Marionetas japonesas recrean en el Espa?ol una historia pasional
El Festival de Oto?o acoge el Teatro Bunraku de Osaka
El amor y la pasi¨®n no falta en los argumentos de los espect¨¢culos programados en el Festival de Oto?o (www.madrid.org/fo05), pero en esta ocasi¨®n son unas marionetas japonesas las transmisoras de esos sentimientos. El teatro Ningyo Joruri Bunraku, proclamado por la Unesco en 2003 "obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad", llega hoy al Teatro Espa?ol (Pr¨ªncipe, 25), donde permanecer¨¢ hasta el domingo.
El programa lo forman dos historias: El amor pasional, una pieza breve y tr¨¢gica, y Milagro en el templo de Tsubosaka Kannon, un cuento escrito por Kako Chica, esposa de un famoso m¨²sico de shamisen. El espect¨¢culo tambi¨¦n incluye una demostraci¨®n del arte Bunraku, nombre que recibe en Jap¨®n el teatro tradicional de marionetas. Ningyo significa t¨ªtere o mu?eco y joruri es el cuento recitado acompa?ado por el sonido del shamisen (una especie de la¨²d de tres cuerdas).
Para el espect¨¢culo de Bunraku que se estrena en la Comunidad de Madrid (tras visitar otras ciudades espa?olas) suben al escenario m¨¢s de 16 artistas, entre manipuladores de marionetas, narradores y m¨²sicos. El montaje dura dos horas y la narraci¨®n es en japon¨¦s, con explicaciones en castellano.
La compa?¨ªa interpreta dramas musicales con la intensidad y la magnificencia de una ¨®pera. No hay gesto, por complejo que sea, que las marionetas no puedan lograr: enfado, tristeza, alegr¨ªa, entusiasmo, dolor... La pericia de los manipuladores lo hace posible. Aprender este arte centenario requiere un m¨ªnimo de 10 o 20 a?os, dicen los expertos, pero los profesionales que han llegado a Madrid acumulan un m¨ªnimo de 30 a?os de experiencia.
Tres personas son las encargadas de dar vida a cada mu?eco y el narrador (tayu) y los m¨²sicos forman la atm¨®sfera en la que se mueven los personajes.
Aunque la compa?¨ªa tiene 400 "cabezas" y un rico y numeroso vestuario, pero a Espa?a han viajado s¨®lo 6. Las marionetas femeninas son m¨¢s peque?as y no tienen pies (los pliegues del quimono los recrean); las masculinas alcanzan un metro y medio y tienen el cuerpo completo.
Las historias de Bunraku son tradicionales, que datan del siglo XVI, pero adem¨¢s del repertorio fijo cada a?o se crean obras nuevas, con temas contempor¨¢neos en el taller de investigaci¨®n de Osaka.
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