"La m¨²sica es el petr¨®leo de Mal¨ª"
El maliense tiene una de las voces m¨¢s escalofriantes de ?frica. Y en los ¨²ltimos a?os ha iniciado un viaje hacia sus ra¨ªces. Tambi¨¦n ha vuelto a casa tras 20 a?os de residencia en los suburbios de Par¨ªs. Salif Keita presentar¨¢ su nuevo disco, M'Bemba (Los ancestros), el 1 de diciembre en Barcelona (BTM) y el d¨ªa 3 en Santiago de Compostela (Auditorio de Galicia). "Es el m¨¢s alegre y bailable que haya grabado nunca", admite. "S¨®lo hablo de amor porque ya hay demasiados problemas: enfermedades, hambre, guerras... Y no he querido hurgar en la herida con un cuchillo. Vivimos dentro de una especie de microondas y el hombre parece olvidar que si destruye la naturaleza se destruye a s¨ª mismo. Pero los dirigentes aferrados al poder siguen avanzando a toda marcha con la cabeza agachada como un carnero".
"Nos parecemos a los gitanos en la forma de entender la m¨²sica", dice Salif Keita (Djoliba, 1949). "Los malink¨¦ tenemos una cultura pr¨®xima a la ¨¢rabe y el rastro de lo ¨¢rabe est¨¢ muy presente en Andaluc¨ªa. As¨ª que hay una amalgama que nos facilita el acceso al flamenco", asegura. "Tengo todos los vinilos de Camar¨®n. Los compr¨¦ todos. No entiendo el espa?ol, pero cuando ¨¦l canta y grita me pongo a llorar".
M'Bemba, igual que el extraordinario Moffou, es un disco ac¨²stico. "?Por qu¨¦ ser esclavos de la m¨¢quina? Cuando sientes que has ido demasiado lejos con algo creo que es bueno retroceder un poco. Por prudencia. Tomar cierta distancia para no olvidar lo que eres", dice. "Hago todo lo posible para que mis discos no se parezcan. Aunque, seg¨²n un proverbio, cualquiera que sea el tiempo transcurrido, cuando un saco ha contenido pimienta, siempre quedar¨¢ suficiente cantidad para hacerte estornudar", cuenta riendo.
Salif Keita ha recurrido al guitarrista Kant¨¦ Manfila para los arreglos. "Es mi maestro, el que me lo ha ense?ado todo. Resulta tranquilizador trabajar con ¨¦l porque limita los da?os". Su amistad se remonta al a?o 1973, cuando se conocieron en Les Ambassadeurs, la m¨ªtica orquesta panafricana, cuyo repertorio constaba de melod¨ªas tradicionales mandingas, ritmos cubanos y canciones francesas, con guitarras el¨¦ctricas.
M'Bemba, en el que participa con su kora Toumani Diabat¨¦ -"mi hermano", repite-, es el primer disco que ha grabado en Bamako. Wenda, el estudio que tiene en su domicilio, a doscientos metros del r¨ªo N¨ªger, forma parte del centro cultural Moffou. "Tienes todo lo que necesitas en un contexto que te inspira. Vas al estudio cuando te apetece, ya sean las dos o las tres de la madrugada". Keita decidi¨® volver a casa. "En 2001 empec¨¦ a construir el estudio. Los j¨®venes creen que hay que ir a Occidente para grabar en un buen estudio, y ya no es as¨ª. Pero el mantenimiento es dif¨ªcil porque en Mal¨ª hay mucho polvo. Tenemos que cubrir los aparatos con lonas y pasar a diario la aspiradora".
"La m¨²sica es el petr¨®leo de Mal¨ª. Ya va siendo hora de que las autoridades se den cuenta", dice Salif Keita, que naci¨® albino en una sociedad en la que ¨¦stos provocan temor y rechazo, desafi¨® tab¨²es ancestrales -su familia es de linaje noble y un Keita no pod¨ªa cantar-, y tuvo que dejar su pueblo para poder hacerlo aun a costa de dormir sobre un cart¨®n en el viejo mercado de Bamako. "Creo que hice muy bien. De todos modos, el progreso es la traici¨®n de unas generaciones por otras. Una traici¨®n necesaria".
Babelia
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