una de las formas m¨¢s acabadas de genio que ha dado la m¨²sica espa?ola es tan evidente como dolorosa, visto que la muerte se lo llev¨® a los 46 a?os.

?Y qu¨¦ decir del Cuarteto Arditti que no se sepa? Son los mejores en lo suyo y volvieron a demostrarlo.