La insolencia de la ignorancia

Como barcelon¨¦s, quiero manifestar mi triple sensaci¨®n despu¨¦s de los tristes acontecimientos sucedidos en torno al nombramiento de Santiago Carrillo como doctor honoris causa por la UAM.

La primera es de repugnancia ante la actitud fascista de un grup¨²sculo de ultraderechistas que intentaron violentar y romper un acto solemne que distingu¨ªa a un ciudadano que, con sus sombras, ha colaborado activamente como pocos a la reconciliaci¨®n en nuestro pa¨ªs. La segunda es de orgullo al ver la reacci¨®n mayoritaria del alumnado y del profesorado universitario madrile?o -encabezado por el rector Gabilondo- en defensa del homenajeado, quienes desde una respuesta pac¨ªfica, pero contundente, evitaron que la barbarie de unos pocos se impusiese a la raz¨®n democr¨¢tica de la mayor¨ªa. La tercera es de decepci¨®n y profunda tristeza al recordar que, ante sucesos similares protagonizados por ultras nacionalistas-independentistas impidiendo, desde la violencia, la insolencia de la ignorancia y la bravuconer¨ªa fascista, a otros ciudadanos expresar libremente sus ideas en nuestra ciudad, estos dem¨®cratas agredidos nunca recibieron la protecci¨®n activa de los alumnos y s¨®lo un tibio rechazo (cuando no un apoyo t¨¢cito) por parte de un amplio n¨²mero de profesores y rectores de las diferentes universidades barcelonesas (recordar las agresiones a Fernando Savater en la UB, la humillaci¨®n a Gotzone Mora por el rector Tugores, los boicoteos violentos a Vidal Quadras, Jon Juaristi, Arcadi Espada, Josep Piqu¨¦ y a tantos otros intelectuales y pol¨ªticos no nacionalistas).

Por suerte para combatir al fascismo, y como ya demostraron con su sangre en nuestra Guerra Civil, siempre podremos contar con los buenos ciudadanos de Madrid.