Hilaridad involuntaria
Si una pel¨ªcula pretendidamente ortodoxa y adscrita al g¨¦nero del terror provoca carcajadas, mal asunto. Eso es lo que ocurre en esta ins¨®lita, desastrada peripecia que es Somne, una historia de experimentos cient¨ªficos y contactos paranormales con el, a estas alturas del asunto, indispensable giro argumental en la ¨²ltima secuencia. Que la, digamos, calidad de su gui¨®n y, sobre todo, de sus desafortunados, err¨¢ticos di¨¢logos provoca, en m¨¢s de una ocasi¨®n, la involuntaria risa.
Tiene la culpa el gui¨®n, claro est¨¢: no estamos aqu¨ª ante un libreto escrito, como en la primera, y anterior, pel¨ªcula de Isidro Ortiz, Fausto 5.0, por todo un Fernando Le¨®n de Aranoa, realizada con la compa?¨ªa de teatro La Fura dels Baus, sino por Crist¨®bal Garrido y David Alonso, quienes juntos o por separado han perpetrado dos de los m¨¢s flojos filmes fant¨¢sticos espa?oles de los ¨²ltimos a?os, Memorias del ¨¢ngel ca¨ªdo y M¨¢s de 1.000 c¨¢maras velan por tu seguridad.
SOMNE
Direcci¨®n: Isidro Ortiz. Int¨¦rpretes: Goya Toledo, ?scar Jaenada, Nancho Novo, Chete Lera, Gary Piquer. G¨¦nero: terror. Espa?a, 2005. Duraci¨®n: 90 minutos.
Y tampoco sale Ortiz bien librado de su trabajo como realizador: es la suya una faena de ali?o, a la que ayudan poco unos actores en perenne situaci¨®n de fuera de juego por tener que librar un desigual combate contra la indefinici¨®n de sus personajes.
El resultado es una pel¨ªcula completamente fallida, que no responde ni al sano entretenimiento de g¨¦nero (todo se hace aqu¨ª precipitado e inveros¨ªmil, los personajes son incre¨ªbles, las situaciones, pat¨¦ticas), ni mucho menos bucea con ¨¦xito en la denuncia que el filme aborda, y que tiene por objeto la voracidad de ciertas empresas e instituciones a la hora de realizar experimentos con seres humanos. O sea, que ni para un p¨²blico de adeptos.
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