La cer¨¢mica de Picasso se confronta con la historia
El Museo Picasso M¨¢laga exhibe piezas arqueol¨®gicas y del artista
Entre los artesanos de Vallauris, Picasso ten¨ªa fama de diablo al afrontar la cer¨¢mica. El pintor lograba unos resultados fascinantes que, con su arrojo y depurada t¨¦cnica, les desconcertaba. Ese dominio est¨¢ expuesto en Picasso. Cer¨¢mica y tradici¨®n, la muestra que abri¨® ayer el Museo Picasso M¨¢laga, y que confronta 56 originales del artista malague?o con 36 piezas desde la antig¨¹edad hasta el siglo XIX. La tradici¨®n mediterr¨¢nea y el legado hispanomusulm¨¢n centran la poderosa influencia sobre el pintor.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el Picasso m¨¢s prol¨ªfico fij¨® su mirada en la cer¨¢mica y lleg¨® a producir hasta 600 piezas en s¨®lo un a?o. Seducido por la milenaria tradici¨®n art¨ªstica mediterr¨¢nea, ya anciano reinvent¨® t¨¦cnicas y elabor¨® la arcilla cocida hasta crearse fama de hechicero entre los experimentados ceramistas de su villa francesa de Vallauris en los a?os cincuenta. "Aplic¨® t¨¦cnicas del grabado y trucos para conseguir resultados muy dif¨ªciles, inalcanzables para artesanos con 40 a?os de experiencia", explic¨® ayer la nuera del artista, Christine Ruiz-Picasso.
Unos 4.000 azulejos, vasijas y cuencos fueron manipulados, perforados y transformados por el artista, a trav¨¦s de una t¨¦cnica personal que inclu¨ªa el uso del ¨®xido de cobre y el manganeso sobre esmalte. A la exposici¨®n, abierta hasta el pr¨®ximo 5 de febrero y organizada junto a la Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales, se le han sumado 30 nuevas obras de Picasso tras su paso por la exposici¨®n universal de Aichi (Jap¨®n). As¨ª, ¨¦stas se enfrentan a 36 piezas de las culturas mediterr¨¢neas para sumar un total de 92 piezas de colecciones privadas y museos como el Hakone de Jap¨®n.
"Le dio movimiento a la cer¨¢mica, y su actitud fue transformar algo ordinario en arte y elemento metaf¨®rico", explic¨® la comisaria de la exposici¨®n, Marilyn McCully. Picasso rescataba piezas con desperfectos para darles "un aire antiguo", y potenciar sus conexiones con la libertad t¨¦cnica del arte etrusco y griego con figuras como el toro.
El primer apartado, La tradici¨®n mediterr¨¢nea, muestra los motivos mitol¨®gicos de la Antig¨¹edad adoptados por el artista. Vasijas, tanagras y platos recrean faunos, centauros y peces. El legado hispanomusulm¨¢n indaga en el inter¨¦s del artista por la loza medieval espa?ola, y entre las piezas destaca su Ensalada de toros, de 1958, una obra casi id¨¦ntica a otra datada en el siglo XIII, denominada Pez, y procedente de su M¨¢laga natal.
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